La manera tradicional y clásica de subir grandes montañas ha estado siempre ligada a las expediciones con ascensiones largas y con una base donde los escaladores se preparan, alimentan, descansan y organizan el ataque a la cumbre.  Es en este “campo base” donde se esperan las condiciones ideales para subir a la montaña: buen tiempo,  temperatura óptima,  horario adecuado, la llegada de todo el equipo técnico y víveres, etc. También es en esta base donde se “aclimata”, que es el proceso fisiológico por el cual el cuerpo se adapta a la altitud y que puede tomar desde días a semanas para una montaña de mas de ocho mil metros.

Otras veces se quiere subir varios cerros en un mismo sector, por lo que se arma un campamento base desde el cual se hacen los ataques a la distintas cumbres. Se sube una, se baja, se descansa, se sube otra y así.

En el montañismo moderno hay una corriente que se le denomina “Estilo Alpino” o “Rápido y Ligero”, y consiste en subir el cerro lo más rápido posible. Para lograr esto, los montañistas van con el mínimo equipo y comida necesario, lo más liviano posible, de manera de poder avanzar velozmente, acortando drásticamente los tiempos de la ascensión.

Sea como sea el estilo que se adopte para una ascensión, siempre habrá una base desde donde se parte, ya sea un solo saco de dormir con un anafre al pie de la pared o un conjunto de carpas que forman una verdadera ciudadela itinerante.

Muchos trekking conocidos tienen como objetivo llegar a estos campos base, donde para algunos es el fin de una travesía y para otros es el inicio de un desafío mayor. El más conocido sería el trekking al campamento base del Everest (5.300 msnm), que transita por el Valle del Solo Khumbu en Nepal, por territorio del pueblo Sherpa. En Chile, uno de los campamentos base más conocidos es “Federación” y “La Hoya”, desde donde se ascienden clásicos de la zona central como El Plomo (5.424 msnm.). En un buen fin de semana largo de verano no es raro encontrar 30 carpas montadas y alrededor de 100 montañistas  en el sector.

Para llegar al base del Everest, lo normal son 5 – 7 días de ida. A Federación, en verano se puede ir por el día desde La Parva o Valle Nevado, con una caminata de 10 horas ida y vuelta aprox.

Para información acerca de cómo llegar  a estos lugares en la Cordillera de los Andes, visitar www.andeshandbook.org.

1. Campamento Base Everest, Ruta Sur por Nepal, a 5.400 msnm. 

©Juan Cristóbal Hurtado
©Juan Cristóbal Hurtado

Una verdadera ciudadela, se monta una clínica de campaña durante la temporada pre monzón con médicos voluntarios para uso de la comunidad con helipuerto, entre otras cosas.


2. Campamento en Federación, a los pies del cerro El Plomo, en los Andes Centrales de Chile, Región Metropolitana, a 4.200 msnm.

©Juan Cristóbal Hurtado
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3. Campamento invernal en el Valle de la Engorda, Cajón del Maipo, Región Metropolitana a los pies del Volcán San José, a unos 2.500 msnm.

©Juan Cristóbal Hurtado
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4. Solitario campamento en el Valle del Mesoncito, Cajón del Maipo, a 3.300 msnm.

©Juan Cristóbal Hurtado
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En este lugar montañistas construyeron una pirca a mediados del siglo pasado para guarecer a los montañeros que intentan las montañas de la zona. Se le conoce como “Pirca del Visionario”. Desde aquí se puede acceder a varios cuatromiles (cerros de más de 4.000 metros) como la Punta Chile, Moai, Marisemberg, Punta Equivocados y otros.


5. Campamento Poincenot, en el Chaltén, Patagonia Argentina. 

©Juan Cristóbal Hurtado
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Muy concurrido, desde aquí se pueden hacer muchos trekking por la zona, con vistas increíbles al Fitz Roy y Cerro Torre entre otros. Una alternativa económica si no se quiere pagar alojamiento en El Chaltén.

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