El 24 de septiembre, cientos de creyentes abarrotaron las calles de Isla de Maipo para participar de uno de los actos de fe más grandes de la zona central: la Fiesta de la Virgen de la Merced.

María José Armijo, estudiante de turismo aventura y vecina de la comuna, recorría las calles rebosantes de bailarines religiosos, pies de cueca y huasos en caballo cuando algo le llamó la atención.

En los pilares afuera de la iglesia, bajo un letrero que leía “Virgen de la Merced: Ruega por Nosotros” se veían ramos de inflorescencia de chagual cortados y colgados de las columnas.

«Que me haya encontrado con eso en mi propia comuna me dio mucha tristeza», comenta la joven.

Este no es un fenómeno aislado o exclusivo de esta comuna. A lo largo de la historia, numerosas especies de flora nativa chilena han sido utilizadas de diversas formas por las comunidades. Los usos más comunes son comestibles y medicinales, pero también hay casos de flora extraída con fines decorativos, tanto en contextos casuales como ceremoniales.

En eventos como la Fiesta de Nuestra Señora de los Desamparados en Calera, la peregrinación al Santuario de La Compañía, en Graneros o la Fiesta del Niño Dios de las Palmas en Olmué, entre muchas otras celebraciones locales en nuestro país, se acostumbra a rodear las estatuas de las vírgenes con flores silvestres o de cultivo, como bellas ofrendas.

Particularmente por su belleza, el chagual ha sido utilizado como decoración en diversas festividades tradicionales por décadas.

Lucía Abello, botánica, bibliotecaria y co-autora del libro Usos tradicionales de la flora de Chile, ha sido testigo de las flores cortadas de chagual decorando eventos religiosos. “Yo lo vi por primera vez el año 81’ en Doñihue (…). Ahí, todos los años, en noviembre se hace una misa de campaña en el cerro y la gente sube a pagar mandas. (…) Yo era niñita y recuerdo que vi que habían cortado varias varas de chagual y se las ponían a la imagen de la Virgen”, relata.

Más recientemente, Sebastián Cordero, Dr.(c) en Sistemática y Biodiversidad y co-autor del libro Usos tradicionales de la flora de Chile, comenta haber visto estas plantas como decoración en fondas. “No es que la puya sea considerada como un arreglo floral típico, si no que cuando estamos en este periodo de Fiestas Patrias, por lo general ya han florecido en la zona central. Entonces, probablemente la gente las ve como un adorno grande, bastante bonito y asequible, por lo que cortan su flor y la utilizan como como adorno”, explica.

El chagual no es la única especie de flora que es cortada para ser usada como decoración.

Flores como la añañuca (Rhodophiala rhodolirion), endémica de Chile y Argentina, y el huilli (Leucocoryne ixioides), endémico de Chile, también son recortadas y convertidas en ramilletes decorativos, que se usan en contextos domésticos o eventos religiosos.

Abello ha sido testigo del uso de estas flores como decoración, cuando se colocan alrededor de imágenes de la Virgen. Específicamente, describe que, en el campo, los ramilletes de huilli eran utilizados para decorar tumbas. “Recuerdo que, para la época de Todos los Santos, el 1 y 2 de noviembre, la gente cortaba unos tremendos ramos y los iba a colocar a sus difuntos, a sus deudas, en los cementerios”, relata.

“Es bastante común que la gente se arme ramilletes de huilli para dejarlos como decoraciones o floreros de la casa. Esto también suele pasar bastante, por ejemplo, con las añañucas, con las alstroemerias y lamentablemente también pasa mucho con las orquídeas. Entonces estas son las especies que más sufren, porque en el fondo son las que tienen las flores más atractivas y tienen esta característica de que cuando crecen forman manchones densos los cuales la gente puede colectar fácilmente”, comenta Cordero.

De acuerdo con el Doctor en Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Chile, Pablo Guerrero, otras especies que han sido histórica y actualmente utilizadas como decoración son el quisquito rosado (Eriosyce subgibbosa), que también se saca para el Día de Los Muertos y la flor nacional, el copihue (Lapageria rosea).

Este último se usaría como decoración durante las Fiestas Patrias ya que, a pesar de que florecen principalmente en invierno, alcanzan a estar florecidos a mediados de septiembre. A pesar de que es una práctica que con el tiempo ha ido disminuyendo, Cordero menciona que una vez le tocó verlo en persona. “Lo vi una vez. No podría generalizar, porque no soy del sur, pero me consta que la práctica se mantiene”, comenta.

¿Cuándo la tradición se vuelve un problema?

De acuerdo con Pablo Guerrero, a pesar de que cualquier extracción de flora nativa es una amenaza, las vinculadas con celebraciones o tradiciones han ido en disminución.

El principal riesgo recae en que cortarlas puede afectar los ciclos de vida de las plantas y la red completa de especies que interactúan con ellas.

Por ejemplo, según Sebastián Cordero, en el caso de la extracción de chagual, “el problema del corte de inflorescencias es que esas flores eventualmente al ser polinizadas van a transformarse en frutos, que van a contener semillas y que en el fondo van a permitir que la especie se siga propagando. Cortarla evita su regeneración natural y básicamente estamos interrumpiendo un ciclo que la planta tiene que completar”, comenta.

Con esto, también se afecta a otras especies cuya existencia depende de la planta, como la mariposa del chagual (Castnia eudesmia).

Además, a pesar de que cortar la flor no mata al chagual —por lo tanto, el impacto en su conservación no es inmediato— sí produce un efecto en los polinizadores que se sustentan de ella, particularmente las aves. “Al cortarla estamos quitando un recurso alimentario que estas especies de polinizadoras necesitan para completar sus procesos reproductivos (…), por ejemplo, las tencas (Mimus thenca)”, explica Cordero.

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Fiesta de la Virgen de la Merced 2023. Créditos: Municipalidad Isla de Maipo

Lucía Abello considera que pocas veces la gente que incurre en estas malas prácticas tiene malas intenciones. “Desde la ignorancia, la costumbre y la familiaridad con la que se convive el día a día, sin querer terminamos cometiendo faltas que ponen en riesgo a distintas especies, no solamente de plantas”, reflexiona.

Sin embargo, hay formas de mantener tradiciones sin dañar la flora nativa, por ejemplo, favorecer cortar y decorar con flora exótica o de cultivo.

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Festividad de nuestra Señora de la Merced de Petorca, 2016. En esta versión se cortaron flores y se usaron los pétalos de especies exóticas, como dedales de oro (Eschscholzia californica) y calas (Zantedeschia aethiopica), pero también de especies nativas como las alstroemerias (Alstroemeria citrina)

De acuerdo con un paper elaborado por Ulises Cárdenas y publicado en Estudios Atacameños, las comunidades atacameñas en la comuna de Talabre utilizan espárrago (Asparragues sp.), alelí (Sisymbrium niveum), y malva (Tarasa tenella) para hacer arreglos florales que se emplean en diversas festividades religiosas y funerales.

“Con esas especies no pasa nada. Porque son especies exóticas y nosotros donde ponemos la alerta, es normalmente las especies nativas y especies que son o están en categoría de vulnerabilidad”, comenta Lucía Abello.

Por otra parte, Pablo Guerrero recomienda no sacar a las flores de su hábitat y preferir decorar con plantas de cultivo o de vivero.

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