¿No te ha pasado que cuando caminas descalzo notas una sensación distinta, quizás placentera? Hay muchos quienes cuando se encuentran en un parque o en la playa instintivamente se quitan los zapatos para estar descalzos porque simplemente se disfruta más. Quizás no te has dado cuenta, pero cada vez que nos sacamos los zapatos y comenzamos a caminar descalzos sobre la tierra, provoca algo en nosotros. Bueno, tiene su razón de ser y se llama Grounding o Earthing que significa “hacer tierra”.

Diversas investigaciones científicas han revelado un factor de la naturaleza sorprendentemente positivo y es que caminar descalzo –ya sea sobre pasto, arena, tierra, piedras, etc.– podría beneficiarte enormemente en la salud, así como para aliviar dolores crónicos, mejorar el sueño o el sistema inmune, reducir el estrés o contribuyendo de manera importante en la función fisiológica.

Es un hecho establecido que la superficie de la Tierra posee un suministro ilimitado y continuamente renovado de electrones libres y móviles. La superficie del planeta es eléctricamente conductora, y su potencial negativo, es decir, su suministro de electrones, se repone por el circuito eléctrico atmosférico global.

En los noventa, diferentes estudios científicos realizados alrededor del mundo a partir de estas creencias, sugirieron que la tierra afectaba positivamente la fisiología y la salud humana. En Estados Unidos, Clint Ober, autor del libro «Earthing, the most important health discovery ever!» y conocido como el pionero de esta corriente científica –antes se dedicaba a la industria televisiva por cable–, se cuestionó: si al “conectar a tierra” los cables se elimina la interferencia de la señal ¿cómo es que el cuerpo humano  –que es un organismo bioeléctrico y transmisor de señales– no podría conectarse de alguna forma con la tierra?

En la actualidad, son escasas las veces que nos vemos teniendo un real contacto con la tierra, ya que vivimos con nuestros pies cubiertos y más encima, con materiales sintéticos no conductores. Clint Ober fue consciente de esta desconexión y decidió efectuar una serie de experimentos utilizando sus conocimientos en el campo de la electricidad. Para ello, puso sobre su cama una almohadilla conductora, conectada con una varilla de metal con toma de tierra en el exterior de la ventana de su pieza. De esta manera, al dormir con el cuerpo “conectado a tierra”, comprobó que sus problemas de insomnio fueron desapareciendo poco a poco.

Fue así que comenzó a desarrollar –con la ayuda del cardiólogo y psicoterapeuta Stephen Sinatra y del autor de medicina natural y terapias alternativas Martin Zucker– numerosas investigaciones que respaldan que el potencial negativo de la Tierra puede crear un entorno bioeléctrico interno estable para el funcionamiento normal de los sistemas del cuerpo.

De acuerdo a lo postulado en el libro que lanzaron los tres científicos “Earthing: con los pies descalzos” cuando tenemos un contacto directo con la tierra se produce una descarga de energía electroestática que se acumula en nuestro cuerpo, en donde se absorben los iones negativos de la superficie la Tierra, creándose un equilibrio de cargas eléctricas. 

El libro presenta diversas investigaciones que confirman esta teoría e indican los cambios que podemos experimentar al efectuar esta práctica. Dentro de los estudios, se encuentra el llevado a cabo por  James L. Oschman –experto en el campo de la medicina enérgica– quien propone que al estar conectados a la Tierra, los electrones neutralizan las especies reactivas de oxígeno (ROS o en su término más usado, radicales libres), las cuales provocan daño celular directo– reduciendo las inflamaciones agudas y crónicas, responsables en gran medida de las enfermedades crónicas.  De esta forma, los electrones actúan como antioxidantes naturales al neutralizar los radicales libres inflamatorios cargados positivamente.

Explicado de manera sencilla, el cuerpo humano produce naturalmente radicales libres (cargas positivas, ya que les falta al menos un electrón) para ayudar a eliminar heridas, aliviar el estrés o alguna enfermedad y estos remueven cargas negativas (electrones) de los tejidos dañados y patógenos. Por lo general, cuando la herida o la enfermedad desaparecen, los electrones libres y los anti-oxidantes se encargan de neutralizar y eliminar el exceso de radicales libres. El problema es que en la actualidad, como respuesta al estrés y ansiedad constantes, el cuerpo humano tiende a generar un exceso de radicales libres que terminan por oxidar los tejidos saludables generando inflamación (en algunos casos crónica) y dolor, y entre otras cosas, causan daño celular. Al estar en contacto directo con la tierra, entonces, lo que ocurre es que al contar ésta con una abundancia de electrones (carga negativa) estos se adhieren a los radicales libres aliviando la presencia de éstos en el cuerpo.

Por su parte, M. Ghaly en conjunto con D. Teplitz realizaron pruebas para comprobar que la puesta en tierra del cuerpo humano durante el sueño daría lugar a cambios cuantificables en el cortisol, así como dicha práctica tendría cambios en el sueño y en el estrés (ansiedad, depresión e irritabilidad). Los resultados que obtuvieron de sus participantes avalaron su hipótesis de que la conexión a tierra durante el sueño reducía los niveles nocturnos de cortisol, mejorando así también la calidad del sueño y reduciendo el estrés.

Una práctica que ayuda a conectarse con el tiempo presente a través de una meditación tradicional o por medio de diferentes actividades pero que se basa únicamente en mantener una conexión con las energías que entrega nuestro planeta pues, los ritmos de hoy han conllevado la perdida de esta experiencia.

¿Cómo puedes practicar Grounding?

En la actualidad se han desarrollado muchos productos como cubre colchones, sábanas o incluso unas alfombrillas que se ligan a una conexión domestica de toma de tierra que puedes utilizar mientras duermes o trabajas y que las puedes encontrar por Amazon.

Sin embargo, no hay mejor manera que realizar Grounding que en un entorno natural y es tan fácil como caminar descalzo sobre el suelo, ya sea tierra, arena, pasto o piedras. Sólo dedícate 30 minutos de tu día a realizar alguna actividad en contacto con la Tierra, puedes caminar, realizar ejercicios o simplemente descansar en la superficie del suelo y verás cómo esta práctica te ayuda en tu día a día.

1 Comentario

1 Comentario

  1. José Almedo Gruber

    Muy agradecido por su aporte, estoy convencido de los beneficios que aporta el contacto con la tierra, y hace buen tiempo que estoy practicando esta terapia.
    Hemos descuidado mucho la salud por falta de información, y considero que es mucho mas importante de lo que nos imaginamos. Es de saber que desde hace siglos hemos abandonado el contacto consciente con la naturaleza, lo que ha ocasionado el surgimiento y avance de muchas enfermedades supuestamente modernas, muchas de las cuales hoy son generadas por las radiaciones emitidas por los televisores, los celulares, las ondas de radiofrecuencia y tantas otras mas vinculadas a la evolución tecnológica en generál.

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