En agosto de 2024 tuve la suerte de formar parte de una expedición se adentró en la Reserva Comunal Amarakaeri, en el corazón de Madre de Dios, Perú, para documentar un sitio sagrado para la etnia harakbut conocido como «el Rostro Harakbut».

Créditos Rodrigo Pérez Romero
Créditos Diego Pérez Romero

Este es un lugar del que he oído por años, y al que siempre he querido ir. Sin embargo, llegar es difícil y bastante costoso. Además, no se puede ingresar así nomás. Se requieren varios permisos de parte de los pueblos indígenas y del Estado que administran la Reserva Comunal Amarakaeri, ya que el rostro está dentro del área protegida.

Una de las cosas que valen la pena resaltar sobre esta reserva es que fue creada en el año 2002, a pedido de los pueblos harakbut, yine y matsiquenka, quienes han vivido en esta zona desde tiempos ancestrales. Ellos gestionan la reserva a través de la organización ECA Amarakaeri, en conjunto con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).

La expedición en total duró unos 10 días desde que salimos de Lima y regresamos del campo. Sin embargo, el recorrido en la zona fue de 8 días. El viaje se hizo con un equipo de 30 personas, entre motoristas, porteadores, guardaparques, vigilantes comunales y varios realizadores audiovisuales, todos guiados por un equipo de la Eca Amarakaeri liderado por Luis Tayori. El descendiente Harakbut formó parte de la expedición que en 2013 re-descubrió el Rostro Harakbut y ya ha realizado unas siete expediciones a la zona.

Durante el viaje no sólo pudimos ver la naturaleza en su estado más puro, en donde encontramos al tapir amazónico -localmente conocido como sachavaca-, lagartos, monos y venados, sino que también pudimos ver y escuchar sobre las múltiples amenazas que este lugar enfrenta como la minería ilegal, el tráfico de cocaína y otros proyectos extractivos promovidos por el Estado.

Créditos Rodrigo Pérez Romero
Créditos Diego Pérez Romero
Créditos Rodrigo Pérez Romero
Créditos Diego Pérez Romero

Llegar al Rostro no fue fácil. Los primeros dos días de viaje son de varias horas en camioneta, con tramos en donde el vehículo cruza por el lecho del río y otras varias horas más de bote y campamentos en las playas que se forman en esta época del año. Una época seca.

Créditos Rodrigo Pérez Romero
Créditos Diego Pérez Romero

El tercer día fue uno de los más duros, donde hubo que caminar unas ocho horas por caminos en medio de la espesa selva, subiendo y bajando cerros, y cruzando ríos con el agua hasta el pecho. Para la última parte del recorrido hubo que saltar de una piedra a otra, en medio de una quebrada, durante aproximadamente dos horas.

Ese día llegamos cerca del Rostro, pero no lo vimos hasta el día siguiente.

El Rostro Harakbut es quizás el sitio más sagrado para los Harakbut, pero también es conocido a nivel regional como un ícono. En mérito a eso, el 2021 fue reconocido como Patrimonio Cultural por el Ministerio de Cultura del Perú.

Sin embargo, no existen muchas imágenes del lugar. Y en cuanto a las pocas imágenes que habían, siempre sentí que no le hacían justicia al Rostro. Esto último fue una de las motivaciones principales para que surja esta expedición que tomó casi un año de gestiones. Buscaba obtener nuevas y mejores imágenes.

Créditos Rodrigo Pérez Romero
Créditos Diego Pérez Romero

El día que llegamos al Rostro empezó temprano. Habíamos acampado a sólo 30 minutos del lugar. Llegamos alrededor de las 7am. Esa mañana el cielo estaba súper despejado y pasamos todo el día en el sitio. Así, programamos el viaje para poder asegurarnos de que teníamos las suficientes horas en el lugar y, con ello, distintas iluminaciones.

Me pasé todo el día mirando al Rostro directamente. Según los Harakbut, el Rostro es conocido en su idioma como «amana», un lugar que tiene el poder de conceder deseos.

El regreso fue más duro que la ida. El río bajó de caudal, por lo que a la caminata de 8 horas se sumó bajar a empujar el bote durante día y medio, cada dos o tres minutos.

La ECA Amarakaeri desempeña un rol crucial en la gestión del territorio, articulando esfuerzos entre las comunidades y las autoridades para la conservación de más de 400 mil hectáreas de bosques. Su enfoque en la gobernanza comunitaria ha permitido fortalecer las capacidades locales e impulsar actividades económicas sostenibles en este vasto territorio.

Esta expedición al Rostro Harakbut fue una actividad realizada por la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) junto con ECA Amarakaeri y tuvo como objetivo generar nuevas imágenes del Rostro. Estas imágenes servirán para construir una plataforma digital que le permita a cualquier persona del mundo hacer un recorrido virtual de este inaccesible espacio y, de esta forma, más gente pueda respaldar la protección de esta importante reserva.

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