Antonia (12) tiene una rutina sagrada cada miércoles. Se despierta temprano, entusiasmada, preparada para tener una de las mañanas más esperadas de su semana: esa en la que un bus la pasa a buscar a las 9:30 para ir al centro de esquí Corralco y puede esquiar y disfrutar con sus amigos hasta cerca de las tres de la tarde.

Ella estudia en la escuela rural Ramón Ramírez de Malalcahuello y es probable que sin la ayuda de la Fundación Malalcahuello Corralco nunca hubiera aprendido a practicar el esquí de la manera en que lo hace ahora. Esto es porque desde la creación del centro de esquí en 2004, se ha dado la oportunidad de que los niños de esta escuela tengan la posibilidad y los recursos de aprovechar la montaña y la nieve que tienen cerca de su hogar.

©Fundación Malalcahuello Corralco
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La fundación se creó en 2016 y desde entonces ha continuado la tarea del centro de ski. En la temporada de invierno le entregan a los niños pases de temporada, traslados, equipos, clases con profesores certificados y almuerzo. Fuera de temporada se les da la posibilidad de hacer trekking por la Reserva Nacional Nalcas de Mallalcahuelo, en el que aprenden de flora y fauna, además de ver en terreno las materias que ven en sus salas de clases.

“Lo que más valoro es la posibilidad de que puedan esquiar gratis, más un instructor. El esquí es un deporte caro y, por ende, creo que todos los apoderados están súper agradecidos de esta posibilidad (…) Lo que mi hija más ha aprendido es la técnica y las habilidades para poder desarrollar este deporte”, dice Rocío Saavedra, mamá de Antonia.

Y justamente en desarrollar una buena técnica en el esquí está una de las principales misiones de la fundación. “El foco de nuestro proyecto es que, además de mucha diversión, se generen oportunidades deportivas y conocimientos que los niños en el futuro podrán utilizar para el desarrollo de emprendimientos propios u oportunidades de trabajo. Ellos viven en un lugar privilegiado de Chile en cuanto a los deportes que se pueden hacer outdoor y la idea es que los aprovechen al máximo”, explica Francisca Bascur, directora de la Fundación Malalcahuello.

Una invitación a los padres

©Fundación Malalcahuello Corralco
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Una vez al año se invita a los apoderados de la escuela a disfrutar un día de montaña. Bascur explica que el encuentro será dentro de poco este año, pero que en 2017 fue un día en el que los papás pudieron ver todos los avances que han tenido sus hijos e incluso los niños les hicieron clases a sus papás. Luego, los apoderados disfrutaron de un asado en el mismo lugar donde almuerzan sus hijos cuando van al centro de esquí: el famoso Zorro con Botas, lugar en el que compartieron con sus familias, cantaron canciones y vieron presentaciones de la reserva de Malalcahuello y el Volcán Lonquimay.

Mientras tanto, los niños de la escuela Ramón Ramírez de Malalcahuello siguen y seguirán entrando en el mundo de este deporte de nieve. De hecho, según nos cuenta la mamá de Antonia, una de las cosas que a su hija más le encantan es el esquí y lleva cerca de cinco años practicándolo gracias a Corralco: ¡Es más, cuando sea grande quiere trabajar en el centro de esquí Corralco!”.

©Fundación Malalcahuello Corralco
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