Puede que hasta ahora nunca hayas considerado a Guatemala dentro de tus destinos para conocer. Puede que ni siquiera hayas visto fotos de este país. Pero lo cierto es que, pese a no ser el destino de moda, Guatemala tiene mucho que ofrecer a quienes lo visiten. Para empezar, tiene el encanto de sus ciudades coloniales que parecieran haberse detenido en el tiempo, los colores de las pintorescas casas que adornan sus pueblos, lo exótico de su fauna y los imponentes vestigios de antiguas civilizaciones mayas. Por esto y mucho más es que hoy te presentamos 10 razones para visitar este hermoso país centroamericano.

1. Antigua ofrece un viaje en el tiempo a la época colonial

©Fernando Rosselot
©Fernando Rosselot

Antigua fue la ciudad principal de Guatemala luego de que una erupción del Volcán Agua los obligara a trasladar su capital desde el Valle de Almolonga. Años más tarde, esta hermosa ciudad marcada por la arquitectura barroca, sufrió las consecuencias del gran terremoto de 1773 y sus posteriores sismos, que destruyeron gran parte de Antigua y obligaron a las autoridades a reubicar la principal ciudad nuevamente.

La famosa fuente de agua del convento Nuestra Señora de la Merced, en Antigua. ©Fernando Rosselot
La famosa fuente de agua del convento Nuestra Señora de la Merced, en Antigua. ©Fernando Rosselot

Se dice que durante muchos años Antigua quedó prácticamente abandonada, habitada sólo por aquellos que se negaron a dejar sus hogares atrás, hasta que hace un par de décadas la ciudad, que aún conserva en muy buenas condiciones algunas construcciones de la época colonial y sus calles empedradas, comenzó a resurgir y restaurar algunas edificaciones. Desde 1979 Antigua es patrimonio mundial de la Humanidad y hoy es uno de los principales atractivos turísticos de Guatemala, donde su historia y hermosas ruinas (principalmente de conventos e iglesias) encantan a todo aquél que la visita.


2. La oportunidad de conocer la mayor ciudad de la cultura Maya

Tikal ©Fernando Rosselot
Tikal ©Fernando Rosselot

El parque Nacional Tikal en la región de Petén, alberga a la cuidad más grande establecida por la civilización Maya. Plataformas ceremoniales, palacios, templos, plazas y residencias conforman estas milenarias ruinas que durante casi 900 años estuvieron ocultas entre la vegetación de la selva hasta que fueron redescubiertas.

13 años tardó la Universidad de Pennsylvania en develar cerca de 16 km2 de centro ceremonial, pero se estima que la extensión total de esta ciudad es de alrededor de 64 km2, por lo que aún queda mucho que descubrir.  En Tikal se encuentra además la pirámide maya más alta encontrada, con más de 65 metros de alto, llamado Templo IV de la Serpiente Bicéfala. En este lugar, cuyo nombre significa «ciudad de las voces» es posible subir al Templo V donde la recomendación es esperar el atardecer mientras se disfruta de la vista panorámica que éste ofrece.


3. Una experiencia selvática

Monumento Natural Semuc Champey, uno de los principales atractivos del corredor biológico. ©Wikipedia
Monumento Natural Semuc Champey, uno de los principales atractivos del corredor biológico. ©Wikipedia

Guatemala no sólo cuenta con la selva tropical más grande al norte de la cuenca del Amazonas, sino que además entrega la oportunidad a aquellos amantes de los deportes outdoor, de recorrer el llamado «Corredor Biológico del Bosque Nuboso» ubicado en el departamento de Baja Verapaz. Se trata de una ruta conocida como «de aventura» donde se puede realizar diversos trekking en la selva y recorrer 19 áreas protegidas.


4. La posibilidad de subir hasta la cima de un volcán

En la cima del volcán Pacaya ©Fernando Rosselot
En la cima del volcán Pacaya ©Fernando Rosselot

Con 37 volcanes en su territorio, si viajas a Guatemala y te gusta practicar deportes al aire libre de montaña, sin duda deberías considerar una ascensión a una de estas maravillas naturales. Lo recomendable, por temas de seguridad, es subir con guías especializados y tener buen estado físico. Sobre todo si el volcán que quieres subir es el Volcán Acantenango, uno de los más altos de Guatemala y de exigencia alta, que requiere de 6 a 8 horas de caminata para llegar a su cima y en cuyo trayecto puedes encontrar diversos climas –uno de ellos un bosque nuboso, bastante húmedo– a medida que llegas a mayor altura. Sin duda la vista en la cima valdrá la pena, una panorámica donde el protagonista será su vecino, el Volcán Fuego.

Otro de los volcanes que muchos eligen para subir a su cima, es el volcán Pacaya, de bajo nivel de dificultad, ubicado a 45 minutos de la Ciudad de Guatemala. Pese a tener una menor altitud que el volcán Acantenango, la vista que ofrece desde su cima no deja de ser sorprendente: una panorámica maravillosa de la cadena volcánica que incluye a los volcanes Agua, Fuego y Santiaguito.


5. Probar platos nuevos y exóticos con cuatro siglos de trayectoria

Olla de pipián ©Josué Goge
Olla de pipián ©Josué Goge

Por si no lo sabías, Guatemala cuenta con una variada oferta gastronómica donde destacan algunos platos tradicionales que han ganado el título de «patrimonio cultural intangible«. Al menos 4 preparaciones de la cocina guatemalteca cuentan con este reconocimiento y se trata más que nada de platos elaborados a base de caldos y salsas condimentadas que datan de hace más de cuatro siglos y son el resultado de una fusión entre la cocina precolombina e ingredientes españoles y árabes. Ellos son: el jocón, el pepián, el kaq’ ik y los plátanos en mole.


6. Ser testigo de un carnaval de colores y religión

©Erik Albers
©Erik Albers

Si viajas en abril durante la época de semana Santa, entre el Sábado de Ramos y el Domingo de Resurrección, en Antigua Guatemala podrás disfrutar de las procesiones que se realizan en las calles de esta ciudad en donde los locales cubren el suelo con alfombras de aserrín colorido.

Estos desfiles van además acompañados de música en vivo, principalmente marchas fúnebres o festivas, que tocan la orquestas musicales.


7. Chichicastenango: Un mercado de artesanías increíble

©Fernando Rosselot
©Fernando Rosselot

El pueblo de Chichicastenango ubicado a pocas horas (140km) de la capital de Guatemala, alberga uno de los mercados de artesanías más grandes de Latinoamérica y sin duda, toda una fiesta de colores, texturas y olores. ¿Un dato útil? El mercado sólo se realiza los días jueves y domingos y es común la práctica del regateo de precios.

Los puestos de mercado se instalan desde la mañana hasta el atardecer y se pueden encontrar desde artesanías, máscaras y telas, hasta frutas, verduras, carnes y electrónicos.


8. Paisajes maravillosos y uno de los lagos más lindos del mundo

Vista al lago Atiplan ©Fernando Rosselot
Vista al lago Atiplan ©Fernando Rosselot

El lago Atitlan es considerado como el lugar más bello de Guatemala y uno de los lagos más lindos del mundo. Y es que este cuerpo de agua de origen volcánico, se encuentra rodeado de frondosa vegetación y a los pies de tres volcanes: el Volcan Atitlan, Volcán Toliman, y el Volcán de San Pedro.

Alrededor del lago hay 12 pueblos con distintas identidades que año a año atraen a los turistas que suelen visitar este sector en el poblado de Sololá.


9. Una fauna exótica inigualable

Quetzal macho ©Francesco Veronesi
Quetzal macho ©Francesco Veronesi

Guatemala es considerado uno de los 25 países más diversos del planeta, debido a su gran riqueza biológica donde se pueden encontrar diferentes hábitats y especies endémicas, que sólo habitan en este lugar. Cuenta con más de 738 especies descritas de aves, donde destacan el Quetzal (ave nacional), 3 especies distintas de tucán, el endémico pavo ocelado, guacamayos, loros, colibríes, entre otros.

Los mamíferos no se quedan atrás. Hay 251 especies de mamíferos como jaguares, murciélagos, tapires, ardillas, ratones, etc., 142 especies de anfibios y 245 especies de reptiles.


10. Un clima soñado

Vista desde la altura hacia el lago Atitlan ©Fernando Rosselot
Vista desde la altura hacia el lago Atitlan ©Fernando Rosselot

Algunos lo llaman «el país de la eterna primavera», porque se caracteriza por tener un clima bastante agradable durante todo el año. Aunque la mejor época para visitarlo es entre noviembre y mayo ya que llueve poco y hace menos calor.

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