Argentina recomienda ahorrar agua ante la sequía histórica del río Paraná. Crédito: © Listín Diario
Argentina recomienda ahorrar agua ante la sequía histórica del río Paraná. Crédito: © Listín Diario

El Gobierno de Argentina ha decretado la emergencia ante la sequía del río Paraná y ha anunciado la puesta en marcha una serie de acciones y recomendaciones, que tienen como eje central el ahorro de agua, para contener las consecuencias de la sequía histórica que sufre el río Paraná, al este del país. Las aguas del Paraná —el segundo río más largo de Sudamérica— experimentan un récord de sequía desde 1944, y el Gobierno argentino prevé que afecte el abastecimiento y calidad del agua potable, la navegación y las operaciones de puerto, el ecosistema, la fauna íctica y la generación de energía hidroeléctrica. La situación es tan grave, que en algunas localidades ya es posible cruzar a pie el cauce del río.

La sequía del Paraná afecta a siete provincias argentinas: Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y Misiones. Solo en la localidad de Victoria, el río se encuentra por encima del metro con respecto al cero hidrométrico. En el resto del país, la norma es que esa cifra no sobrepase los 50 centímetros, llegando en muchos lugares a situarse en cero o, incluso, a estar por debajo de él, según el Instituto Nacional del Agua (INA) de Argentina y con datos actualizados el pasado 21 de julio.

El Paraná es alimentado por el río Iguazú, que nace en las cercanías de Curitiba, y que desemboca en él en una zona denominada Triple Frontera, en la que convergen los tres principales países en los que discurren sus aguas: Puerto Iguazú, en Argentina; Foz do Iguaçu, en Brasil, y Ciudad del Este, en Paraguay. En su recorrido hacia el sur, encuentra a su paso seis represas hidroeléctricas, que actualmente mantienen cerradas sus compuertas: Foz de Areia, Salto Segredo, Salto Santiago, Salto Osorio, Salto Caxias y Baixo Iguaçu. Ya en abril de 2020, el Gobierno argentino había solicitado a Brasil habilitar los pasos por sus presas, para compensar las pocas precipitaciones y la sequía.

La sequía en el río Paraná ha causado que los niveles desciendan a récords históricos. Crédito: © Econojournal
La sequía en el río Paraná ha causado que los niveles desciendan a récords históricos. Crédito: © Econojournal

Un comunicado del Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR) recomendó a los ciudadanos ahorrar agua en el consumo diario y mantener constantes medidas de higiene, es decir, no acumular basura y controlar los insectos y cualquier tipo de plagas. También se pidió no realizar quema de basura, pastizales o cualquier corteza vegetal, para reducir las posibilidades de provocar incendios forestales y almacenar agua de lluvia para utilizarla en riego.

Buscan mitigar efectos severos de la sequía

El ejecutivo argentino ha decidido, como parte de las medidas para frenar los efectos adversos de la sequía y sus consecuencias en la población, conformar el Comité de Crisis Permanente argentino, para coordinar tareas de monitoreo de la bajante del río Paraná. También se ha decidido abrir un Fondo de Emergencia Hídrica, que por el momento cuenta con recursos que ascienden a los USD 10,4 millones, que serán destinados para la asistencia de las provincias y localidades afectadas, entre las que se encuentran: Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y Misiones.

Estamos sufriendo los efectos de una sequía que empezó en junio de 2019. Es un ciclo que no terminó todavía y no se tiene claro cuándo va a terminar”, aseguró Juan Borús, hidrólogo del Instituto Nacional del Agua (INA), en declaraciones a agencias de noticias. También desde el INA indican que la sequía tomó trascendencia en marzo de 2020. La disminución del aporte de agua al caudal del río, que ha sido muy significativo en el último año, ha obligado a las autoridades a hacer un seguimiento hora por hora.

Las perspectivas no son buenas. “La temporada de lluvias en la zona central de Brasil comienza a mediados de octubre, pero desde Centro Nacional de Monitoramento e Alertas de Desastres Naturais (Cemaden) indican que todavía no es posible anticipar si la temporada de lluvias comenzará temprano o si tendrá precipitaciones por encima o por debajo del promedio”, aclararon desde el Servicio de Meteorología Nacional de Argentina, que también apuntó que la sequía es una consecuencia del fenómeno «La Niña», que tuvo su vigencia entre junio de 2020 y abril de 2021.

La sequía agudizada ya ha comenzado a causar estragos en la economía argentina. Crédito: © Rosario3
La sequía agudizada ya ha comenzado a causar estragos en la economía argentina. Crédito: © Rosario3

Suministro, productividad, generación de energía y hasta centrales nucleares afectadas

La sequía agudizada ya ha comenzado a causar estragos en la economía argentina. Algunas de las consecuencias más extremas han sido la sequía de las Cataratas del Iguazú, que tienen el menor caudal de 2006 y que han permanecido cerradas durante la mayor parte de la pandemia, dos ciudades de Misiones se han quedado sin agua potable, las represas hidroeléctricas Yacyretá y Salto Grande tienen menos recursos para generar energía y el puerto de Rosario no tiene suficiente profundidad.

Todas estas consecuencias han provocado también el encarecimiento de la logística y la energía en Argentina y el aparato productivo. Incluso, hay reportes de muerte de peces por la bajante en los ríos, con un alto impacto al medio ambiente. También, la caída del caudal ha afectado las operaciones de las centrales nucleares de Embalse y Atucha I y II, por lo que la empresa Nucleoeléctrica Argentina, que las opera, informó la adquisición de tres bombas flotantes a fin de asegurar la refrigeración de los sistemas de las unidades y la instrumentación de las bombas para obtener una alerta temprana de su comportamiento en el período de sequía extrema.

Las medidas también incluyen que la Secretaría de Energía está realizando compras de combustibles líquidos y gas natural licuado con un criterio de reserva ante imprevistos. La Bolsa de Comercio en Rosario reveló en un informe que en el semestre que va desde marzo a agosto de 2021 la sequía del Paraná generaría pérdidas a la cadena de valor de granos del país que ascenderían a los 315 millones de dólares.

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