En nuestro país existe una muy interesante población de reptiles que, dada nuestra situación geográfica, presentan una alta tasa de endemismo (más del 60% son exclusivas de Chile).

Dentro de los reptiles, uno de los grupos más familiares para la mayoría de la gente son las comúnmente llamadas lagartijas o lagartos (los de mayor tamaño).

Lagarto Zapallar (Liolaemus zapallar). Créditos: Edrey Belmar.
Lagarto de Zapallar (Liolaemus zapallarensis). Créditos: Edrey Belmar.

Estos hermosos saurios habitan casi la totalidad de nuestro territorio, algunos a miles de metros de altura, otros en remotos e inaccesibles lugares. Pero también podemos encontrar joyas únicas de la herpetología muy cerca, incluso en el patio de nuestras casas.

Lagarto Zapallar (Liolaemus zapallar). Créditos: Edrey Belmar.
Lagarto de Zapallar (Liolaemus zapallarensis). Créditos: Edrey Belmar.

Junto con el chungungo, los animales que más me gusta fotografiar son los reptiles, sobre todo los Liolaemus, el género más abundante y diverso de Chile. Estos animales, junto con los anfibios y arácnidos, son los grandes postergados de la fauna chilena e ignorados por el común de la gente. Es más, en alguna ocasión, las personas me preguntan qué es lo que estoy fotografiando ya que mi objetivo no apunta a ninguna ave y ven una roca vacía.

Uno de los lagartos más hermosos que podemos encontrar en la zona central del país es el lagarto de Zapallar (Liolaemus zapallarensis), un habitante exclusivo de las regiones de Coquimbo y Valparaíso. Los machos adultos de esta especie presentan unos morfos espectaculares con hermosas combinaciones de colores. Lamentablemente por su atractivo, esta especie sufrió grandes bajas poblacionales a finales de los años ochenta y comienzos de los noventa a causa de la extracción como mascotas de exportación.

Uno de los lagartos endémicos más icónicos de Chile es el lagarto nítido (Liolaemus nitidus). Se distribuye desde la tercera región hasta la del Bío Bío, y es uno de los que más he tenido la suerte de ver y fotografiar. Es un lagarto de gran tamaño (para los estándares chilenos) y que, al igual que muchas especies chilenas, presenta distintos y llamativos morfos. Estos lagartos generalmente son confiados y con mucha personalidad, lo cual hace un poco más fácil la tarea de fotografiarlos. Sus distintos colores y sus grandes escamas quilladas hacen de este robusto lagarto un pequeño dragón exclusivo de nuestro país.

Una de las lagartijas más frecuentes de encontrar entre las regiones de Atacama y Coquimbo es la de Plate (Liolaemus platei). A pesar de ser común, no había tenido el privilegio de verla, así que cuando viajé al norte chico, precisamente a Combarbalá, uno de mis objetivos era fotografiar esta bonita lagartija endémica. El primer ejemplar que encontré fue un hermoso macho de cabeza colorada, ¡justo el que quería fotografiar! Estaba junto con otros individuos de su misma especie encima de unos petroglifos, uno de los tantos que están diseminados por la cuarta región.

Nuestras lagartijas tienen que luchar día a día por sobrevivir y adaptarse a las circunstancias impuestas por el hombre. Por fortuna, algunas son bastante adaptables y han sabido aprovechar las construcciones humanas.

Una de ellas es la lagartija tenue (Liolaemus tenuis), la cual se encuentra distribuida entre la región de Coquimbo y la de Los Lagos. Es una de las más hermosas y fáciles de hallar en sectores urbanos donde el humano ha modificado totalmente el ambiente que la rodea. Por ello, no es raro verla en algunos parques y jardines siendo todavía una especie relativamente abundante.

Lagarto Chilensis (Liolaemus chilensis). Créditos: Edrey Belmar.
Lagarto chileno (Liolaemus chilensis). Créditos: Edrey Belmar.

Otro reptil que ha sabido sobrevivir en las zonas antropizadas es el lagarto chileno (Liolaemus chilensis), uno de los más grandes de nuestro país llegando a medir 30 cm de largo y que a diferencia de la mayoría de los Liolaemus, la hembra es más vistosa que el macho, siendo la primera de un color verde oliva y el segundo café amarillento. Habita entre las regiones de Coquimbo y Los Ríos. Este lagarto también se le conoce como lagarto llorón o chillón por la capacidad de emitir un sonido agudo cuando es atrapado. En lo personal, prefiero omitir esos nombres comunes porque los encuentro despectivos con esta gran especie.

Existen tres pequeñas lagartijas muy parecidas entre sí: la lagartija oscura (Liolaemus fuscus), la lagartija lemniscata (Liolaemus lemniscatus) y la lagartija lemniscata falsa (Liolaemus pseudolemniscatus). Son lagartijas que, por su pequeño tamaño o no tener colores vivos, no llaman tanto la atención, pero para mí son hermosas y si encuentro una, no pierdo la oportunidad de fotografiarlas. Estas pequeñas y voraces lagartijas son sin duda, uno de los animales más importantes de los ecosistemas que habitan. La lagartija oscura y la pseudolemniscatus son endémicas de nuestro país y la lagartija lemniscata tiene registros en algunas zonas fronterizas de Argentina.

Lagarto Fuscus (Liolaemus fuscus). Créditos: Edrey Belmar.
Lagartija oscura (Liolaemus fuscus). Créditos: Edrey Belmar.

Como fotógrafo de naturaleza, busco la belleza y la mirada de estos ignorados y discretos animales para ponerlos en el lugar que merecen y ayudar a protegerlos.

No podemos conservar lo que no conocemos. No podemos cuidar aquello que no hemos aprendido a apreciar.

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