Las precipitaciones hacia el norte de Chile, han traído buenas noticias para los agricultores del valle del Limarí, que en los últimos años han tenido que enfrentarse a la sequía. No sólo los embalses Cogotí y Recoleta llegaron al límite de su capacidad el mes pasado, sino que además El Bato y Corrales, en la provincia de Choapa, y La Laguna y Puclaro, en Elqui también están llenos.

Pero sin duda la mayor sorpresa llegará en noviembre cuando se espera que por primera vez en 14 años el embalse La Paloma llegue a su plena capacidad, permitiendo que se vuelva a plantar en cultivos deteriorados por la escasez de agua.

Vista aérea del embalse La Paloma ©Milivoj Sherrington
Vista aérea del embalse La Paloma ©Milivoj Sherrington

Esto, según explica Mauricio Cortés, ingeniero agrónomo de laboratorio Prommra de la Universidad de La Serena, se debería a que la nieve acumulada en la cordillera no presentaba los actuales niveles desde 2002 y que solo con las proyecciones de precipitación registrada hasta el 31 de mayo y los deshielos a contar de septiembre, el tranque debiera terminar la temporada prácticamente lleno.

La importancia de este hecho radica en que este embalse en la región de Coquimbo, tiene una capacidad de 750 millones de m3, lo que lo convierte en el embalse más grande destinado al riego en el país y el segundo de Sudamérica y si bien, actualmente ya cuenta con un 63% del total de agua que puede almacenar, esta situación era completamente distinta en 2015.

Hace sólo 2 años el embalse La Paloma llegaba a niveles críticos con menos del 10% de su capacidad.

En los cerros se evidencia el retroceso que había tenido el embalse para 2015 ©Scarlett Araya
En los cerros se evidencia el retroceso que había tenido el embalse para 2015 ©Scarlett Araya
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