El legado de Juan Pablo Mohr a un año de su desaparición, desde tres voces cercanas al montañista
El cinco de febrero de 2022 se cumple un año de la desaparición del montañista chileno Juan Pablo Mohr en su misión de lograr el K2 invernal (8.611 msnm) en los Himalayas. En Ladera Sur quisimos conmemorarlo con un especial sobre él y su legado. Por esto, conversamos con tres cercanos a Juan Pablo: Federico Scheuch, su primo; y sus dos amigos, el escalador Lucho Birkner y el documentalista Mateo Barrenengoa, ambos del proyecto “Climbing for a Reason”. Acá nos cuentan cómo ha sido este año para ellos y lo que se ha hecho para la continuidad del legado de Juan Pablo, desde un plano cercano y de sus proyectos deportivos. Dentro de todo, hay un gran compromiso de su círculo de continuar sus sueños personales, como la construcción de la casa de sus hijos o de seguir impulsando el acceso y cultura de montaña en Chile. Todo, dicen, porque su energía los sigue motivando y él se sentiría orgulloso de lo que se ha ido logrando.
“Este año ha sido una locura, se nos vino encima. No puedo creer que ya estemos conmemorando el año. Siento que Juan Pablo dejó muchas misiones encargadas a cada uno de sus cercanos”, dice Federico Scheuch, primo de Juan Pablo Mohr, a poco menos de un año del 5 de febrero de 2021.
Ese día, las noticias del montañismo desde Pakistán encendían las alarmas en Chile. Juan Pablo Mohr emprendió rumbo hacia la cumbre del K2 invernal (8.612 msnm). Pero no se supo más de él, ni de sus compañeros de cordada, Muhammad Ali Sadpara y John Snorri.
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Desde entonces, los cercanos a “JP” han hecho un trabajo, motivados por la energía que les dejó el montañista en sus corazones, para continuar con su legado, desde las muchas dimensiones que creen que este abarca. Han continuado con la construcción de la casa para sus hijos, se impulsó el proyecto de “Climbing for a Reason” qué él propuso para Pakistán y se ha mantenido el trabajo de “Los 16 de Chile” -de la Fundación que él creo, DeporteLibre- para acercar la montaña a las personas en este país.
Todo para mantener su legado.
El hito de levantar un muro de escalada en Shigar
Antes de ir a Pakistán, Juan Pablo ya tenía un sueño para empezar un proyecto de Climbing for a Reason allá. En palabras simples, esta iniciativa impulsada por Lucho Birkner (escalador) y Mateo Barrenengoa (documentalista) busca enseñar escalada a niños y niñas en diferentes partes del mundo y acercarlos a sus propias rocas, apoyando a las comunidades locales. JP había participado en Nepal, y les propuso a Lucho y Mateo continuar en Pakistán.
“El JP rayó con todo este proyecto de enseñarles escalada a los niños y construir el muro. Cuando supimos la noticia de la desaparición, lo primero que se nos vino a la cabeza era que el próximo foco del proyecto era en Pakistán. Y allá se dio todo de manera increíble. Fue súper emotivo por toda la energía que había en torno al JP”, cuenta Mateo.
Lucho Birkner recuerda que cuando JP desarrolló el trekking al campo base pasó por distintos pueblos observando las rocas y proponiendo un lugar ideal para desarrollar el proyecto. “No paraba de decir que apenas bajara iba a armar las primeras rutitas, hablar con la gente y, obviamente, estaba con la Tamara Lunger y Ali Sadpara -parte de su cordada en el K2- y los tenía a todos vueltos locos. Nosotros teníamos organizado un proyecto en Etiopia y apenas desapareció cambiaron todos los planes y para nosotros era el único lugar al que teníamos ir era allá y cumplir su sueño”, dice.
Este deseo fue parte de las últimas palabras que transmitió Juan Pablo y, como dice Fede, quedaron “marcadas por sangre” en sus más cercanos. Tamara, quien también quería ayudar a cumplir este sueño del montañista, ayudó a conectarse con Nila Yasmeen, una mujer del pueblo que fue clave en la coordinación y que mantuvo un punto central como el importante: el poder empoderar a las mujeres locales. “Ella ayudó mucho a coordinar el proyecto, las comunidades y las niñitas del pueblo. Hubo agentes estratégicos claves para desarrollarlo. Fue increíble regalar un proyecto a niñas que en su vida habían visto lo que era esto. Y también el acercar la escalada a un país muy enfocado en el montañismo. Sajid, hijo de Ali Sadpara, nunca había escalado de esta manera”, recuerda Fede.
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Era la primera vez que en la aldea se le daba tanto protagonismo a las mujeres y niñas, siendo un proyecto para ellas, quienes estaban profundamente agradecidas de salir de la estructura en la que estaban criadas. “Todo el día recordábamos su risa, energía, poníamos fotos de él en el muro”, dice Mateo. A esto, Lucho agrega: “escuchar a una mujer musulmana decirte que esperaron toda la vida por algo como esto, una oportunidad para que sus hijas crean que hay más oportunidades que las que le enseñan en casa, significa que se alinea toda la idea del JP con nuestro cometido. Es estar en el lugar perfecto”.
El proyecto se llevó a cabo en la misma semana que se realizaron las expediciones de búsqueda de los cuerpos de los tres montañistas. Llegó la familia de Juan Pablo, autoridades locales y realizaron una ceremonia, levantando un muro que tiene pintado “JP” en el centro. Fue todo un momento muy significativo para todos los presentes. “Fue súper lindo, no solo por el hecho de construir el muro, sino que seguir sus sueños. La llegada de la familia fue importante porque vieron en obra lo que el buscaba. Yo creo que fue súper tranquilizador para ellas estar ahí y vivir el proceso con nosotros, pensado también en lo difícil que es llegar al otro lado del mundo en plena pandemia”, explica Fede.
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Por otro lado, para Lucho levantar este muro fue como “darle una familia al JP” en Pakistán: “Todo el pueblo sabe quién era JP, el muro lo dice, pero los niños y adultos saben quien es y lo veneran, junto a Ali Sadpara. Hay un proyecto en su honor en Shigar, entonces eso significa que no está solo. No hablan de “Climbing for a Reason”, sino del proyecto de JP (…). Entonces dimos con una familia para que no se sienta solito. El momento de levantar el muro para mí fue super emotivo porque fue como decirle: ‘acá está nuestro compromiso, es por ti y es solo el comienzo’”.
Todo quedó registrado para el próximo capítulo de Climbing for a Reason, del que se liberará el trailer el 5 de febrero.
Legado en sus cercanos
Cuando se habla del legado de Juan Pablo, sus tres cercanos abarcan distintas cosas, considerando que es amplio. “Cada persona que conoció al JP puedo desarrollar lo que él quería de ellos”, dice Fede. En ese sentido, hay dos grandes factores de su legado: la parte familiar, personal y de amistades; y su proyecto de acercar la montaña a las personas en la Fundación DeporteLibre.
“Lo primero que nos propusimos fue construir la casa de los niños, él había comprado un terreno. Fue junto a los amigos con los que originó la fundación, sus amigos de la vida. Eso fue lo prioritario y la casa está quedando hermosa. Eso también es parte de su legado, su familia. Dejarlos en un lugar para siempre. Cuando se habla de su legado se asocia a sus hitos deportivos, pero su familia es el legado más importante. Sus hijos para él eran la vida, entonces hay pega. Ellos van a tener muchos padrinos”, explica Fede.
Por su lado, Lucho dice que, para él, lo que está pasando ahora con Juan Pablo es hasta más fuerte de cuando él estaba presente físicamente: “Familiarmente hay gente que lo está ayudando con la casa. Amigos y familiares han estado todo el año en eso. Fuimos este fin de semana y es muy bonito ver toda esta gente unida por el JP. Todos van a darlo todo para que los que los más cercanos se sientan bien”.
Este círculo, reflexiona Mateo, es al que más hay que prestarle atención: “Su legado más importante son sus hijos, están en una situación difícil. Perdieron a su papá ídolo de un día para otro. Ese círculo cercano necesita apoyo y es lindo ver cómo los amigos cercanos trabajan en la casa (…)”.
Legado deportivo
Desde la desaparición de Juan Pablo, el proyecto de Los 16 de Chile pasó a ser el proyecto más importante de la Fundación DeporteLibre. Esta iniciativa busca conectar a las comunidades locales con las montañas y liderar la construcción de refugios de estándar internacionales en la montaña más alta de cada región de Chile. En eso trabajaba mientras emprendió rumbo al K2 y ahora está cada vez más cerca de ver sus primeras luces.
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Fede, quien está a cargo de la fundación y del proyecto, explica que están en las últimas etapas para intervenir en el primer foco, que es la Región de Los Lagos, en el Cerro Tronador: “Estamos en reuniones con clubes locales para ver los aspectos técnicos del refugio que vamos a construir, que ya tiene una propuesta bastante desarrollada, y vamos a pasar a una última etapa de construcción, de la mano de auspiciadores y la municipalidad. Ha sido todo un trabajo comunitario. Es un proyecto gigante. Vamos en la primera de 16 regiones. Quizás por eso nos demoramos más, nos tiramos un poco a la piscina sin entender los procedimientos, pero después vamos a ir mejor. Pero este es un legado potentísimo porque no es solo los refugios, sino que las comunidades se tienen que empoderar y disfrutar de eso cuando nos vayamos. Es desafiante el proyecto, pero sirve para desarrollar la cultura de montaña en cada región y que después haya más refugios, senderos, circuitos, señalética, tour operadores. Todo lo que al final signifique tener más deportistas de montaña”.
“Este es sin duda un muy buen legado porque él quería la inclusión total de la montaña en el país”, comenta Mateo. Lucho dice que se nota una motivación constante y eso va a continuar: “yo creo que hay mucha gente luchando por si legado. Incluso algunos que no lo conocieron. Entonces de alguna forma cruzó fronteras y desde que murió movió mucha energía. Entonces el legado es mucho más que solo deportivo, agarró otro plano. Hay mucha gente que se inspiró de el y ese es su mayor legado, y traspasa fronteras y deportes. Todo”.
¿Qué pensaría JP?
“Yo creo que diría que están todos locos, déjenme en paz”, dice riendo Lucho respondiendo a cómo vería JP todos los avances que se han hecho para continuar su legado. Pero agrega: “Él sabía todo el amor que sus amigos le tenían, así que se lo podría haber esperado. Pero él tenía un corazón tan bueno y una bondad tan linda, que cuando eres así, te rodeas de gente buena. ¿Cómo no íbamos segur apoyando todo de él si era así? Creo que estaría muy agradecido y no tan extrañado porque sabía la calidad de gente que tenía a su alrededor (…). Falleció hace un año y hay gente que hace todo por él. Tiene que ser muy poderosa la energía de un ser humano para llegar a estos niveles de gestos después de la muerte”.
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Sumado a esto, Mateo dice que estaría fascinado al ver todo lo que se ha hecho: “Lo veríamos arriba martillando como loco, mandando mails y arriba de la pelota porque vibraba con lo que hacía. Yo creo que tenía una sensación de que el montañismo era algo personal, de que al subir un cerro quizás no haces un aporte al planeta, pero tenía su lado b al que le dedicaba mucha energía, que era el entregar a las personas, familias, comunidades, etc. Entonces creo que estaría muy contento y orgulloso al ver lo que su circulo ha creado”.
La misma reflexión comparte Fede: “Estaría feliz de lo que hemos logrado. De repente uno se pone más autoexigente y siente que debería hacer más cosas, pero creo que él estaría orgulloso y eso es un motor que nos impulsa a todos a seguir. Que estamos haciendo las cosas bien y ese es el sentido. Igual es difícil porque uno a veces se pregunta qué hubiera decidido JP, cuando quizás eso no es el centro de todo, sino que hay que tratar de desarrollarlo de la manera que creamos correcta. Pero siempre está este angelito en la cabeza que nos hace cuestionarnos todo lo que está bien. Es una manera de tenerlo presente”.
El querer acercar la montaña a las personas
Tal como mencionaron sus tres cercanos, una de las misiones de Juan Pablo era avanzar en la cultura de montaña en Chile. De democratizar su acceso. De acercar la montaña a las personas. Y de alguna forma, su desaparición volvió a relevar el tema a nivel mediático. Incluso, se propuso rebautizar el proyecto de ley de acceso a la montaña con su nombre. Pero también, relevó la importancia de la montaña y el trabajo que se encontraba desarrollando.
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Al respecto, Lucho dice que mucha gente se enteró sobre las montañas luego del acontecimiento e incluso sobre la existencia de 14 montes que superaban los 8 mil metros de altura: “Cuando falleció JP todo el mundo se hizo parte de la noticia. Entonces siento que hay un aporte importante de él a lo que viene después a nivel de montaña. Puso barreras altas, mezcló un alto nivel deportivo con un lado social (…) JP tenía ambiciones grandes. Algo pasó en esta última montaña. Pero encuentro bueno que haya leyes en su nombre, que se siga recordando. Que es un grande y que ese es su peso, que se abran las puertas de acceso a la montaña, como él quería más cultura y hacía todo lo imposible por que fuese accesible para todos. Eso es parte de su legado”.
“Todo suma”, dice Fede, “quizás uno dice que no es el proyecto de ley que le hubiese gustado a JP, pero hay que partir con algo. No tengo problema en que se use su nombre como símbolo siempre que sea para un buen mayor. Hay todavía mucho por hacer, y queremos como fundación DeporteLibre ser parte de esa primera línea. Sus ideales son los nuestros”.
“Lo que pasó con JP ha puesto conversaciones en la mesa de los chilenos y ojalá de los políticos. Y creo que se ha avanzado un poco en este tema, pero sin duda falta aprender de su legado. Hay mucho que buscar, avanzar, y hay mucho trabajo colectivo. Debe ser una concepción generalizada del país, del cuidado de montaña, del uso de la montaña, de educación”, dice Mateo.
Próximos pasos para continuar un legado
Avanzando en sus proyectos, el siguiente gran paso es la construcción del refugio en el monte Tronador, en el marco de Los 16 de Chile, por parte de la Fundación DeporteLibre. Planean que sea antes de invierno, para levantarlo en la época estival. Este va a ser un punto inicial para luego seguir en el volcán Tupungato, en la Región Metropolitana y otros próximos destinos, facilitando el acceso a la montaña.
Por otro lado, está el legado que dejó impreso en el corazón de sus cercanos. Y ese no se irá. “Su gran legado es la manera de vivir la vida (…) Él mismo decía que cada uno tiene sus cumbres. Quizás no un Lhotse o un Everest, pero las propias montañas que nos desafían. En ese sentido valoro mucho cómo logró desmarcarse del sistema y perseguir un sueño. Si él pudo seguir, ¿por qué yo no? Ese legado deja en mí: que todos podemos”, dice Fede. En el mismo sentido, Mateo dice “JP tenía una risa constante. Nunca tuvo drama. No me acuerdo de momentos densos. Era liviano y todos deberíamos aprender de eso. Usar esos recuerdos para no amarrarnos en problemas, no achacarse, no hablar mal de la gente. Ese es un legado lindo que nos deja”.
Lucho mantiene eso mismo en el corazón: “todos nuestros proyectos son en honor a él y a Diego Señoret. Ellos crecían con sus iniciativas. Su legado es eterno, de mil maneras (…) Dicen por ahí que la gente se muere cuando uno ya no la recuerda. Y eso no ha pasado con JP. Es como su estuviera ahí. Entonces sí, es trágico, ha traído harta pena, pero ha sido una montaña de emociones, pero al final todo se encuentra en la cumbre de decir: esta es la vida, todo comienza y todo termina”.