Tener al Océano Pacífico a un costado de Chile es un privilegio. Ahí habita una inmensidad de flora y fauna marina que se puede apreciar a simple vista o, también, buceando. Es así como lugares costeros como Playa Blanca (Iquique), Rapa Nui, Los Molles, Quintay, Chañaral de Aceituno, Robinson Crusoe y Pichidangui destacan por ser algunos de los mejores lugares para practicar esta actividad en el país.

El buceo es un deporte que requiere habilidades físicas y técnicas, esto debido al peso del equipo que se utiliza y la necesidad de controlar la respiración para reducir el consumo de aire y para ayudar a la flotabilidad debajo del agua. Es por eso que la edad mínima para desarrollar esta actividad, por ley, es de 14 años y la edad máxima es hasta que el cuerpo aguante. Los cursos se imparten siguiendo los estándares y programas de formación establecidos por PADI (Professional Association of Diving Instructors), una reconocida organización a nivel mundial en el ámbito del buceo.

Los niveles de cursos PADI son cinco: Discover Scuba Diving, este consiste en un bautizo en el cual se bucea a un máximo 12 metros de profundidad; Open Water Diver, con este curso se obtiene el certificado de buceador PADI y permite bajar a 18 metros; Advanced Open Water, amplía habilidades técnicas y conceptuales permitiendo explorar especializaciones, con un límite de profundidad extendido a 30 metros; Rescue Diver, este curso ayuda a estar preparado en caso de que se produzca una emergencia; Master Scuba Diver, este título se obtiene al poseer todas las certificaciones anteriores, representando el nivel más alto en el buceo recreativo.

Al ser un deporte que requiere de instrucción, hay diversos centros de buceo en las bahías anteriormente mencionadas. Aquí te revelaremos las razones por las cuales estos lugares destacan.

Región de Tarapacá

Iquique 

Las diversas playas de Iquique, se destacan como una encantadora extensión de arenas blancas y aguas cristalinas de tono esmeralda. Allí se pueden encontrar especies marinas predominantes como el pejeperro, el mulato y el apañado. También hay peces con características tropicales, ya que el debilitamiento de la corriente de Humboldt en esta región, permite la presencia de peces que no son típicos en el litoral centro sur.

“La flora marina, por su parte, está compuesta por algas pardas, siendo los más comunes el huiro negro, el huiro palo y el huiro gigante. Estas tres especies forman grandes bosques submarinos y son las responsables de entregar el hábitat necesario para la supervivencia de todas la fauna submarina de la región”, explica Héctor Guerrero, integrante del centro Buceo Norte. 

En general, todo el borde costero es apto para realizar actividades submarinas. Un atractivo es ver la Esmeralda, pero para esto se debe pedir permiso a las autoridades marítimas y se debe estar en un nivel avanzado, ya que el naufragio se encuentra a 49 metros de profundidad.

Otras zonas para bucear son Playa Blanca, con sus imponentes rocas y canales rebosantes de flora y fauna marina en tonalidades vibrantes, que ofrecen la oportunidad de sumergirse en el fascinante «Jardín de Charlie», un lugar perfecto para principiantes con profundidades que oscilan entre los 15 y 30 metros. Tres Islas también destaca, con su profundidad máxima de 17 metros, con aguas protegidas en la cara norte de la isla y un denso bosque de algas en la parte frontal, proporcionando un escenario submarino de contrastes cautivadores.

”En Playa Blanca se puede encontrar una gran biodiversidad. Se pueden observar distintas aves y hasta pingüinos. Por sus condiciones de costa y de roquerío es bien común encontrarse con cardúmenes de anchoveta, de sardinas, de júreles y de cabinza. Al ser un lugar relativamente alejado de la ciudad no está muy invadido (…). Lo más alucinante que me ha pasado es haber estado buceando a los 15 años y ser rodeado por un cardumen de distintas especies de peces (…)”, cuenta Pablo Guerrero (32), instructor y director de la escuela Buceo Iquique.


Si la idea es capturar imágenes fascinantes, Punta Gruesa se convierte en un destino imprescindible para aquellos buceadores novatos que buscan aventurarse con sus cámaras. En este lugar hay un pintoresco paisaje de bolones y rodados -colonizados por algas- que se fusiona con la presencia vibrante de cardúmenes de peces. Estas opciones, sumadas a playa Cavancha y la ex ballenera, consolidan a Iquique como un destino submarino completo y diverso. La temperatura del agua alcanza los 15 grados y, un aspecto a considerar son las épocas donde hay más marejadas, las cuales son entre mayo y julio.

Iquique, con su entorno marino único, promete ser un destino inolvidable para aquellos que buscan sumergirse en la belleza y la diversidad de las aguas del norte de Chile.

Región de Atacama 

Chañaral de Aceituno 

La Caleta Chañaral de Aceituno, en la Región de Atacama, emerge como el punto de partida hacia un viaje submarino entre la Reserva Marina Isla Chañaral y el borde costero continental. Esta zona no solo representa un ecosistema único, sino que también se erige como una puerta de entrada al dinámico escenario marino que caracteriza a la corriente de Humboldt en el Pacífico Sur.

En este lugar, las aguas cuentan con la presencia de las imponentes ballenas, como la gigantesca ballena azul, el mamífero más grande del mundo. También habita el chungungo. También se encuentran distintos tipos de delfines, incluyendo especies como nariz de botella, calderones grises y orcas. El krill, en masas colosales, contribuye a la vitalidad de este ecosistema marino, creando una cadena biológica completa que actúa como una ventana a la historia pasada de las costas chilenas. Ojo que las mejores épocas para avistar ballenas son entre noviembre y mayo. Solo se pueden avistar, está prohibido el buceo con ellas (salvo buzos autorizados).

El centro de buceo ExploraSub, estratégicamente ubicado, ofrece a los amantes del buceo la oportunidad de explorar diversos puntos de interés submarino. Al suroeste, el Naufragio PAM, con sus 33 metros de profundidad máxima, proporciona un emocionante encuentro con un arrecife artificial en buen estado de conservación. En el este, La Lobera del Faro brinda la oportunidad de interactuar directamente con una colonia de lobos finos australes, sumergiéndose a profundidades que oscilan entre los 2 y 20 metros. 

Más al norte, lugares como El Sin Nombre, con su gruta biodiversa a profundidades de 3 a 25 metros, y El Ancla, con su pared que bordea la isla y alcanza los 42 metros de profundidad, destacan por actineas naranjas, esponjas y bosques de algas. El Cañón de los Perdidos presenta una espectacular pared de actineas y esponjas, mientras que El Apañado, al este, ofrece un escenario vibrante con bosques de algas y una impresionante colonia de lobos comunes, entre los 3 y 24 metros de profundidad. Estas y muchas otras zonas más son las que hacen de Chañaral de Aceituno uno de los puntos más increíbles del país en cuanto a biodiversidad. 

Región de Coquimbo 

Pichidangui 

La bahía de Pichidangui, situada a 200 kilómetros al norte de Santiago, presenta condiciones excepcionales para el buceo recreativo. El pueblo de Pichidangui, enclavado en una península, proporciona una protección constante contra los vientos predominantes del sur a lo largo de todo el año, por lo que es posible bucear cuando se quiera, incluso cuando bahías vecinas deben frenar sus actividades por las condiciones climáticas. Además, frente a esta península, dentro de la bahía, destaca la majestuosa «Isla Locos», deshabitada por humanos, pero habitada por diversas especies de aves. Esta isla no solo añade un atractivo natural único, sino que también actúa como un escudo significativo en situaciones de vientos del norte. 

Al igual que en Los Molles es posible ver distintos peces de roca, tales como la vieja, y bosques de algas pardas, los que pueden llegar a medir 30 metros de altura. Son prácticamente guarderías para la fauna marina. La diversidad de moluscos es infinita al igual que la de cangrejos, y el fondo marino rocoso y accidentado está lleno de cuevas, acantilados y formaciones rocosas.  “Lo que hace a Pichidangui un hotspot para el buceo, además de su ubicación, es la variedad de zonas de buceo para todos los niveles. Pasando por naufragios, pasando por cavernas, por la Isla, tenemos la gama completa para ofrecer”, explica Javier Montoya (40), uno de los fundadores del centro de buceo Divetruck junto con Mauricio Sabelle. 

Con una visibilidad de 25 metros en verano y 40 en invierno, y una temperatura que oscila entre los 11 y los 14 grados -aunque Montoya explica que este verano el agua se encuentra a 19 grados- los puntos de buceo que tiene para ofrecer la bahía de Pichidangui son aproximadamente 40 registrados. Uno de los más característicos es el Penitente, el cual se encuentra a 25 metros de profundidad y es para buceadores con certificación Open Water. Allí se hace un recorrido por paredes llenas de esponjas de diversos colores y colonias de picorocos. El naufragio INDUS 8 también es un lugar llamativo para bucear. Se encuentra a unos 29 metros de profundidad aproximadamente y representa un punto donde hay una inmensa cantidad de vida, como cardúmenes, medusas, esponjas, entre otras. 

Fue cerca del naufragio INDUS donde Javier Montoya vivió una de las experiencias más increíbles de su vida. “Estábamos buceando en grupo grande y uno de los muchachos tuvo que subir y yo lo acompañé. Una vez que lo dejé en el bote, bajé de nuevo y mientras voy bajando me rodea una manada de delfines que me acompañaron casi todo el trayecto de vuelta hacia donde estaba el grupo. Guardo en mi corazón ese recuerdo, si bien los delfines se ven bastante, es poco común que jueguen contigo”, cuenta con emoción. 

Región de Valparaíso

Juan Fernández – Isla Robinson Crusoe: 

A 670 kilómetros del continente y a dos horas en avioneta desde Santiago se encuentra el Archipiélago de Juan Fernández. Es uno de los secretos mejor guardados de Chile debido a su abundante biodiversidad, la cual cuenta con una fauna diferente a la de continente, ya que se encuentra fuera de la corriente de Humboldt. Sus aguas cristalinas, las cuales llegan a casi 14 grados en invierno y 22 en verano, permiten una visibilidad de 20 metros, un tesoro en lo que compete al buceo. “El archipiélago Juan Fernández es el lugar en el mundo con mayor biomasa a nivel mundial. Tenemos 4,3 toneladas de peces por hectárea. Es un lugar único en biodiversidad y en especies endémicas, eso lo hace especial. Además contamos con seis parques marinos”, cuenta Gloria Bermúdez (38), instructora hace 24 años y fundadora de Marenostrum Expediciones junto a su marido Germán Recabarren. 

En la Isla Robinson Crusoe existen aproximadamente 15  zonas en las cuales se puede practicar este deporte. Uno de ellas es Salsipuedes, un saliente rocoso revestido por anémonas naranjas y erizos, en el cual se pueden observar langostas, pampanitos, breca y diversas especies endémicas. También se encuentra Lobería Tres Puntas en el cual se puede bucear en la compañía del lobo fino de dos pelos. Además de naturaleza también se encuentra el naufragio Miraflores, el cual está a una profundidad de 36 metros ubicado en la Isla Santa Clara. Los tres spots son solamente para buzos certificados. Para los principiantes, se encuentran los acuarios naturales en Bahía Cumberland, donde se hacen los bautizos; Lobería Pangal y una barcaza que está a cinco metros aproximadamente del muelle. 

“Una de las más increíbles experiencias pueden ser el bucear con lobos. Estar inmerso en en un buceo con cientos de lobos alrededor, interactuando respetuosamente con ellos es una experiencia única”, explica Bermúdez. 

Marenostrum ofrece una amplia variedad de actividades, que van desde el buceo en las áreas mencionadas anteriormente, cursos para obtener certificaciones y talleres de apnea, hasta servicios de kayak transparente que permiten observar el fondo marino. Además, Germán ha diseñado una embarcación con una ventana en su base, brindando una experiencia única para todas las edades y gustos.

Quintay 

Quintay, ubicado al sur de Valparaíso y a dos horas de Santiago, se revela como un auténtico tesoro para los apasionados del buceo. Sus aguas calmas brindan un entorno ideal para explorar la abundante vida marina de la zona. Esta localidad se ha erigido como un epicentro para las escuelas de buceo, convirtiéndose en una opción destacada, especialmente para quienes se aventuran por primera vez en esta actividad submarina.

Entre los destacados atractivos de Quintay se encuentran los restos sumergidos del «Falucho», un antiguo barco ballenero que reposa a 16 metros de profundidad. Este naufragio, que se hundió en 1969, ofrece una experiencia única para los buceadores Open Water, permitiéndoles explorar sus estructuras y descubrir la diversa vida marina que lo rodea. Otro punto de interés es «La Caldera», donde se ubica un naufragio perteneciente a la flota «INDUS», cuyos restos se esparcen entre los 3 y 12 metros de profundidad. Este lugar, adecuado para buceadores principiantes, exhibe peces de roca y una imponente caldera que resalta en el paisaje submarino.

«El Fraile», un bajo oceánico ubicado en el centro de la rada de Quintay, se presenta como una elección perfecta para el buceo multinivel y técnico. Con profundidades que oscilan entre los 15 y 40 metros, ofrece formaciones rocosas, cuevas y una abundancia de vida marina, que incluye esponjas, nudibranquios y picorocos. La «Lobera de Curaumilla», en una isla cercana a Laguna Verde, alberga una colonia de lobos marinos, proporcionando un lugar de buceo apto para todos los niveles. Por último, «El Aguilocho», una roca al sur de Quintay, a 25 metros de profundidad, se revela como un paraíso para buceadores avanzados. Aquí, se puede disfrutar de una diversidad marina impresionante, desde locos y erizos hasta cardúmenes de peces de roca.

Estos son solo algunos de los 12 puntos de buceo que ofrece el Centro de Buceo Austral Divers en Quintay, el cual ofrece cursos en todos los niveles de PADI. Además cuenta con servicios de Kayak y SUP, los cuales incluyen guía y clase introductoria. 

Los Molles

A un poquito más de dos horas de Santiago y una hora y media de Viña Del Mar, se encuentra Los Molles. Es una playa de aguas cristalinas y arenas blancas que alberga una rica diversidad marina y terrestre, ya que alberga el Bioparque Puquén, ubicado en uno de los cinco ecosistemas mediterráneos del mundo. Además alberga esponjas, medusas, lobos de mar, cardúmenes de diversas especies, entre otras cosas. 

“Tenemos gran variedad de esponjas de diferentes colores. Estas van desde el amarillo, el azul, el naranja. Entonces cuando estamos buceando y tenemos la posibilidad de que el agua esté bien clarita, se van a encontrar esponjas de color. Hay una muralla que es amarilla, por otro lado es más azul, por otro lado verde y por otro lado naranja. Junto con eso está la vida marina que se produce gracias a esta fauna”, explica Guido Arce, fundador del centro Scuba Adventure

Con sus aguas oscilando entre los 13 y los 15 grados en época estival, Arce cuenta que la mejor época para bucear es en invierno, ya que se tiene mejor visibilidad. “En invierno el agua tiende a ser mucho más clara que en verano. En verano el efecto del calor hace que vayan floreciendo algas y vayan soltándose nutrientes, y el agua tiende a enturbiar un poco, aunque este verano en particular el agua está muy clara. Pero en invierno podríamos estar mirando 40 metros para adelante sin ningún problema y con agua muy cristalina”. 

Los Molles ofrece puntos de buceo para todos, incluyendo la «Piedra del Bilagay» con máximo 10 metros de profundidad. Su nombre se debe a los peces Bilgay que son naranjos. La «Catedral» fascina a buzos experimentados a 35-40 metros, explorando cañones y cuevas habitadas por peces de roca.

Los Reyes son versátiles, aptos para Open Water y avanzados. A 18 metros, los principiantes disfrutan de esponjas y cardúmenes, mientras los avanzados exploran a 27 metros, y a su regreso van descubriendo nudibranqueos y peces diversos bordeando la pared. Guarapalos es famoso por su vida marina a 18-30 metros, accesible para Open Water y avanzados. Tres Islas, a 25 metros, ofrece pasillos entre paredes rocosas para buzos avanzados. La Lobera, a 18-26 metros, brinda la oportunidad única de bucear entre lobos marinos, siendo accesible para Open Water.

Los Molles es un destino imprescindible para el buceo. Aguas cristalinas, biodiversidad marina y puntos de inmersión para todos los niveles hacen de este lugar una experiencia única.

Rapa Nui 

En medio del Océano Pacífico y a 3.526 kilómetros de Chile aproximadamente, se encuentra Rapa Nui. Considerado uno de los destinos por excelencia para conocer en el mundo debido a su historia, paisajes y la presencia única de los moais, este destino destaca por las aguas que lo rodean, las cuales albergan un verdadero tesoro submarino. Con condiciones ideales para el buceo, el 77% de los peces que habitan las aguas de la isla y la región son endémicos, ofreciendo a los exploradores subacuáticos una experiencia única al sumergirse en este ecosistema marino singular. 

«La isla está repleta de corales; contamos con un variado arrecife que alberga más de 15 tipos diferentes. En cuanto a sus colores, van desde tonos amarillos hasta verdes oscuros. La rica fauna marina incluye especies endémicas como los peces mariposa, peces damisela, entre muchos otros. Cuando la marea está buena, la visibilidad puede alcanzar los 70 metros, el color turquesa del agua es hermoso”, cuenta Luciano Sandoval (23), quien trabaja para el centro de buceo Mike Rapu. 

La visibilidad de 70 metros y la temperatura del agua -la cual oscila entre los 26 y 18 grados- hacen de Rapa Nui un lugar obligatorio para bucear. Si bien la isla cuenta con un sinnúmero de lugares para realizar esta actividad, Mike Rapu cuenta con servicio para 13 zonas, las cuales varían en su nivel de dificultad. Entre ellas se encuentran lugares como Vai a Heva el cual ofrece arrecifes fusionados con fondos arenosos, proporcionando un escenario colorido y tranquilo a menos de 10 metros de profundidad. Jardín, a 25 minutos al noroeste de Hanga Roa, el cual presenta un monte submarino cubierto de corales, ambos lugares  ideales para aquellos que están dando sus primeros pasos con alguna experiencia.

Luciano Sandoval buceando en la isla de Rapa Nui
Luciano Sandoval buceando en la isla de Rapa Nui

Para los buceadores más experimentados, Moai Sumergido es un lugar emblemático con un moai sumergido a 23 metros, proporcionando una experiencia única y profunda. La Catedral, a 20 minutos al norte de Hanga Roa, presenta una caverna submarina con espectaculares juegos de luces, siendo accesible, pero requiriendo atención a cambios de corriente. Estas son solo algunas de las variadas experiencias que se pueden tener en la isla. 

Además el centro ofrece un paseo a Los Motus, islotes sagrados al ser el lugar donde se realizaba la competencia del hombre pájaro, el Tangata Manu. “Es un paseo muy entretenido, muy familiar. Dura aproximadamente 25 minutos hasta llegar a Los Motus. Durante el trayecto se cuentan detalles sobre la historia y la geomorfología del lado suroeste de la isla. En el recorrido, explorarán también cuevas, siempre que las condiciones sean óptimas. Al llegar a Los Motus, tendrán la opción de disfrutar de un snorkel de media hora o permanecer cómodamente en el bote; la decisión es personal. Durante la experiencia de snorkel, se maravillarán con una visibilidad de 60 metros y la proyección del islote. Aunque la profundidad de 60 metros ofrece una vista completa, es posible que no encuentren una gran cantidad de peces debido a las condiciones más frías y la menor disponibilidad de nutrientes. La característica principal de hoy es la excepcional visibilidad, junto con la importancia histórica de la ancestral competencia”, explica Sandoval. 

Rapa Nui se ha coronado como un lugar rico en historia, biodiversidad y paisajes, con una visibilidad casi única y temperaturas increíbles. Una parada obligatoria en tu ruta de buceo. 

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