Parque Nacional Hornopirén: un destino desconocido y de gran belleza
Nuestro colaborador Vicente Weippert nos cuenta sobre el Parque Nacional Hornopirén y sus senderos, un destino al que cataloga de bajo perfil, pero que esconde algunos de los parajes más increíbles de la región de Los Lagos. ¡No te pierdas su relato aquí!
No es una novedad que la región de Los Lagos está particularmente bien dotada en cuanto a locaciones turísticas respecta. El Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, Alerce Andino, Pumalín, Chiloé y Cochamó son solo una pequeña muestra de ello, y claro, es de esperarse que frente a lugares de primer nivel como estos, siempre haya otros que queden en segundo plano. El Parque Nacional Hornopirén es un claro ejemplo.
Ubicado a pocos kilómetros de la localidad de Hornopirén, el parque ofrece uno de los parajes más increíbles de la región que, por suerte, aún no cuenta con mayor intervención humana. Cabe preguntarse entonces, por qué continúa pasando casi desapercibido respecto a otros destinos más tradicionales para el turista común. La razón radica principalmente en su difícil acceso y casi nula infraestructura, una tremenda noticia para quienes gustan de lugares aún vírgenes y de poca concurrencia.
El sendero comienza junto a un puente colgante que es necesario cruzar, y al cabo de 7 kilómetros se llega a la entrada real del parque, donde un cartel de Conaf lo anuncia debidamente. Desde allí, aún quedan 4 kilómetros más para llegar al final del sendero, donde se encuentra la zona de camping a orillas del lago General Pinto Concha. La gracia es que a partir de este punto empiezan a aparecer los bosques de alerces, todo un espectáculo.
Ojo, que el sendero no es sencillo. Es prácticamente sólo subida de principio a fin, con zonas que después de la lluvia se complican mucho debido al barro y únicamente existe un punto de fácil acceso para obtener agua, ubicado aproximadamente en la mitad del recorrido. En nuestro caso, a marcha lenta y cargando mochilas de aproximadamente 20 kilos, demoramos 9 horas en subir y 6 en bajar. Hay gente que realiza la subida y bajada en un mismo día, pero personalmente creo que para hacerle justicia a la belleza del parque y a las horas de caminata, dos noches es lo mínimo que uno debiera permanecer arriba.
El parque cuenta con la infraestructura básica: área de camping con mesas, dos letrinas y agua al costado de la casa del guardaparques. Es importante tener presente que no existen basureros, debido a la complicada logística que esto implicaría, por lo tanto cada uno debe bajar su propia basura.
El lago General Pinto Concha, con las montañas como telón de fondo y rodeado por bosques de alerce y coigüe, es un espectáculo que justifica plenamente la subida al parque, sobre todo para quienes madruguen y tengan la suerte de ver cómo el sol aparece por detrás de las montañas mientras el lago parece una taza de leche.
Si aún hay ganas de más, el parque cuenta con otros senderos, por ejemplo el del mirador del volcán Yates, de aproximadamente dos horas de ida y vuelta, y el sendero de los gigantes, donde se pueden ver impresionantes alerces.
Nuestra estadía fue de dos noches. El primer día subimos, el segundo hicimos el sendero mirador del Yates, y el tercero bajamos de vuelta a Hornopirén. El parque es realmente increíble, y es en parte debido a su difícil acceso. Llega gente, sí –tampoco es Tierra del Fuego o la Antártida–, pero aún se mantiene sin ser demasiado concurrido, y a decir verdad, tampoco creo que alguna vez termine siéndolo. No al menos en el corto plazo. Por mientras aprovechemos de visitarlo y sobre todo, cuidarlo.
Recomendaciones/tips:
- Existen varios servicios de transfer que van a dejar y a buscar gente al parque. Cobran aproximadamente $1500 por persona o $9000 por el vehículo completo (sólo ida o vuelta)
- Tener en cuenta el difícil acceso a agua durante el trayecto. Una vez arriba agua hay de sobra.
- Preocuparse por la basura y de no dejar rastro alguno. El parque es increíble como está, es deber de quienes lo visitamos que esto continúe así.
- Existen tramos peligrosos a la bajada, principalmente debido a la pendiente y a las zonas con barro, donde hay mucho riesgo de resbalar y golpearse.
- Para las fogatas hay un fogón habilitado en la zona de camping, no pueden hacerlas en ningún otro lado.