Este martes 3 de marzo se inicia un nuevo capítulo del largo proceso que ha demorado el rechazo o aprobación del proyecto minero portuario Dominga. El Tribunal Ambiental de Antofagasta escuchará los alegatos para volver a decidir el destino del proyecto, pudiendo revivir y perder su actual estatus de rechazado.

“Este martes deberemos alegar una vez más sobre un proyecto que ya se había rechazado y que esperamos se mantenga así, porque Dominga es un mal proyecto, con información insuficiente y que no pretende hacerse cargo de los problemas ambientales que generaría. Pero, además, es un proyecto absolutamente desacertado por querer emplazarse en un lugar que es de importancia internacional por su enorme riqueza ambiental”, asegura Macarena Soler, directora de Fundación Geute Conservación Sur y uno de los abogados que liderarán los alegatos en contra del proyecto Dominga.

Ya había sido rechazado

El proyecto fue rechazado en 2017 en el gobierno de Michelle Bachelet, primero, por la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo y, luego, por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad. Ambas instancias argumentaron, en esa oportunidad, que el proyecto tenía graves deficiencias técnico-ambientales.

Una de ellas era la deficiente información de “línea de base”, es decir, la descripción detallada del área de influencia del proyecto previo a su ejecución. En palabras simples: si un proyecto no detalla en profundidad cuáles son los elementos presentes en el lugar donde se desarrollará, no puede especificar cuáles son los impactos que generaría, ni las medidas de mitigación que podría hacer para asegurar que el proyecto sea sustentable.

Otros puntos para rechazar el proyecto fueron que las medidas de mitigación, compensación y reparación propuestas por la empresa Andes Iron SpA, eran insuficientes para hacerse cargo de manera adecuada de eventuales impactos significativos al medio ambiente y a la salud de las personas.

©Evelyn Pfeiffer
©Evelyn Pfeiffer

A pesar del rechazo, Andes Iron no se rindió y presentó al año siguiente un recurso de reclamación ante el Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta argumentando que hubo vicios en el proceso de rechazo. El Tribunal, sin evaluar el fondo del proyecto, sino que solo por razones de forma, les dio la razón y sentenció que el proyecto debía volver a votarse en la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo.

Frente a esto, las organizaciones ambientales y la comunidad presentaron recursos de casación ante la Corte Suprema para que dejara sin efecto la resolución del Tribunal Ambiental y se mantuviera el rechazo al proyecto.

La presión ayudó

En septiembre de 2019 la Corte Suprema estableció que el proyecto Dominga había sido correctamente rechazado por el Comité de Minsitros por la Sustentabilidad y la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo, desestimando los argumentos que entregó Andes Iron. El máximo tribunal ordenó al Tribunal Ambiental de Antofagasta volver a revisar la causa para pronunciarse sobre si la información ambiental que se desarrolló en el proceso de evaluación ambiental es suficiente o no para la aprobación de la iniciativa.

 “A partir del fallo de la Corte Suprema solo será posible discutir aspectos estrictamente ambientales. Andes Iron intentó relevar su caso desde la arista política, pese a los profundos y públicos problemas que en ese aspecto tenía el proyecto, acusando una desviación de poder que llevó a su rechazo”, comentó Diego Lillo, Coordinador de Litigios de la ONG FIMA. “Ahora que toca discutir exclusivamente los aspectos ambientales, Andes Iron no se encuentra preparado para defender las deficiencias técnicas del proyecto y los enormes impactos que genera en la biodiversidad y el medio humano”, añadió.

©Iñaki Madinagoitia
©Iñaki Madinagoitia

En la misma línea, el especialista en conservación José Gerstle, de la ONG Ayni afirmó que “es lo que siempre hemos solicitado, que se estudie el fondo del asunto, estamos convencidos que el rechazo está bien otorgado, hubo muchas irregularidades durante el proceso de evaluación ambiental y tenemos a la ciencia de nuestro lado”, agregando que “hemos visto cómo los intereses de empresarios o políticos poderosos han buscado torcer la institucionalidad ambiental, lo cual no puede ser razón para pasar por alto el cuidado de zonas únicas en el país”.

Luego de los alegatos, los ministros del Tribunal Ambiental deberán dictar una sentencia en los próximos meses. De confirmarse el rechazo al proyecto, Andes Iron podría recurrir nuevamente a la Corte Suprema vía recurso de casación, por lo que esta instancia no será la definitiva para Dominga.

“Seguiremos luchando por preservar nuestro territorio, ya que somos una gran mayoría de habitantes de esta zona los que estamos por el desarrollo sustentable y en contra de proyectos que vienen a destruir”, afirmó Rosa Rojas, del Movimiento en Defensa del Medio Ambiente de La Higuera. “Estamos cansados de que las empresas vengan a dividir a nuestra comuna ofreciendo beneficios a cambio de una contaminación irreversible”, agregó.

Parte de quienes se han juntado en la lucha en contra del proyecto minero portuario Dominga es la Alianza Humboldt, una organización que reúne a más de 90 agrupaciones que buscan proteger el Archipiélago de Humboldt, quienes cumplieron un año de creación.

“Este proyecto ha sido muy controvertido pues pretende emplazarse en un área de alta biodiversidad, lo que genera un total rechazo de las organizaciones ambientales y ciudadanas”, señaló Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de Fundación Terram. “En el escenario actual creemos que la biodiversidad cobra un inmenso valor, y en ese sentido hacemos un llamado, tanto a los jueces del Tribunal Ambiental a que resguarden el valioso patrimonio natural de Chile que está en la zona de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt”, agregó.

©Iñaki Madinagoitia
©Iñaki Madinagoitia

Un paraíso de biodiversidad 

El proyecto minero de la sociedad Andes Iron considera la construcción de dos minas a rajo abierto para la extracción de hierro y cobre, un puerto de embarque, áreas de relave y una desalinizadora. El problema principal es que el proyecto pretende ubicarse en una zona considerada prioritaria para la conservación de la biodiversidad del mundo. Se trata del sector costero emplazado al sur de las Reservas Marinas Islas Choros-Damas e Isla Chañaral y la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, hábitat de numerosas especies emblemáticas amenazadas y en peligro como ballena azul, jorobada y fin, delfín nariz de botella, chungungo, lobos marinos y diversas especies de aves, donde destaca el 80% de la población mundial de pingüino de humboldt, especie vulnerable protegida por la legislación chilena.

Científicos y ambientalistas coinciden en que el proyecto Dominga tendría efectos ambientales negativos irremediables en la biodiversidad y ecosistemas del área, como consecuencia de las emisiones de material particulado que producirían las dos minas a rajo abierto, y de los residuos del proceso industrial generados en la extracción de hierro y cobre, los cuales contienen concentraciones de arsénico, plomo y mercurio, entre otros elementos tóxicos.

El Consejo de Ministros al mando de Michelle Bachelet, aprobó la creación de un Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) en La Higuera, pero sin definir sus límites y el proyecto que quedó en estado de latencia hasta el día de hoy, sin existir avances en su declaratoria. Sobre esto, Macarena Soler es tajante: “Hoy es fundamental avanzar para que esta zona sea declarada como Área Marina Protegida, especialmente teniendo en cuenta la importancia de mantener la salud de los océanos en el escenario de crisis climática en que nos encontramos. En medio de esta crisis, lo lógico es pensar en conservar y restaurar nuestro medio ambiente, en vez de destruirlo”.

*Alianza Humboldt está formada además por las organizaciones Oceana, Greenpeace, Sea Shepherd, Parley, Chao Pescao, Fundación Terram, Chile Sustentable, ONG FIMA, Defensoría Ambiental, Geute, Ecosistemas, Fundación Jane Goodall, Ayni, Chinchimén, Fundación Relaves, Aula de Mar, Panthalassa, Codesa y C-Verde; junto a agrupaciones de la zona en conflicto coordinadas a través de Alianza Humboldt Coquimbo-Atacama, la cual está compuesta por Defensa Ambiental IV Región, MODEMA y Sphenisco, y otras 90 organizaciones regionales.

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