Lagartos gruñidores en peligro de extinción tendrán nuevo plan de conservación en Chile Central
En la zona central de Chile habitan tres especies de lagartos endémicos – es decir, exclusivos del país – que enfrentan severos problemas de conservación. Nos referimos a los gruñidores del Volcán, de Álvaro y de Valeria, los cuales se encuentran en peligro de extinción. Entre las amenazas que enfrentan está la pérdida de hábitat debido al reemplazo de bosque nativo por plantaciones agrícolas, así como la crisis hídrica, los incendios forestales, la presencia de ganado y la extracción de tierra de hojas. Por ello diversos actores participaron en la elaboración de un Plan de Recuperación, Conservación y Gestión (RECOGE), el cual fue aprobado por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad. De esa forma, buscan recuperar sus poblaciones en un plazo de 10 años.
Los lagartos gruñidores habitan en diferentes rincones de bosques y matorrales de Chile central, tanto en la cordillera de los Andes como en la cordillera de la Costa. Sin embargo, esta zona del país concentra un alto porcentaje de la población humana, así como de actividades socioeconómicas que generan una alta presión sobre los ecosistemas. Por este motivo, los reptiles están expuestos a diversas amenazas, lo que ha llevado a algunas especies endémicas a ser clasificadas “en peligro de extinción”.
Para visibilizar a estos animales, no solo se ha creado material educativo como una Guía de Gruñidores de Chile, sino que también se busca recuperar sus poblaciones a través de iniciativas como el nuevo Plan de Recuperación, Conservación y Gestión de los Gruñidores de la Zona Central (Plan RECOGE), el cual fue aprobado recientemente por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad.
La propuesta de plan fue elaborada particularmente para promover la protección del gruñidor del Volcán (Pristidactylus volcanensis), presente en la Región Metropolitana; el gruñidor de Álvaro (Pristidactylus alvaroi), que vive en las regiones de Valparaíso y Metropolitana; y el gruñidor de Valeria (Pristidactylus valeriae), habitante de las regiones de O’Higgins y Metropolitana.
Estas tres especies viven exclusivamente en Chile, y son comúnmente conocidos como lagartos gruñidores debido al sonido que emiten producto de la expulsión violenta de aire. Su hábitat es el bosque nativo, como el esclerófilo de la Cordillera de la Costa, y en bosques de roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa), que pueden encontrarse en zonas como la Reserva Natural Altos de Cantillana y Cerro El Roble.
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La elaboración del Plan RECOGE contó con la participación de actores con conocimientos y competencias en la conservación de las especies, o que realicen actividades que influyan sobre la permanencia de sus poblaciones, entre ellos servicios públicos, privados, organizaciones sociales y sociedad civil, conformando un Grupo de Elaboración para el plan, quienes también se ocuparán de velar por el cumplimiento de las acciones de éste, además de colaborar con su gestión en la etapa de implementación.
“Para esta especie se han identificado amenazas como incendios forestales, escasez hídrica, reemplazo de bosque nativo por plantaciones agrícolas, presencia humana, de ganado, y la extracción de tierra de hojas que es clave para la subsistencia de los lagartos gruñidores, por lo que con este nuevo Plan RECOGE, buscamos revertir su estado de conservación, para resguardar estas especies, únicas en el mundo, de las presiones a las que se ven enfrentadas”, aseguró la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, en un comunicado.
La propuesta fue revisada por el Comité de Planes, luego sometida a consulta pública, en donde se recibieron observaciones que se analizaron por el Grupo de Elaboración, para llegar a la propuesta que se aprobó en el Consejo de Ministros y cuya duración será de 10 años, contando como meta el aumento en distribución y abundancia de las especies de lagartos gruñidores en la zona central.
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Según el Ministerio del Medio Ambiente, las líneas de acción contemplan la implementación de un programa de protección contra incendios forestales, el fortalecimiento de la evaluación ambiental en áreas con presencia de gruñidores, y el fomento del uso eficiente de agua. Además, se promoverán consideraciones en construcción y mantención de caminos, así como buenas prácticas agrícolas, forestales, ganaderas y prediales para la conservación de los gruñidores y su hábitat.
También se comprometen a desincentivar el uso de tierra de hoja, implementar un programa de manejo de perros y gatos, fortalecer la protección legal de estos reptiles y su hábitat, y evaluar la creación de áreas protegidas u otros instrumentos basados en la protección de áreas. Esto incluiría la restauración en áreas con distribución actual o potencial de estos animales, desarrollar educación para la conservación, promover la investigación y monitoreo para la gestión de los gruñidores e implementar un programa de conservación ex situ.
Para más información sobre estos reptiles nativos, puede descargar la Guía de Gruñidores de Chile.