Había nevado el día anterior en Puerto Natales, Región de Magallanes. Víctor Vega, guía de montaña y fotógrafo de naturaleza, quien vive ahí, sintió un impulso: tenía que ir a Torres del Paine. Algo iba a encontrar en sus paisajes cubiertos de blanco. Así, se subió a su auto y fue hacia Río Serrano. Con tracción en sus ruedas, nieve en el camino y una advertencia de un amigo de que estaba loco, emprendió su rumbo. Había algo de ansiedad en lo que estaba sintiendo y decidió pasar la noche en Serrano debido que no paraba de nevar.

©Víctor Vega
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A la mañana siguiente, se aventuró a cruzar el parque de oeste a este sobre un camino sin huella y con mucha nieve antes del amanecer. Unos 300 metros antes de llegar a la portería de Lago Sarmiento, la entrada este del Parque Nacional Torres del Paine, vio huellas de cachorros de puma en el camino. Iba manejando lento, bajó la ventana y asumió que estaban frescas: los felinos habían pasado hace muy poco por ahí. Más adelante estacionó su auto, se registró, al ser guía certificado para entrar al parque nacional y preguntó a los guardaparques si habían visto a algún puma cerca. Nadie asintió y quedaron en duda.

©Víctor Vega
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Pero Víctor creía que estaban cerca. Con sus botas de goma y binoculares en mano empezó el sendero del parque. No pasaron más de tres minutos y vio de nuevo las huellas. Eran de la madre y de sus cuatro cachorros. Los divisó 200 metros más adelante. “Los vi muy nerviosos. Pensé que podía ser por la primera nevada, también me dio la impresión de que alguien los había correteado antes. Pasaron varias ideas en mi cabeza”, dice. Él mantuvo su distancia (30 a 50 metros es lo que se recomienda) y solo observó.

©Víctor Vega
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Tres minutos después, Víctor sintió que alguien lo observaba. A su derecha, a 180 metros había un macho mirando. Estaba arriba de una loma y se veía solo su cabeza, llena de cicatrices. Era un macho, los cachorros por un lado y Víctor en medio del sendero, inmerso en un paisaje entre nubes, nevadas y con nieve hasta las rodillas. El puma se acercó por el sendero en su dirección y Víctor, quien sintió adrenalina, se movió hacia el lado, sin darle la espalda.

©Víctor Vega
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“Pasó por el sendero, yo estaba a una buena distancia por el lado, y ni siquiera me miró. Ahí empecé a entender la situación porque había un macho y cachorros sin una mamá a la vista. Macho mata a crías, es parte de la naturaleza. Solo el pensar en esta opción, me voló la cabeza”, comenta Víctor. Él solo se dedicó a observar, hasta que la escena se alejó de sus ojos. Recuerda que el felino macho no tenía signos de agresividad y le llamó la atención “había algo ahí que yo no estaba viendo”.

©Víctor Vega
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Por eso, siguió caminando hasta que logró subirse a una loma observando con binoculares. Los cachorros seguían alejándose. El puma macho baja, se sube a una piedra y mira nervioso a todos lados. “Me dije que algo estaba pasando. Se me pierden los cachorros a la vista y de la nada aparece entre matas negras -a lo lejos- su mamá. ¡Era la Rupestre! No sé por qué, pero la reconozco a lo lejos”, explica Víctor, quien ha observado fauna, en particular felinos este invierno durante muchas horas y días, sabiendo reconocer a algunos de ellos, como la puma que estaba frente a sus ojos.

Pumas nevada Torres del Paine Victor Vega (6)
Pumas nevada Torres del Paine Victor Vega (6)

Ahí entendió algo que verificó más adelante conversando con guardaparques y otras personas: ese macho posiblemente era hijo de la primera camada de la Rupestre o existía un lazo sanguíneo entre ambos. Ella tiene cerca de 10 o 11 años y él, debe tener máximo 8. “Es increíble que nunca atacó a los cachorros, y no quería hacerlo”, dice Víctor, al no observar ningún signo en el macho que apuntara a eso.

©Víctor Vega
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Más abajo había un guanaco recién muerto y fue en ese minuto donde Víctor pudo atar los cabos sueltos. En esos minutos comenzaba a nevar y el macho esperaba paciente la opción de carroñear esa comida que la Rupestre había cazado para sus cachorros. Ella se acercó a él y este, en vez de enfrentarla, esperó que estuviera cerca y se fue. “Ahí subí la roca donde estaba el puma, lo vi irse, sin darse vuelta y caminar más rápido. Entendí que se estaba yendo y que él, siendo macho adulto y poderoso, le tiene respeto a su madre”.

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Las claves de una observación responsable

Víctor es guía de turismo hace 18 años y ha vivido 8 en la Patagonia. Hace tours especializados en la observación y fotografía de pumas y aves. Dice que la labor como guía es importante compartir y enseñar una observación de fauna responsable. Sus horas en terreno, frente a los animales, le han dado la capacidad de poder entender su comportamiento y lograr diferenciar las personalidades entre individuos: “hay un trabajo muy importante de cómo rastrear, buscar y acercarnos. Eso no te lo dice ni un libro en la actualidad, lo dictamina el conocimiento del guía especializado que puede identificar a los individuos que tú estás visualizando”.

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Observando con dedicación, por ejemplo, dice tener los ojos y herramientas de guía que ahora le muestran que los felinos pueden tener personalidades, en incluso reconocerlos a la distancia: “Hoy estoy orgulloso de que puedo estar frente a uno y decir, por ejemplo, que es la Sarmiento y que conozco dos camadas de sus crías desde que tienen 3 meses. He pasado horas con ella, compartiendo con el frío, viento y neblina. Con estos últimos cuatro cachorros, se cuál come más o identificar el más curioso y el tímido”.

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De esta forma, dice que lo importante no es brillar por una imagen, sino que ser un canal de observación responsable, en su labor de guía. Es importante saber qué puma se puede fotografiar, cuándo hacerlo, a qué distancia, seguir ciertos protocolos y cuando, simplemente alejarse. “El guía es la herramienta profesional que uno debería considerar en el avistamiento de fauna, por respeto a la conservación de la especie y asegurar un avistamiento seguro, dentro de lo inseguro que puede ser porque estamos en un ambiente que no es nuestro».

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Es que, conociendo a las especies, fotografiándolas y dando información sobre ellas se puede apuntar a la conservación. Lo importante es dónde mostrar todo esto y cómo lo exponemos, siempre respetando a la fauna que tanto queremos proteger.

Pumas nevada Torres del Paine Victor Vega (12)
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