La cruzada de las comunidades de Los Lagos y Panguipulli por proteger el Río San Pedro

En el corazón de la Región de Los Ríos, entre bosques húmedos y aguas transparentes, se despliega una epopeya silenciosa pero trascendental. Dieciséis años de incansable defensa territorial han marcado la cruzada de las comunidades de Los Lagos y Panguipulli por proteger y poner en valor el río San Pedro, una arteria vital de la gran cuenca del río Valdivia.

La misión que ha unido a estas comunidades va más allá de asegurar la provisión de agua potable. Se trata de preservar la historia y la biodiversidad de un río que es mucho más que una fuente de recursos hídricos. El río San Pedro es también la base de un ecosistema que alberga la mayor biodiversidad de peces nativos en Chile.

Este afluente, llamado Waza Lafkén en mapuzungún, es también un lugar sagrado para la cosmovisión mapuche, así como fuente de lahuen, hierbas de usos medicinales, para sus comunidades. Además, es portador de una rica historia que se remonta al tiempo de  los arriesgados balseros, quienes transportaban la madera de la industria forestal río abajo atravesando sus temidos rápidos, con estructuras en forma de balsa, lo cual constituye parte del patrimonio histórico y cultural de la zona,  y  que fue fundamental para el desarrollo económico y social de la región hasta antes del terremoto de 1960, que cambió fuertemente el curso del río y la vida de muchas personas.

Río San Pedro Sin Represas: 16 años de movilización

Entre 2007 y 2008, Colbún S.A. logra la aprobación para implementar un proyecto hidroeléctrico, que contemplaba la construcción de un muro de 56 metros de altura en el lecho del río San Pedro. Este plan generaría la inundación de vastas áreas de bosques y vegetación prístina, amenazando con alterar el curso natural del río y, por consecuencia, su ecosistema. En respuesta, los vecinos, vecinas y diversas agrupaciones ciudadanas se organizaron para alzar la voz de alerta en defensa de su río y territorio.

En 2011, las obras fueron detenidas y, cuatro años más tarde, la empresa presentó un proyecto modificado que pasó por dos consultas ciudadanas. Ambas instancias recibieron una abrumadora respuesta del territorio, acumulando más de 3000 y 6000 observaciones respectivamente. Además, el Consejo Regional de Los Ríos emitió un pronunciamiento declarando el proyecto incompatible con el territorio.

Estos elementos llevaron a que la empresa anunciara su retirada en septiembre de 2022, marcando un hito en la defensa comunitaria frente a proyectos que amenazan el entorno ambiental y la calidad de vida de la población local.

La defensa del río San Pedro, en un inicio, estuvo enfocada en no permitir la instalación del proyecto hidroeléctrico. Detrás esta causa, existía un profundo compromiso ciudadano y el amor de las comunidades por la naturaleza y su río. Ejemplo de esto, son todas las instancias que actualmente se siguen sosteniendo y que buscan generar conciencia por la protección del territorio como son el Festival San Pedro Libre, liderado por emprendedores turísticos de kayak y rafting, el Festival Wazalafquén, organizado por la Coordinadora de Defensa del Río San Pedro y el Festival Chela y Río protegido que se llevó cabo este año por segunda vez, gracias a los emprendedores y organizaciones locales, liderados por cervecería de Garage de la comuna de Los Lagos.

Todos estos espacios de encuentro, nacieron para defender y disfrutar del río y se mantienen a la fecha por lo importante e identitario que se han transformado para las comunidades y ahora son espacios de celebración por este histórico logro ciudadano. “Es un triunfo histórico para la comunidad y las organizaciones territoriales que estuvieron participando durante 16 años en la lucha contra la central hidroeléctrica», destaca Betzabé Riquelme, vocera de la Coordinadora Defensa del río San Pedro.

De la defensa a la protección

Ante el anuncio de retirada del proyecto, la comunidad se enfocó en concientizar sobre la urgencia de proteger oficialmente al río y se formó un equipo de trabajo, integrado por las municipalidades de Los Lagos y Panguipulli, la Asociación de Municipalidades Paisaje de Conservación para la Biodiversidad de la región de Los Ríos, Fundación Plantae y Cooperativa Calahuala quienes iniciaron un proceso participativo con la ciudadanía para la creación de un documento técnico para solicitar la declaración de un área protegida en el San Pedro.

Durante doce meses, este equipo desarrolló un trabajo  donde se co-diseñó con las y los habitantes del territorio, un informe técnico justificatorio que se presentará ante el Ministerio del Medio Ambiente para solicitar la declaratoria oficial de protección para el río San Pedro. En su contenido, el documento incorpora los objetos de conservación priorizados por las comunidades, una propuesta de modelo de gobernanza y la delimitación preliminar del área protegida: un polígono que recorre el cauce del río desde el desagüe del lago Riñihue hasta su confluencia con el río Quinchilca.

El proceso de creación de este informe incluyó diversas instancias de participación ciudadana como talleres territoriales en distintas localidades, conversaciones con las comunidades locales y autoridades ancestrales del pueblo mapuche; reuniones técnicas con académicos, vinculación con iniciativas ciudadanas como los festivales en el río; y la difusión de la iniciativa a través de la voz de las autoridades locales. «Es importante la participación ciudadana, y los espacios de discusión que se organizaron, pues permitieron recoger las opiniones de los habitantes que se vinculan de alguna u otra manera con el río San Pedro.», señala el alcalde de Los Lagos, Aldo Retamal, quien también formó parte de los movimientos ciudadanos por un río San Pedro sin represas.

San Pedro: un río repleto de biodiversidad e historia

Uno de los resultados más importantes desarrollados en este informe, fue la priorización participativa de los objetos de conservación que incluyen la microcuenca del Río San Pedro, el huillín o nutria de río, los geositios, la comunidad de peces nativos, que es la mas biodiversa de Chile con 14 especies identificadas dentro del tramo del cauce a proteger; la espiritualidad mapuche (Ngen Mapu) y  la historia local (como los balseros del San Pedro y el Riñihuazo).

En esa línea la paleontóloga de la Universidad Austral, Ana Abarzúa, destaca un aspecto muy relevante de la historia del río: los vestigios paleontológicos, yacimientos de bosques y hojas fosilizadas de hace más de 23 millones de años,   que fueron descubiertos tras la remoción de tierra  del terremoto de 1960 y que nos cuentan cómo era la vegetación local en el pasado.

En estos yacimientos, se han encontrado evidencias de flora parientes de las familias de árboles Nothofagus, Lauraceae o Ericaceae, o sea, del Raulíes, Laureles y Chauras, respectivamente. Vegetaciones características de nuestros bosques del sur templado. “Las investigaciones que hemos realizado durante estos años, permiten conocer cómo ha cambiado y evolucionado la vegetación y biodiversidad del territorio, así como conocer las características del clima hace millones de años atrás”, señala Abarzúa.

El área protegida que se propone crear,  buscará ser compatible con las actividades humanas y tradicionales, como la pesca recreativa, el rafting, y la recolección de productos forestales no madereros. Se espera que este polígono de conservación, también se integre como una de las primeras áreas protegidas del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP).

Otro de los valores ecológicos que más destacan de este río es la comunidad de peces nativos, una de las más biodiversas del país. Nicole Colin, ecóloga de ríos de la Universidad Austral de Chile, resalta la importancia de proteger los ríos, que hasta ahora han sido menos prioritarios en la conservación. En el polígono propuesto como área protegida concentra una alta biodiversidad, incluyendo especies endémicas y amenazadas.

“Es muy relevante que se generen figuras de protección en los ríos, porque hasta el minuto se ha priorizado la conservación de los ecosistemas terrestres, siendo que los ríos proveen de agua y tienen un rol ecosistémico relevante que es prioritario, tanto para el mismo río como también para los ecosistemas aledaños”, señala Colin.

Una de las especies que más destaca la investigadora es el Diplomystes camposensis, un pez ancestral que viene de una familia que ha sobrevivido a las glaciaciones y se puede considerar como una especie relicta, o sea, superviviente a los cambios geológicos, y que solo está presente solo en el río San Pedro y, recientemente, también se ha descubierto en el Toltén.

Lo que depara el futuro del Río San Pedro

En esta etapa, se espera que Colbun S.A. avance en el “Plan de Cierre” -documento oficial con medidas a ser evaluadas por el SEA- de las obras que alcanzaron a construirse, y que busque lograr acuerdos con el municipio y la comunidad para decidir el mejor destino para los terrenos de su propiedad que son ribereños y que pudieran aportar con acceso púbico al río y con ello al bienestar de las comunas de Los Lagos y Panguipulli.

Así, la defensa y los esfuerzos de las comunidades de Los Lagos y Panguipulli por la protección oficial del río San Pedro se encamina hacia un nuevo capítulo. La creación del área protegida que propone 410 hectáreas de protección, no solo resguardará un tesoro ecológico y cultural, sino que también sentará un precedente para la conservación de otros ríos en Chile. Tras ello, se avizora un próximo desafío, la gestión y gobernanza efectiva del área protegida, así como la declaración de la figura de “Reserva de Caudal” para las aguas del San Pedro.

Las comunidades de Los Lagos y Panguipulli y el Equipo Núcleo, quienes han impulsado este proyecto de conservación en conjunto, ven con mucha alegría y orgullo los resultados y esfuerzos conjuntos, entre la ciudadanía, las autoridades y la comunidad científica, que buscan asegurar que el San Pedro siga fluyendo libremente para las futuras generaciones, como un testigo inmutable de la historia y la biodiversidad del sur austral de Chile.