Valdivia: una ruta pedaleando entre parques

Si vamos a hablar de parques urbanos, no podemos dejar de observar la región de Chile con más superficie de parques y áreas verdes por habitante, Los Ríos con un promedio de 10.5m2/hab. La ciudad de Valdivia tiene un promedio de 15.9m2/hab. y no destaca por su arbolado urbano o calidad de sus plazas, pero sí por sus parques urbanos que sin duda cumplen el rol social de ocio y bienestar, y al mismo tiempo integran a las familias  en espacios de alto confort en una red de parques distribuidos por toda la ciudad.

En este fotorreportaje se plantea el recorrido entre algunos de estos parques urbanos a la velocidad de la bicicleta aprovechando el tamaño de la ciudad para ir de parque en parque. La siguiente figura es un Corema que simplifica  la geografía de la ciudad en figuras geométricas simples. Es un elaboración propia en base a coberturas de calles y parques. En éste se pueden apreciar los 7 parques seleccionados para este recorrido, y las principales características de los espacios urbanos entre parques, comenzando con el punto 0 en la Plaza de la República, luego el punto 1 es el Parque Harnecker, 2 Parque Krahmer, 3 Parque Urbano el Bosque, 4 Jardín Botánico UACH, 5 Parque Saval, 6 Arboretum UACH y fundo teja norte, y por último el Parque y Humedal Santa Inés con el número 7. Se indican también las altitudes, distancias y tiempos de viaje entre un punto y otro.

Como punto cero de este pedaleo, comenzamos desde la Plaza de la República, un espacio completamente urbano, muy bien conectado con los principales ejes y atributos de la ciudad, como lugar de inicio es bueno para poder orientarse y disfrutar del sol y la sombra a través de sus grandes tilos.

El primer parque a visitar es uno de los más originales de Valdivia, situado sobre un antiguo cementerio, para llegar a él son 2.5k recorriendo la costanera de Valdivia, a toda hora del día un paseo escénico de pendiente prácticamente plana al pedalear mirando al río Calle Calle. Este tramo se recorre a velocidad moderada para convivir con el resto de las personas que disfrutan de este borde.

Llegando al Parque Harneker  se nota su historia, tiene acceso de gastados adoquines, y grandes árboles, este parque permite atravesarlo  y mirarlo desde la bicicleta ya que su camino principal conecta a pocos metros de la ciclovía que nos llevará al siguiente parque.

La ciclovía Errázuriz son 2.1k hasta el Parque Krahmer, al igual que los pedaleos anteriores prácticamente todo este recorrido es plano, cambiando el paisaje natural del río a un contexto  urbano local, con casas y comercios en todo su recorrido y llega prácticamente hasta la salida sur de Valdivia.

El Parque Krahmer es un brazo de la red de humedales urbana que ha sido trabajo de manera muy armónica con el entorno y con sus funciones técnicas, ambientales y sociales, siendo una real infraestructura verde dentro de la ciudad. Para la bicicleta es muy amable por tener un recorrido a todo el largo en base a maicillo y tierra con un zigzagueo contemplativo.

Saliendo por la ciclovía Simpson podemos cruzar, esta vez con un poco de pendiente, gran parte de la ciudad con bordes urbanizados y otros de pleno humedal, con este recorrido de 2.2km llegamos un parque inmerso en la ciudad con un fuerte énfasis en educación ambiental e infraestructura habilitante.

El Parque Urbano el Bosque es el desarrollo de un borde urbano en contacto con humedal, una característica conocida de este parque son sus pasarelas que entran a las totoras, en días de invierno son un excelente lugar para un baño de sol. Este parque tiene mayor pendiente, por lo que  no es ideal para recorrer en bicicleta, es bueno considerar un tiempo para recorrerlo caminando.

Desde el parque, nos vamos por la ciclovía Pérez Rosales hasta el centro nuevamente, recorriendo distintos barrios de la ciudad, en total este tramo suma 4.3km hasta el puente Pedro de Valdivia.

El Puente Pedro de Valdivia es un paso obligado, que se puede pedalear por la calzada con una actitud algo temeraria, pero cruzarlo a pie también es buena opción ya que da más tiempo para ver la ciudad y el río.

Al cruzar el puente hacia la Isla Teja y entrar por la Alameda de la Universidad Austral de Chile (UACH) estamos en territorio del Jardín Botánico de la UACH. Sitio de ubicación privilegiada por  tener la esquina de la isla que mira el encuentro de los ríos Cau Cau y Calle Calle, todo apto para recorrer por un sendero perimetral y otros de ancho más generoso por medio de pastos y árboles locales y exóticos distribuidos de manera representativa de los hemisferios del planeta. Un  parque rodeado por la academia y el río.

Al frente de Jardín Botánico UACH está el Parque Municipal Saval, que permite todo tipo de actividades y eventos, pero en este caso, desataca por sus recorridos interiores que rodean lagunas, bosques, zonas de juegos y mesas de picnic de uso totalmente mixto y en muchos casos masivos. En este parque notamos un inicio de laderas y pendientes, saliendo desde el Arboretum UACH.

Para llegar desde el Saval a bicicleta hasta el Arboretum, se toma la ciclovía del puente Cau Cau  por pocos metros hasta el acceso de camino de tierra de unos 900m para llegar al acceso del Arboretum. Este es el acceso a una de las partes más altas de la ciudad. Se puede hacer en bicicleta, pero es muy buena caminata. Se recomienda subir el Arboretum y caminar 2km hacia la punta norte de la isla para poder tener una excelente vista del Humedal Río Cruces, Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter.

Terminando la tarde se recomienda tomar una cerveza fría en algún bar que llamó la atención en el camino –hay muchos–. De todos modos dependiendo de los tiempos del recorrido, podemos reemplazar alguno de los parques de la isla Teja por un parque más chico, pero de alta belleza llamado Parque Santa Inés, habitualmente usado como un lugar de tránsito por su completa apertura a la ciudad, pero con grandes árboles, pasarelas y humedales por gran parte de su perímetro.

Todo este recorrido se puede realizar en 7 horas aprox., lo que también se puede dividir en días. Lo importante es indicar que estos parques permiten generar recorridos interiores en la ciudad, a veces ocultos, pero siempre presentes y abiertos a la comunidad.