Comenzó la temporada de reproducción del pilpilén ¿Qué precauciones tener en cuenta al momento de visitar playas y dunas?
Comienza la primavera, y mientras llega el buen tiempo y los días se hacen más largos, empieza la época de reproducción de varias aves playeras. Durante estos días, es usual encontrarse, a lo largo de nuestras playas y dunas, con nidos y polluelos recién nacidos, lo que suele generar gran ternura en los turistas y residentes de zonas costeras. Lamentablemente, la época de nidificación de las aves playeras coincide con la época de mayor ocupación de nuestras playas y dunas, lo que genera diversas amenazas para la reproducción y conservación de estas aves. Una de las especies más vulnerables es el Pilpilén (Haematopus palliatus), un ave playera residente de nuestro país que ha sufrido un declive preocupante en los últimos años debido, principalmente, a la destrucción de su hábitat, el tráfico de vehículos motorizados por las playas y la presencia de perros que depredan sus nidos. ¿Cómo podemos disfrutar de la playa y el sol sin perturbar la reproducción de esta y otras especies de aves playeras? Aquí te contamos.
Las podemos ver correteando juntas en la costa, en una sincronizada danza al vaivén de las olas, mientras se alimentan o descansan gracias a las bondades que entregan sitios como los humedales costeros y las dunas. Hablamos de las aves playeras, un diverso grupo de animales que habita en ecosistemas costeros y que actualmente, enfrentan un preocupante declive de sus poblaciones a nivel mundial. Amenazas como la degradación de su hábitat por la expansión inmobiliaria e industrial, la tenencia irresponsable de mascotas, el tráfico de vehículos motorizados por las playas y dunas, y la crisis climática, han llevado a diversas especies a estar en alguna categoría de conservación.
“Es necesario entender que las aves playeras están declinando fuertemente debido a las amenazas e impactos en sus hábitats y ciclos de vida. Por ejemplo, en la Ruta Migratoria del Pacífico el 11% de las poblaciones de aves playeras muestran descensos a largo plazo. Se trata de un grupo de aves especialmente vulnerables a las perturbaciones humanas y entre las características que vuelven a las aves playeras susceptibles de extinción está su baja frecuencia de reproducción, con tamaños pequeños de nidada y una corta temporada reproductiva”, puntualiza Diego Luna Quevedo, Especialista en Política y Gobernanza de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, una iniciativa internacional que va del Ártico hasta Tierra del Fuego, cuya misión es conservar a las aves playeras y sus hábitats a través de una red de sitios clave en las Américas. La red abarca actualmente 119 sitios en 20 países, totalizando más de 15 millones de hectáreas de reserva, 8 de ellos en Chile.
Dentro de las especies más afectadas por estas amenazas en Chile, se encuentra el pilpilén común (Haematopus palliatus), un ave playera residente que resalta en nuestras costas debido a su característico pico rojo y alargado, especializado para abrir moluscos, en los cuales se basa su dieta. Esta especie ha sufrido una dramática disminución de sus poblaciones en los últimos años y una de sus principales problemáticas, son los bajos índices de éxito reproductivo, que, según se ha podido evidenciar en un estudio realizado en 2018 por la Red de Observadores de Aves de Chile (ROC), en algunas localidades de Chile es de un 0% y en otras cercanas al 10%.
Esto se debe, principalmente, a los comportamientos reproductivos que tiene esta especie, ya que si bien el pilpilén tiene una amplia distribución en Chile (desde Arica hasta Chiloé de manera frecuente), esta ave nidifica en las playas directamente sobre la arena, en pequeñas concavidades, por lo que son altamente vulnerables a las perturbaciones de origen antrópico.
Así lo señala Franco Villalobos, profesional de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC): “Los pilpilenes depositan sus huevos directamente sobre la arena, sin ningún tipo de construcción. Generalmente depositan hasta tres huevos -pudiendo ser dos o uno- en una pequeña separación en la arena. Y lamentablemente este periodo de reproducción de los pilpilenes coincide con el mayor uso de las playas por parte de las personas, que se da durante primavera y verano”.
Vale decir que el pilpilén es un ave cuyo ciclo de vida se desarrolla completamente en hábitats costeros, desde su reproducción hasta su alimentación y descanso, por lo tanto, se ven sumamente afectados por la degradación de estos ecosistemas y la expansión urbana en la costa chilena. Más aún durante la época estival, donde se produce la época reproductiva del pilpilén (desde agosto a febrero), lo que coincide con la mayor ocupación de nuestras playas y dunas.
“Es allí donde ocurren distintas amenazas, principalmente perros sin supervisión que pueden depredar sobre adultos, pollos y huevos o simplemente destruir los nidos. Está el tránsito de vehículos, que obviamente puede generar impacto sobre adultos y generar aplastamiento de pollos y huevos. También tenemos otras problemáticas como la perdida de vegetación, la compactación del suelo, la contaminación acústica, etc. Además de otras actividades antrópicas que se generan en las playas, Incluyendo el turismo de sol y playa, que podríamos encontrar inofensivo, pero que también podría afectar a la reproducción de esta especie”, puntualiza el profesional de la ROC.
Vale decir que las perturbaciones humanas pueden causar que las aves abandonen sus nidadas, destrucción de nidos, aplastamiento de polluelos o generarles estrés altamente perjudicial en el proceso reproductivo. “Todo disturbio humano es percibido como un riesgo de depredación por las aves. Esto las obliga a que realizan vuelos evasivos, tratando de escapar de la amenaza y gastan energía. Es decir, toda perturbación tiene un costo energético para las aves. Esto las afecta severamente en época reproductiva, pero también en sus hábitos de alimentación y descanso, siendo un factor limitante para que puedan cumplir sus ciclos de vida”, agrega Diego Luna.
Cabe señalar que su éxito reproductivo es tan escaso, que en mayo de 2021 el pilpilén ingresó a la categoría de «Casi Amenazada» del Reglamento de Clasificación de Especies Silvestres, a pesar de su extensa distribución. Actualmente esta especie está catalogada como “Preocupación menor” (LC), según la Lista Roja de la UICN y como “Casi Amenazada” (NT) en el Sistema de Clasificación de Especies de Chile.
Teniendo en cuenta todos los antecedentes y la situación del pilpilén en Chile es que nacen algunas iniciativas que buscan salvaguardar sus colonias reproductivas y que los números de su éxito reproductivo vayan en aumento. Una de las colonias reproductivas más exitosas de pilpilén común se encuentra en Playa Isla de los Reyes-Rocuant, en la Bahía de Concepción, donde se han contabilizado al menos 120 parejas reproductivas. Por ello es que actualmente, desde la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, junto a una coalición de socios locales, se encuentran realizando diversos esfuerzos de conservación para resguardar el área y conservar el éxito reproductivo de la colonia.
¿Cómo podemos ayudar a conservar al pilpilén y otras aves playeras de Chile?
Uno de los elementos más importantes es la educación respecto a las amenazas de esta especie, ya que la mayoría de las veces las personas cometen estas acciones sin tener conocimiento de que pueden estar afectando la vida silvestre y dañando el hábitat de la fauna costera. Como puntualiza el especialista en Política y Gobernanza de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras: “Lo primero es tomar conciencia como sociedad de que, si no damos respuestas urgentes a su conservación efectiva, podríamos ser testigos en el corto plazo de la extinción de varias especies. Si no somos capaces de conservar el hábitat de las aves playeras, eso querrá decir como indicador, que hemos cruzado una nueva frontera que pone en riesgo el bienestar humano”.
En ese sentido, es esencial tener en cuenta que en Chile está prohibido el ingreso de vehículos motorizados a las playas (Orden Ministerial N°2) y en caso de presenciar esta infracción, hacer la denuncia a la capitanía de puerto correspondiente. “Esta destructiva práctica ha traspasado ya todos los límites aceptables, desde el punto de vista de la convivencia social, desde lo legal y desde lo ético. Transitar con vehículos en playas, dunas y humedales es una conducta altanamente destructiva que como sociedad debemos repudiar, en medio de la severa crisis de pérdida de biodiversidad que atravesamos. Necesitamos hacer todos los esfuerzos posibles para erradicar esta brutal práctica. Es urgente que tomemos conciencia de esta verdadera tragedia que ocurre en las playas chilenas y demos sanción social a esta inaceptable práctica, antes de que sea tarde”, agrega Diego Luna.
Por otra parte, es importante evitar pasear a nuestras mascotas en lugares donde nidifica el pilpilén y otras aves playeras, y en caso de hacerlo, preocuparse de llevarlos siempre con correa. “Hay estudios que indican que las aves reaccionan mucho menos cuando un perro va con correa, es decir, un perro con correa va a provocar menos estrés. Va a provocar menos vuelos por parte de las aves, así que eso es una buena medida”, señala Franco Villalobos.
Finalmente, otra forma muy fácil de ayudar es difundiendo esta información y concientizando a las demás personas sobre el cuidado de nuestras aves playeras.
“No son sólo sitios importantes para la reproducción, sino que para la vida en general de la de las aves playeras y en la medida en que en que esos sitios estén en buena calidad para las aves, significa que esos sitios también están en buena calidad para las comunidades. Debemos ser conscientes de que las playas y dunas son ecosistemas dinámicos que cumplen funciones ecológicas importantes, no solo para la biodiversidad, sino que también para las comunidades humanas”, finaliza el investigador de la ROC.