En Chile, históricamente la política urbana puso el foco en la vivienda, olvidándose de los espacios públicos para el encuentro de la comunidad, lo que ocasionó que muchas plazas y parques se convirtieran en focos de conflicto o microbasurales, privando a los vecinos de tener un espacio de reunión, recreación y contacto con la naturaleza.

Plaza Nuestro Parque, Hualaihué, Hornopirén ©Fundación Mi Parque
Plaza Nuestro Parque, Hualaihué, Hornopirén ©Fundación Mi Parque

Preocupados por este contexto social, que afecta a la calidad de vida y la dignidad de las personas de aquellos sectores que más lo necesitan, los arquitectos Julio Poblete y Martín Andrade decidieron convertir en realidad su sueño de que todos se sientan orgullosos del barrio en que viven. Con esto en mente crearon Fundación Mi Parque en 2008, una organización sin fines de lucro que se dedica a mejorar la calidad de vida en barrios vulnerables a través de un proceso participativo de diseño, construcción y activación de áreas verdes para el encuentro.

Hoy, en la primera década de historia de la fundación se han desarrollado:

El Sello Mi Parque

©Fundación Mi Parque
©Fundación Mi Parque

En los más de 300 proyectos que ha desarrollado la fundación, la clave del éxito ha sido su modelo de trabajo. Cada proyecto se trabaja junto a la comunidad beneficiaria para vincularla con el espacio que ocupará, además de la municipalidad respectiva para comprometerla en la posterior mantención; y con una empresa privada que además de los recursos económicos para la construcción de la plaza, aporta con voluntariado corporativo que se involucra en el trabajo con la comunidad.

Al respecto el Director Ejecutivo de Mi Parque, Carlos Aubert, explica que trabajar con la comunidad que ocupará la futura área verde, permite dar soluciones a la medida de cada realidad con el fin de que el espacio público efectivamente sea usado; además de fortalecer el sentido de apropiación entre los vecinos que los motivará a cuidar como suyo el lugar que se está rediseñando. «La restauración de un espacio público, a través de una metodología participativa, permite recuperar el tejido urbano-social que compone un barrio, teniendo como eje las necesidades de las personas desde una perspectiva de comunidad», declara Aubert.

El Impacto Mi Parque

Plaza Dr. Antonio Rendic, Antofagasta ©Fundación Mi Parque
Plaza Dr. Antonio Rendic, Antofagasta ©Fundación Mi Parque

Convencidos de que se estaban generando cambios sociales profundos y con el objetivo de medirlos de manera empírica, entre los años 2012 y 2014 Mi Parque realizó una evaluación del impacto de su intervención de manera conjunta con el centro de investigación sin fines de lucro de América Latina y el Caribe -J-Pal- y el patrocinio de IM Trust. El estudio evaluó 28 pares de barrios homogéneos -en los cuales uno fue intervenido con una plaza comunitaria y el otro no- durante tres años, entregando cifras significativas sobre el cambio que generaron las nuevas áreas verdes en cada barrio.

Francisco Gallego, académico del Instituto de Economía UC y director científico de J-Pal que además lideró la evaluación a Mi Parque, resalta la mejoría tanto del uso y mantenimiento de la plaza, como del entorno: “Las plazas renovadas de manera participativa fueron usadas 55% más por niños menores de 12 años, y para los mayores de 12 años y dueñas de casa el uso aumentó en 50% y 76% respectivamente. Además, disminuyó 17% la frecuencia con que reportan basura en el parque y 31% de aparición de rayados -en paredes-. Por último, la percepción de seguridad en el barrio aumentó en un 9%”.

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