Estudio valoriza los servicios ecosistémicos de las ballenas azules en Chile: calcula más de 2.200 millones de dólares
En Chile se estiman entre 570 a 760 ejemplares de ballena azul, una especie que otorga importantes beneficios ecosistémicos, como su rol en la mitigación del cambio climático al absorber de manera natural hasta 33 toneladas de dióxido de carbono. Estos datos son parte de un estudio realizado por Fundación Meri, junto a Ralph Chami, del Fondo Monetario Internacional (FMI) e investigadores de varias universidades, el que permitió calcular el valor económico que las ballenas azules otorgan a los servicios ecosistémicos marinos en Chile. ¿Cuáles fueron sus estimaciones? Entre $2.280 millones y $3.000 millones de dólares estadounidenses.
Un inédito estudio titulado On Valuing Nature-Based Solutions to Climate Change: A Framework with Application to Elephants and Whales, publicado en septiembre, valorizó entre US$2.280 millones y US$3.000 millones la población de ballenas azules en el país, la que se estima en 570 a 760 ejemplares, basado en los servicios ecosistémicos marinos que otorgan en el país.
A través de esta valorización, los investigadores buscan concientizar a los gobiernos a comprometer recursos para la conservación de esta y otras especies y restauración de sus ecosistemas.
“Creemos que este estudio puede cubrir una brecha o punto ciego de la economía que es la ausencia de valorización de los recursos naturales en la actividad productiva. En ese sentido, debiese permitir desarrollar mejores políticas públicas al servicio de la conservación de los ecosistemas estratégicos, como los que están en nuestro país”, puntualiza Patricia Morales, gerente general de Filantropía Cortés Solari.
Sonia Español-Jiménez, líder del área de cetáceos de Fundación Meri, quien participó de la investigación, explica que “es importante destacar que el estudio no busca poner un precio a las ballenas como tal –que es lo que usualmente sucede cuando son cazadas-, sino más bien asignar un valor a los múltiples servicios que prestan en vida”, explicó.
De este modo, si se analiza el valor correspondiente a cada individuo se llega a una cifra de US$ 4 millones, considerando el aporte que cada ballena azul entrega a cuatro servicios ecosistémicos, que son: la captura de carbono en sus cuerpo; captura de carbono a través de la mejora del fitoplancton; mejora de la pesca y turismo.
Servicios ecosistémicos
La ballena azul es la especie más grande existente en el planeta. Puede llegar a medir 30 metros de largo y pesar hasta 160 toneladas. Tiene un rol clave en la mitigación y la creación de resiliencia al cambio climático, ya que cada una de ellas participa de manera activa y natural en la absorción de CO2.
Hoy se sabe que a lo largo de su vida pueden captar hasta 33 toneladas de dióxido de carbono en sus cuerpos, por tanto –al morir estas-, comenta la doctora en biología marina, “todo ese CO2 se hunde con ellas en el fondo del océano, reduciendo la cantidad de este gas en la atmósfera. Además, tienen un efecto multiplicador en la producción de fitoplancton, el cual genera cerca del 50% del oxígeno en los océanos”.
Este función de fertilizadoras de que tienen las ballenas permite que “al generar más nutrientes en los océanos, vamos a tener aguas más sanas, mejores servicios pesqueros y llegar, así, a un desarrollo más sustentable”.
Desde el punto de vista social, los cetáceos atraen millones de turistas cada año, a través del avistamiento de ballenas. Por este motivo, otorgar un valor a los servicios que entregan permite entender que “su conservación es clave para la protección de los ecosistemas marinos, de los océanos y de la vida en general”, finaliza.
Conservación efectiva
En este contexto de cambio climático, la valorización de los servicios ecosistémicos es clave en los planes de conservación desarrollados en Chile por Filantropía Cortés Solari, a través de su Fundación Meri, que trabaja la conservación efectiva de una manera multisectorial en 5 dimensiones: ambiental, cultural, económica, social e institucional.
De esta visión, se desprende el programa The Blue Boat Initiative, un proyecto nacional conjunto del Ministerio de Medio Ambiente y Fundación Meri, que busca, a través de la instalación de boyas inteligentes en la Patagonia y señales satelitales, conservar y proteger a las ballenas de una de sus peores amaenazas: el choque con embarcaciones.
Asimismo, este proyecto busca monitorear los océanos, estudiando y valorizando los servicios ecosistémicos marinos, en particular aquellos asociados al rol de las ballenas en la captura de CO2, necesarios para enfrentar el cambio climático.