Era la primera expedición, esa para reconocer el ambiente en que iba a estar próximamente. Ya llevaba cuatro días en la Región de Aysén y era hora de volver. Sin embargo, cuando estaba camino al aeropuerto, Francisco Espíldora se topó con una escena hermosa. Frente a él había pura poesía. Un martín pescador (Megaceryle torquata) se posaba junto al río. Estaba tranquilo sintiendo cómo caía la nieve a su alrededor. El paisaje se teñía de blanco, el ave no se movía y Francisco tenía que ir a tomar su vuelo. Ese fue el momento en que confirmó que para lo que tenía pensado hacer debía quedarse, que no se trataba de una cacería fotográfica y que todo, más adelante, se daría de forma muy honesta para él. Ese era el proyecto que tenía en mente.

Huemul. Foto por Francisco Espíldora
Huemul. Foto de Francisco Espíldora

Esos eran los inicios de un trabajo que todavía no termina, pero que se enfoca en ir en búsqueda del huemul (Hippocamelus bisulcus) en el Parque Nacional Cerro Castillo y sus zonas aledañas y, así, homenajear a belleza natural de este territorio, visibilizar problemáticas de conservación y educar. Esto, a través de la publicación de un libro, un micro documental y exposiciones fotográficas.

Huemul. Foto por Francisco Espíldora
Huemul. Foto por Francisco Espíldora

Es decir, es una labor sobre el hábitat del huemul. Pero todo al tiempo de Francisco y respetando los ritmos de la naturaleza. Sin embargo, ya hay algunas pistas porque se podrá ver un primer resultado de este trabajo en su la primera exposición, que será entre el 10 de septiembre y el 16 de octubre, en el Museo Regional de Aysén. Las fotografías de esta galería son una aproximación a lo que se mostrará ahí.

Huemul en el Parque Nacional Cerro Castillo. Foto de Francisco Espíldora
Huemul en el Parque Nacional Cerro Castillo. Foto de Francisco Espíldora

“Todavía no tengo armado el relato fotográfico de este proyecto. Pero las fotografías se relacionan con lo que ha pasado en el año. Acá hay un ciclo del huemul que es muy estacional. Por ejemplo, es hermoso que en invierno este ciervo pierde sus astas como las hojas de los árboles en otoño. En primavera, el huemul florece y le salen sus astas de felpa elegante. Es muy bonito ir documentando la vegetación con el huemul, este es como un espejismo entre el bosque (…). Mi intención es mostrar esas almas diversas y variadas de la manera más hermosa que puedo (…). Me gusta que la gente, cuando ve mis fotos, le despierte la misma emoción de belleza, sensibilidad o respeto hacia el animal”, dice.

Tras las huellas del huemul… y los que habitan con él

Antes de este proyecto, Torres del Paine fue el lugar donde Francisco se instaló a hacer su primer proyecto editorial. Fueron cuatro años de fotografías avocados a darle un sentido a su trabajo. “Yo uso mi fotografía para expresar mis sueños, emociones y poder comunicarle a la gente las cosas que me pasan; despertarlas en otra persona. Ese proyecto estaba focalizado en el relato fotográfico. Para este nuevo proyecto quería algo más de peso. Es decir, ser un poco más naturalista y menos fotógrafo. En este caso, involucrar el área de la conservación, un poquito de educación y finalmente cosas que van saliendo en la práctica”, dice.

Huemul. Foto por Francisco Espíldora
Huemul. Foto por Francisco Espíldora

Esto significa conocer el hábitat del huemul, vincularse con la comunidad, los jóvenes y la conservación. Para él esta era la forma más honesta de conocer esta especie. Participó en voluntariados y se instaló a vivir en la Región de Aysén. Todo para estar sin interrupciones.

Huemul. Foto por Francisco Espíldora
Huemul. Foto por Francisco Espíldora

¿Por qué decidiste enfocar este proyecto en el hábitat del huemul?

-Uno va tomando lo que yo llamo una estrella guía. Por ejemplo, en Torres Paine era el puma (…). Empecé a estudiar, leer y documentarme sobre el huemul; sobre su nobleza, los estudios que se hacían y su hábitat. Donde hay un huemul hay bosques y ríos sanos, muchas aves, güiñas, montañas. También está la dificultad de fotografiar huemules. Nunca me ha gustado la fotografía fácil, entonces también suponía una experiencia de búsqueda personal ir solo, con mucho respeto, y cuidado. Es un animal que está en peligro de extinción. Todo eso me dio pie a quedarme en el lugar. Pero también un día me puedo despertar y decir que voy por el martín pescador u otro por el huemul. Finalmente, lo que trato de transmitir con este proyecto es que no hay un animal más importante que otro. En este caso, si protegemos al huemul, vamos a estar protegiendo su hábitat y eso ayuda a proteger a todos los otros animales, ríos y bosques. El huemul es poco conocido en la región y poca gente en Chile tiene oportunidad de ver un huemul en estado salvaje. Así que lo tomé como una bandera de lucha. Y como siempre en mi trabajo autoral, mi intención no es modificar mi fotografía, sino acercar a la comunidad al tema a través de distintas instancias.

  • Güiña melánica. Foto de Francisco Espíldora.
  • Chucao. Foto de Francisco Espíldora.
  • Carpintero negro. Foto: Francisco Espíldora.
  • Martín pescador. Foto por Francisco Espíldora

¿Recuerdas algún momento especial fotografiando un huemul, así que te haya quedado muy en la memoria?

-Sí, como fotógrafo de naturaleza intento no interrumpir nada. Lo que busco son estos momentos íntimos con la naturaleza, donde el tiempo está detenido, donde el animal está siguiendo su ritmo de vida. Uno de esos momentos fue ver huemules durmiendo. Nunca había visto un huemul, ni una foto de un huemul durmiendo, y fue hermoso. Era una escena como de cuentos. Aparte de yo sentirme muy orgulloso por lo que estaba haciendo, poder presenciar esa escena fue muy hermosa.

Huemul. Foto por Francisco Espíldora
Huemul durmiendo. Foto por Francisco Espíldora

-Quiere decir que hay tanto respeto hacia el entorno que es una escena natural que normalmente no se ve tanto.

-El respeto por la naturaleza es fundamental si queremos descubrir sus secretos. Parte de este secreto de ver cómo duerme un huemul es eso. Está fundado en el respeto. Si eres respetuoso con la naturaleza, esta te va mostrando esos secretos más íntimos que no siempre tenemos la suerte de poder presenciar.

Huemul. Foto por Francisco Espíldora
Huemul. Foto por Francisco Espíldora

Pero todo este camino no estuvo exento a dificultades. En eso, el clima tiene un rol importante. Las temperaturas en Cerro Castillo invernal pueden llegar a -15°C. Y ha nevado más que en muchos años anteriores en la zona. El arroyo con el que se abastecía de agua se congeló, al igual que el hielo ha cubierto los caminos cercanos, por lo que el traslado se ha vuelto más delicado. A eso se sumaron unas picaduras de araña que lo limitaron a caminar y cuidar su salud. Aún así, para él es todo parte de linda anécdota de su bitácora de viaje. Sin embargo, el proyecto todavía sigue en desarrollo. Están claros los objetivos, la forma y el argumento, pero el relato fotográfico sigue en búsqueda de su camino. Es que, en Cerro Castillo todos los días puede pasar algo: la naturaleza es la que manda. De esta forma, Francisco disfruta más el recorrido que la meta: “Para mí esto ha sido un sueño, la naturaleza me ha regalado muchas cosas (…). Todos acá me han enseñado mucho también, son gente muy generosa”.

Huemul. Foto por Francisco Espíldora
Huemul. Foto por Francisco Espíldora
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