Las turberas son un tipo de humedal escaso en Chile; verdaderas esponjas del sur del mundo. Se distribuyen desde la Región de Los Lagos hasta la de Magallanes, cumpliendo un importante rol en el ecosistema como reservas de agua y carbono. En la región más austral del país, en el Parque Karukinka, administrado por Wildlife Conservation Society (WCS), se han planteado la misión de dar a conocer, proteger y conservar estos ecosistemas. Algo clave considerando que en este lugar hay más de 30 mil hectáreas de turberas.

Se trata de una iniciativa que actualmente forma parte de la red de acción climática más grande de Chile, Reacciona por el Clima, que suma más de 700 proyectos inscritos. Así, de la mano de WCS, se busca visibilizar a las turberas y la relación entre ser humano y naturaleza, con un enfoque de preservación de lo natural y su puesta en valor por medio de la ciencia y la educación, desde hace más de 15 años.

La protección de las turberas en Karukinka

Dentro del Parque Karukinka, las turberas son parte de los objetos de conservación. Esto, según explica Melissa Carmody, coordinadora del parque, se debe al rol que cumplen a nivel ecológico y los servicios ecosistémicos que éstas poseen. Esto, principalmente, por su rol en la regulación del ciclo hidrológico y el almacenamiento de carbono.

“Sabemos que las turberas son ecosistemas extremadamente relevantes cuando pensamos en la mitigación del cambio climático y obviamente tienen un rol fundamental en la regulación del ciclo del agua, por lo tanto, nos inspira a su conservación porque también tienen muchos otros procesos ecológicos, que involucran el bienestar la vida humana”, explica Carmody.

©Archivo WCS
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Así, desde el inicio del parque en 2004, se han presentado diferentes desafíos en el camino. El más importante fue darle visibilidad a un ecosistema no tan conocido para poder protegerlo. Esto, cree Carmody, se ha ido superando ya que la gente conoce más sobre estos humedales y su importancia.

Parte de este trabajo ha sido avanzar, en cierta medida, con su protección. Por ejemplo, uno de los grandes hitos ha sido la declaración del parque como Zona de Interés Científico para Efectos Mineros. En el documento declaratorio se explica que se hizo con el “objetivo de conservar y/o proteger las especies del bosque subantártico, turberas, pastizales y ecosistemas marinos de relevancia ecológica para el lugar”.

De esta forma, se considera a Karukinka como un lugar de alto interés de investigación y conservación de los bosques australes y la ecología de los humedales de turberas, entre otras cosas. Además, estas se consideran claves para la investigación sobre el cambio climático, por su importante rol en su mitigación. Esto significa, entre otras cosas, que se protegen estos ecosistemas y no se puede extraer la turba de este lugar, lo que es una de las principales amenazas a las turberas.

La turba -que es considerada como un mineral en Chile- demora años en generarse. Si se extrae, se generan impactos significativos porque se pueden secar especies de flora, se alteran sus ciclos hidrológicos y su retención de carbono. Algo que afecta a la biodiversidad. Pese a esto, se ha extraído como sustrato para la horticultura, entre otras cosas.

©Archivo WCS
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Esta declaración, dice Carmody, significó que esta amenaza ya no esté presente en el parque. Pero más allá, aportó a visibilizar estos ecosistemas: “Involucró relevar la problemática de las turberas, y también su valor a nivel regional, local y nacional. O sea, poner en valor un ecosistema invisibilizado, ponerlo en la discusión, hacer reuniones con todos los actores, preparar material educativo para las escuelas, todo eso ha generado más impacto que únicamente la declaración”.

De esta forma, se ha podido ir más allá en el esfuerzo y avanzar en la protección a nivel país. Esto se traduce en el desarrollo, junto al Ministerio de Medio Ambiente, de una hoja de ruta para la conservación y gestión sustentable de estos ecosistemas. Así, según se explica en un comunicado, se “buscará generar acciones de conservación, gobernanzas, consolidar la institucionalidad ambiental, y desarrollar un marco legislativo que dé protección a las turberas”.

“Eso es un primer paso de planificación estratégica. Hay que ver cómo seguimos y qué tipo de decisiones tenemos que tomar para proteger el resto de las turberas de Chile. Eso es lo que ha ido más allá de Karukinka”, dice Carmody.

Los desafíos que quedan en Karukinka

Una de las grandes amenazas para las turberas en Karukinka actualmente son los castores. Esta especie exótica invasora, arma sus propios embalses naturales lo que afecta a estos ecosistemas. “No sabemos a qué nivel, pero sí sabemos que alteran porque inundan zonas que no lo estaban. Una turbera se puede convertir en un lago, se puede sumergir por completo gracias al castor. Se altera el recurso hídrico que es parte de lo que regula las turberas”, dice Carmody.

Junto a esto, la profesional agrega que el cambio climático también afecta, en especial en aquellas zonas que disminuyen las precipitaciones. Esto porque aumentan las temperaturas y eso afecta a la captura de carbono.

©Archivo WCS
©Archivo WCS

Así, todavía quedan muchos desafíos, pero el trabajo sigue. Según Carmody, una vez superado -o más bien, avanzado- el tema de la invisibilidad, las misiones en Karukinka para la protección de turberas continúan. Entre estas, dice Carmody, está un catastro de la cantidad de hectáreas y carbono almacenado para relevar más el valor de las turberas.

Junto a esto, se espera cambiar la legislación para que la turba no sea un mineral. Es decir, que no sea concesionable. “Yo creo que esa es una de las grandes amenazas, en especial para otros lugares que no cuentan con la declaración de Zona de Interés Minero con la que cuenta Karukinka”, dice Carmody.

La red climática más grande de Chile

Con todo lo anterior, la protección de las turberas en Parque Karukinka es una iniciativa valorización y protección para un ecosistema fundamental para el bienestar humano, que conforma la red de agentes por el clima más grande de Chile. Esta última, es un proyecto que busca llegar a entre 1.500 a 2.500 líderes por el cambio climático, incluyendo a ONGs, emprendedores, científicos, académicos, gobiernos locales, empresas, gremios, organizaciones comunitarias y líderes de opinión que impulsen iniciativas transformadoras para enfrentar la crisis climática que vivimos.

Entre otros que se han sumado está el proyecto Vive tus Parques (VTP) del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) y la Corporación Nacional Forestal (Conaf), que es un voluntariado socioambiental que promueve la participación de jóvenes en la protección de parques, reservas y monumentos naturales de Chile a través de acciones de voluntariado. Así, trabajan con ejes como vinculación comunitaria, educación ambiental, control de especies exóticas invasoras y habilitación de zonas de uso público, entre otras. De esta forma, se busca generar un real compromiso con la naturaleza y el medioambiente en los jóvenes, fomentando la participación social para los que tengan entre 18 y 29 años, a través de voluntariado ambiental.  También hemos hablado sobre otras iniciativas como Granja La Pacha Mama.

Vive Tus Parques ©Reacciona por el clima
Vive Tus Parques ©Reacciona por el clima

¡Y tu iniciativa todavía puede ser parte! La convocatoria, a la que te puedes inscribir aquí, es parte del proyecto Re-Acciona por el Clima, que busca involucrar a la ciudadanía con la agenda y las ambiciones climáticas de Chile, y que es impulsado por el Ministerio del Medio Ambiente, la Unión Europea y el Festival Internacional de Innovación Social (fiiS). Inscribiéndote, tendrás la oportunidad de participar por un cupo para la COP26 en Glasgow, Escocia.

Puedes votar por tu iniciativa preferida aquí.

Conversaciones por el clima 

También puedes ser parte de las conversaciones digitales por el clima, las cuales se desarrollan para levantar las principales opiniones, ideas y visiones de la ciudadanía respecto al cambio climático. Se busca entender las diferencias en el nivel de conocimiento, percepción y expectativas entre las regiones del país. Más de siete mil personas han participado de estos espacios.

Puedes participar de las conversaciones a través de dos espacios. El primero es una conversación virtual de una hora y media a elección y te puedes inscribir aquí. Por otro lado, puedes contestar las cinco preguntas de cambio climático en menos de cinco minutos, a través de esta encuesta.

Así, a través de conversaciones o iniciativas, puedes ser parte de la red de acción climática más grande de Chile, sumándote a las más de 22 mil personas que ya son parte de esta comunidad. La invitación es también a ser todos agentes de cambio y tener nuestras propias iniciativas que sean un aporte para la sociedad y el cambio climático.

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