El canibalismo es el acto de asesinar a otro individuo de la misma especie para alimentarse de su cuerpo, y en los humanos es una práctica, que si bien data de hace más de 800.000 años y tiene una estrecha relación con la fe y religión que profesaban diferentes pueblos durante la prehistoria, en la sociedades modernas es considerado un acto tabú que relacionamos frecuentemente a historias de terror y de asesinos en serie.

Rana Peloplylax kl. esculentus comiendo un individuo más pequeño. Créditos: Birute Vijeikiene / Shutterstock
Rana Peloplylax kl. esculentus comiendo un individuo más pequeño. Créditos: Birute Vijeikiene / Shutterstock

Sin embargo, pese a lo contraintuitivo que puede parecer, en el mundo animal es una práctica bastante común que puede traer ventajas evolutivas y asegurar la supervivencia de las especies. Por ello es que si bien el canibalismo es más frecuente en invertebrados y peces, se da en todos los grandes grupos animales, desde reptiles y anfibios hasta grandes mamíferos como los osos polares y los leones. Y esto tiene varias explicaciones.

“Las implicancias del canibalismo son interesantes porque de alguna forma funciona como un regulador poblacional. Los recursos en muchos casos son limitantes, entonces si una población no tiene un control poblacional, que puede ser por enfermedades o por depredadores, etcétera, pueden agotar sus recursos. En ese sentido, el canibalismo básicamente va a funcionar como un controlador de la abundancia. Cuando hay muchos individuos pequeños, el canibalismo puede reducirlo a un tamaño que es funcional para seguir manteniendo un equilibrio en la comunidad. Entonces el canibalismo puede ser visto como un importante factor de regulación de las poblaciones. Y lo otro, que es algo clásico dentro de la interacción depredador-presa, es que en muchos casos el canibalismo lo que hace es eliminar a los individuos que están enfermos o más débiles, entonces hay cierta presión de selección evolutiva”, agrega el Dr. Luis Miguel Pardo, Director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral (UACH) de Chile e investigador asociado del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL).

(Referencial) canibalismo en el desierto. Créditos: iStock
(Referencial) canibalismo en el desierto. Créditos: iStock

En primer lugar, existen muchas especies que canibalizan a sus crías a fin de evitar que las poblaciones crezcan demasiado. Así lo indica un artículo publicado en la revista especializada Frontiers in Ecology and Evolution, que reporta que en algunas especies de mamíferos, aves, peces e insectos, los adultos acaban con sus crías y se las comen simplemente para asegurar la supervivencia de la especie en momentos donde escasean los recursos.

Y es que, si no lo hicieran, sus hermanos se quedarían sin comida, por lo que el canibalismo es en realidad un mecanismo de ajuste poblacional en el que unos pocos mueren para que el resto pueda sobrevivir. Y ocurre no solo cuando los recursos escasean, sino también para evitar la propagación de infecciones, ya que normalmente cuando una cría está enferma o nace en condiciones donde es incapaz de sobrevivir, su cuerpo pasa a convertirse en una valiosa fuente de nutrientes para el progenitor.

Los osos polares recurren al canibalismo debido a-la falta de comida. Créditos: SBTheGreenMan / Getty Images
Los osos polares recurren al canibalismo debido a-la falta de comida o por apareamiento. Créditos: SBTheGreenMan / Getty Images

Estos hechos son observados en varias especies como los osos polares, los guepardos, los macacos y en ocasiones en perros, donde ante la imposibilidad de amamantar a camadas muy grandes, la madre opta por alimentarse del más débil.

Esta forma de canibalismo, asimismo, también puede darse mucho antes de que las crías nazcan, cuando aún son huevos, como ocurre en muchas especies de anfibios y peces.

Por otra parte, también sucede en algunas especies  que los machos matan a crías no emparentadas con ellos, en un acto conocido como infanticidio. En estos casos, como ocurre con los chimpancés y los leones, los machos canibalizan a las crías que no son suyas o cuya paternidad es incierta. Al hacerlo, la hembra vuelve a estar en celo y lista para aparearse nuevamente. Entonces el macho puede protegerla de otras copulas, asegurándose de que los cachorros son suyos. 

Un león devora a una cría. Créditos: Cordon Press
Un león devora a una cría. Créditos: Cordon Press

“Esto ocurre sobre todo cuando no se sabe si el individuo juvenil corresponde a la progenie de uno de los padres. Por ejemplo, las leonas pueden copular con múltiples individuos y en algunos casos, como no se sabe de qué macho nació la cría, ocurre canibalismo de los machos adultos hacia las crías con el fin de que la hembra comience nuevamente a estar en celo”, explica el Dr. Dario Moreira, profesor del Departamento de Gestión Agraria de la Facultad de Tecnología de la Universidad de Santiago de Chile (USACH) e investigador asociado del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB). 

Por otro lado, en otras especies los hermanos se vuelven unos contra otros para sobrevivir. En el caso de las serpientes, por ejemplo, el canibalismo está relacionado a la pelea entre ellas ya sea por alimento o apareamiento y podría cumplir un rol importante en la estructuración de las comunidades de serpientes. De hecho, un estudio publicado en la revista científica Ecology –de la Ecological Society of America- asegura que las cobras se comen a sus homólogos de forma frecuente y que esta práctica es un factor determinante en el tipo y tamaño de las serpientes en una zona determinada.

Canibalismo en serpientes. Créditos: Richard Wollocombe
Canibalismo en serpientes. Créditos: Richard Wollocombe

Y esto no ocurre solo en serpientes, sino que en varios de los grandes grupos animales. Así lo indica Pardo: “Se da en peces también, por ejemplo en la merluza común, que es bien conocida por ser caníbal. Y de hecho, eso genera que hayan cardúmenes de individuos de distinto tamaño, ósea, se da una segregación de tamaño. Cuando uno encuentra en la naturaleza segregación de tamaño normalmente es porque hay canibalismo de parte de los individuos más grandes hacia los más pequeños”.

En este sentido, el canibalismo es un recurso de selección natural, donde el individuo más grande y más fuerte es el que sobrevive, mientras que los individuos débiles o no aptos para la procreación son eliminados.

“Donde también es muy común el canibalismo es en los crustáceos y en los artrópodos en general. Esto es debido a una característica bien particular que tienen todos los artrópodos, que es que mudan. Su proceso de crecimiento no es como el que uno conoce normalmente, que es en gradiente donde uno crece poco a poco, aquí estos animales crecen como en escalera, ellos crecen grandes cantidad de una sola vez cuando ocurre la muda. Y en ese periodo de cambio de muda quedan blandos y muy vulnerables a la depredación. Entonces es muy común, sobretodo en etapas tempranas, cuando son juveniles, el canibalismo entre los crustáceos”, agrega el investigador del Centro IDEAL.

Cangrejo rojo de roca (Grapsus grapsus) comiendo a uno de sus congéneres. Créditos: Gabriel Ribeiro Vallim / Shutterstock
Cangrejo rojo de roca (Grapsus grapsus) comiendo a uno de sus congéneres. Créditos: Gabriel Ribeiro Vallim / Shutterstock

Por otro lado, en algunas especies de tiburón, por ejemplo, el canibalismo comienza en el propio útero de la madre, donde es sabido que las crías de tiburón se devoran unas a otras antes de nacer en un proceso conocido como canibalismo intrauterino. Vale decir que las hembras de tiburón llevan cientos de huevos en sus dos úteros y se aparean con varios machos, por lo que tienen descendencia de varios padres. Por ello es que dentro del útero, los tiburones en desarrollo se comen los huevos no fertilizados restantes y, finalmente, a sus hermanos embrionarios, hasta que al final sólo quedan dos tiburones nonatos, uno en cada útero.

Por otro lado, cabe destacar que muchas especies de insectos o arácnidos no viven para ver a sus crías. Algunas especies de arañas, por ejemplo, emplean otra forma de canibalismo conocida como matrifagia, en la  los recién nacidos se comen a su madre. Mientras que muchos padres de insectos y arácnidos suelen ser canibalizados por las hembras durante o después del apareamiento. Esto se conoce como canibalismo sexual.

“Lo que pasa es que el macho está entregando material nutritivo, además del material seminal para poder fecundar los huevos de la hembra. Ese material nutritivo lo entregan como regalo nupcial, puede entregar una presa como regalo nupcial, productos nutritivos, o en casos extremos, lo que pasa es que finalmente el mismo macho es el regalo nupcial ya que es un organismo que tiene alta cantidad de nutrientes, que aseguran que la hembra va a tener un buen desarrollo de las crías. En ese caso lo que importa es asegurar el éxito de su reproducción, más que la supervivencia del individuo en sí”, agrega el Dr. Pardo.

Mantis comiendo mantis. Créditos: Ondrej Prosicky / Shutterstock
Mantis comiendo mantis. Créditos: Ondrej Prosicky / Shutterstock

Como es de conocimiento popular, las hembras de mantis religiosa europea arrancan la cabeza del macho de un mordisco, lo que no solo proporciona una comida saludable a la futura madre, sino que también aumenta las posibilidades de que sobrevivan las crías que él engendró. En ese sentido, el sacrificio del macho contribuye a la salud de la hembra y al número de crías que engendra con ella.

Vale decir que las hembras de las mantis religiosas llegan a arrancar la cabeza del macho antes incluso de que haya comenzado a aparearse, pero los machos se han adaptado para lograr terminar el acto sexual. Incluso sin cabeza, los movimientos sexuales de una mantis macho son controlados por el tejido de su abdomen.

Para finalizar, hay que destacar que el canibalismo suele producirse en muchos casos como resultado de la interacción social en ambientes que generan estrés extremo. Se observa, por ejemplo, en animales en cautiverio como pollos o roedores, que experimentan condiciones como falta de luz y espacio, temperaturas inadecuadas e infestaciones de parásitos.

Centolla. Créditos: Ignacio Garrido
Centolla. Créditos: Ignacio Garrido

En estos casos, como ha sido demostrado en varios estudios, el instinto de supervivencia es más fuerte y muchos son los animales que se comen a sus hijos recién nacidos para alimentarse a sí mismos. “Cuando tú estás capturando roedores aparecen individuos acéfalos y que han sido comidos por otros individuos que están dentro de la misma jaula y la hipótesis tiene que ver con el estrés de los individuos dentro de un sitio, que puede producir canibalismo. Se ha demostrado que cuando aumenta la densidad poblacional y por lo tanto disminuye la disponibilidad de alimentos, algunos animales tienden a recurrir al canibalismo”, agrega el Dr. Moreira.

Desde una perspectiva humana, el canibalismo suena como un mecanismo extremo que evidencia la dura existencia de estos animales, no obstante, el resultado final de esta práctica es positivo: una población menos poblada y más sana en algunos casos, la mera supervivencia de los individuos más aptos. Por más escalofriante que pueda resultar, el canibalismo es un contribuyente clave en el equilibrio en la naturaleza.

Sin duda, para muchos animales el canibalismo tiene ventajas. Pero señala que también tiene inconvenientes, como la propagación de enfermedades. “El canibalismo puede traer beneficios nutritivos, pero también puede ser algo negativo en términos de la transmisión de enfermedades, ósea, te puedes enfermar también si te estás comiendo un congénere que tiene enfermedades”.

Por su parte, Pardo finaliza: “Las especies evolucionan con estos sistemas de funcionamiento en un hábitat específico y si están presentes es porque ese funcionamiento es adecuado para ese ambiente, por lo que genera más beneficios que inconvenientes. Entonces cuando hay canibalismo es parte del sistema natural y es parte del ciclo de vida de los organismos”.

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