El jueves pasado Fundación Mi Parque cumplió 7 años desde su nacimiento. La celebración fue en San Bernardo junto a los vecinos en la Plaza “La Esperanza”. El objetivo esencial era –y es–disminuir la desigualdad en los espacios públicos y sumar nuevas áreas verdes en las zonas más vulnerables del país. Además de lograr que las políticas públicas sobre la dignidad de las personas se entiendan como un complemento entre la casa y su entorno.

©Fundación Mi Parque
©Fundación Mi Parque

El funcionamiento de Mi Parque es muy inteligente. La fundación desarrolla una alianza pública-privada que utiliza fondos de privados y la ayuda del municipio, para el futuro cuidado del espacio urbano recuperado.

Lo que hacen luego, es planificar; plazas, parques, colegios, elaborar planes maestros o arborizar. Es ese el espacio en el que Mi Parque aporta su sello y marca la diferencia, pues permite que los beneficiados se involucren en la planificación y construcción de los espacios.  Con esto logran que los vecinos sientan como propios los nuevos arreglos de sus barrios y se enorgullezcan de sus barrios.

Siete años de una fundación con objetivos sociales es bastante, por lo que el aporte que han generado en el país es importante. Aquí algunos datos:

Metros cuadrados Recuperados: 350.000 m2 (equivalentes a 40 canchas del Estadio Nacional)

Número de proyectos: 213

Árboles plantados: 11.240

Personas beneficiadas: 308.347

Equipo permanente de fundación:27

Numero de voluntarios inscritos :  24.000

Empresas participantes: 85

Si quieres saber más sobre Mi Parque o quieres ser voluntario entra a su página.

Entrevistamos al director Ejecutivo de la Fundación, Ignacio Lira, quien nos contó más acerca de la fundación. 

¿Qué ha sido lo mejor de estos 7 años de la fundación?

Los 7 años los cumplimos en noviembre, ese mes se firmó el acta de constitución oficial de Mi Parque como organización con personalidad jurídica. Aunque el proyecto se venía gestando con cierta anterioridad.

Me cuesta definir qué ha sido lo mejor de estos 7 años, porque de verdad han sido muchas cosas buenas las que han ido pasando en todo este tiempo. Pero destacaría cómo el tema de las áreas verdes y el espacio público en la ciudad se ha ido posicionando en la opinión pública en general. En los primeros años de Mi Parque, cuando hablamos de construir áreas verdes en barrios vulnerables y salíamos a buscar ayuda para esto, eran pocas las personas que nos creían y lo veían como algo importante.

Yo creo que hoy en día, no hay nadie que ponga en duda el rol fundamental que juega el espacio público y las áreas verdes en particular, como un elemento clave para generar calidad de vida en las ciudades. Esto se refleja en la cada vez mayor demanda que como sociedad tenemos por este tipo de espacios. Hoy los parques existentes están llenos y se usan intensamente. Y la gente hoy en día comparte nuestra misión, que busca llevar estos espacios a los barrios más desfavorecidos del país, para generar espacios de encuentro, de identidad; para compartir en familia y en comunidad junto a la naturaleza. Así que en resumen, creo que lo mejor de estos siete años, ha sido cómo cada vez más personas se han ido sumando en nuestra misión y cómo cada vez es un tema más compartido por toda la sociedad.

¿Qué crees que ha permitido el crecimiento y éxito de Mi Parque?

Han sido varios factores. Desde un principio se logró detectar un grave problema del que nadie se estaba haciendo cargo: las carencias de espacio público y los conflictos que esta situación genera para las familias más vulnerables y cómo el construir áreas verdes de manera participativa podía ser una gran herramientas para disminuir los conflictos y generar mayor cohesión social en los barrios.

Otro punto importante fue que el trabajo de Mi Parque logra conciliar el interés de personas con distintas afinidades, lo que aumentó las posibilidades de que personas se sumaran a nuestra misión. Así cada día llegan personas interesadas por el tema verde, más medio ambiental. Otros llegan por temas más sociales, de integración, inclusión, participación. Y otros llegan porque son más interesados en temas urbanos o de diseño. Otros también porque quieren realizar algún tipo de voluntariado, etc. De este modo, se ha logrado generar una gran red de apoyo para nuestro trabajo y cada vez somos más los que estamos con la camiseta puesta por llevar más áreas verdes a donde más se necesiten.

¿Cuáles han sido los principales aprendizajes en materia de construcción y mantención de áreas verdes después de construir más de 200 de éstas?

En Mi Parque nuestro principal desafío no es solamente construir una nueva área verde que se mantenga en el tiempo, sino que construir un espacio que ayude a los vecinos de un barrio a alcanzar o concretar el sueño de comunidad que ellos tienen. Es decir, que esta nueva plaza esté a disposición del sueño de comunidad que ellos anhelan ser.

En términos de construcción nos hemos dado cuenta que lo más importante es diseñar con los pies puestos en la tierra. Desde un principio debemos diseñar considerando las condiciones para su futura mantención.

Y otro aprendizaje muy importante, es que no hay plaza mejor cuidada y que se mantenga mejor que la plaza que se usa intensa y constantemente, acogiendo una diversidad de usos variados. Nuestro objetivo es construir plazas que sean el corazón de la vida comunitaria para que sean espacios sostenibles en el tiempo.

¿Cómo ves a Chile, comparado a otros países de la región, en temas de áreas verdes urbanas?

En Chile hemos tenido un gran despertar de la gente en relación a la demanda del uso del espacio público y de parques. Queremos salir a los parques. Lamentablemente esta demanda ha encontrado una oferta que muchas veces se ha quedado corta o no ha podido ser satisfecha en gran parte de los barrios del país. Comparándonos con el resto de los países de la región, tenemos ciudades Brasileras o Colombianas que son grandes referentes en esta materia, como son los casos de Curitiba, Porto Alegre, Bogota y también Montevideo en Uruguay. Son ciudades que han hecho de los parques un tema ciudad y en donde sus habitantes sienten estos espacios como una extensión más de su vida diaria.

En Ladera Sur nos siguen muchos diseñadores del paisaje. ¿Qué consejos les darías para que los tengan en cuenta a la hora de diseñar áreas verdes?

Primero poner en valor nuestra identidad paisajística propia. Tenemos un paisaje muy único y de gran valor, con una diversidad vegetal enorme. Es un deber casi ético el que tenemos como paisajistas el poner en valor lo propio.

Desde el comienzo diseñar considerando las condiciones que se cuentan para su futuro mantenimiento. Porque por más simple o autóctono que sea la intervención diseñada, ésta va a necesitar mantenimiento y cuidado en el tiempo. Siempre pensar en quién, con qué medios y cómo se va a poder hacer cargo de lo construido.

Y por último, si estamos hablando sobre todo de espacio público, considerar al usuario en todo el proceso.

¿Cuáles son los planes para el futuro de Mi Parque?

Seguir profundizando en el modelo de intervención y desarrollar el programa de acompañamiento comunitario en el cual estamos embarcados actualmente. Este consiste en que el trabajo de Mi Parque no termina con la recuperación de las áreas verdes, sino que continua post-construcción a través del trabajo de voluntarios que, en conjunto con un comité de vecinos, buscan convertir estas nuevas plazas en el corazón de la vida comunitaria de sus barrios. De esta manera queremos ser un articulador y promotor de la sociedad que se organiza para potenciar los parques y plazas dentro de nuestras ciudades.

©Fundación Mi Parque
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