En la Región de Antofagasta, a tan solo pasos de la frontera con Bolivia, se encuentra Ollagüe. Bautizado de esta forma debido a su cercanía con el volcán homónimo de 5.890 metros de altura, en los años 30′ se caracterizó por el auge de la minería de azufre, logrando albergar a cerca de 10.000 personas en aquella época. Sin embargo, hoy en este lugar viven tan solo aproximadamente 250 habitantes, los que se encuentran rodeados de las ruinas de lo que fue un gran pueblo minero.

Ollague 1940. Créditos ®Museo Histórico Nacional
Ollague 1940. Créditos ®Museo Histórico Nacional

Es miércoles por la mañana. Con el equipo de Ladera Sur viajamos en auto desde Calama para poder llegar a Ollagüe, con el fin de exhibir algunos de los documentales del Festival de Cine Santiago Wild, a pedido de la municipalidad local. Si bien existía un vasto conocimiento de muchos lugares en Chile, esta localidad causaba intriga debido a su lejanía, y al ser uno de los pueblos menos poblados del norte de Chile.

Construcción de estación de Ollague 1890. Créditos ®Museo Histórico Nacional
Construcción de estación de Ollague 1890. Créditos ®Museo Histórico Nacional

Al llegar al lugar y conversar con José Arrieta Araos, encargado de turismo de la municipalidad, nos dimos cuenta de que la exhibición de los documentales era más que solo una actividad. En palabras de José, se trata de una de las tantas maneras que han buscado para que el pueblo pueda poner en valor su territorio, generando conversaciones e intercambios de opiniones. Durante años, desde la municipalidad se ha realizado un trabajo de educación y concientización del entorno, enfocándose en biodiversidad, cultura y turismo.

«Ollagüe siempre ha sido una zona muy especial porque está en la planicie del altiplano y tiene condiciones ambientales muy extremas. Los vientos son muy fuertes, hace mucho frío en el invierno y en las noches de verano. Siempre ha sido un lugar muy impactante, también por sus paisajes que son realmente hermosos, rodeados de salares y de volcanes”, puntualiza Cristina Dorador, bióloga, doctora en Ciencias Naturales.

Estación de trenes de Ollague 2024. Créditos ® Adolfo Molina Soto
Estación de trenes de Ollague 2024. Créditos ® Adolfo Molina Soto

Los espectaculares salares que rodean el pueblo

Ollagüe se considera un lugar valioso. No solo por sus habitantes, sino también para quienes buscan desarrollar la industria minera en la zona, al encontrarse rodeado de grandes salares, como lo son el salar de Carcote, de Ascotán, y el de Alconcha, los cuales se encuentran en la lista de salares adjudicados para la explotación privada, mientras que Carcote se incorpora en la red de salares protegidos.

La Dra. Dorador comenta al respecto: “En esta zona existen distintos salares y, de hecho, la localidad está en el borde del salar de Ollagüe, un salar muy especial porque no tiene agua superficial, pero sí, obviamente, agua subterránea y otros afluentes. Además, tiene estructuras de sal muy particulares, aquellas que las personas han ocupado históricamente para hacer sus viviendas«.

Por otra parte, José Arrieta comenta respecto a la explotación de los salares de la zona: «El salar de Ascotán está siendo explotado actualmente para la extracción de bórax, y es evidente la intervención y el daño que ha tenido. Anteriormente, en este lugar se extraía agua para mineras, lo que le produjo perdidas de agua de su flujo normal, por ende, se ha convertido en un ecosistema más frágil, y es uno de los salares candidatos a ser explotados por el litio. Respecto del Salar de Carcote, si bien está incorporado en la red de salares protegidos, y a pesar de que pase un tren de la ruta Antofagasta – Bolivia por el medio-, es evidente que es un salar que está en un buen estado, poco intervenido, con más vida debido a que no existe una faena productiva que se encuentre extrayendo sus recursos«.

Atardecer en Lago verde, Salar de Carcote. Crédito ® Adolfo Molina Soto
Atardecer en Lago verde, Salar de Carcote. Crédito ® Adolfo Molina Soto

Asimismo, se refiere a las amenazas del salar: «El salar de Ollague también se encuentra amenazado por la extracción de litio. Ocurre algo extraño, ya que Ollague se encuentra sobre el mismo salar y esto es un arma de doble filo, ya que puede que exista una desarraigo o desentendimiento de lo que alberga un salar mismo. El salar de Alconcha tiene propiedad de la comunidad Quechua y existe una empresa privada que está buscando realizar un proyecto de conservación y turismo en el lugar. Creo que, dado que existen 4 salares en la comuna, es importante tener al menos uno protegido, para tener un mínimo base de donde estamos habitando, y que sus habitantes puedan comprender lo valioso de sus salares y volcanes.»

La científica Cristina Dorador asegura que estos salares tienen una importancia en biodiversidad muy alta, con especies únicas y exclusivas de este ecosistema que no habitan en ningún otro lugar del mundo: «Por ejemplo, el salar de Ascotán presenta peces y anfibios endémicos, sobre todo la especie Orestia ascotanensis, que es el pez endémico de los salares azcotensis”.

Este lugar corresponde a uno de los sitios con mayor densidad de la ranita del salar de Ascotán (Telmatobius Philippii), un anfibio acuático en peligro crítico de extinción, perteneciente al mismo género de la amenazada ranita del Loa (Telmatobius dankoi), cuya principal amenaza es la pérdida de hábitat y la contaminación del agua causada por actividades mineras.

“Cada vertiente del salar tiene una población de Orestia ascotanensis genéticamente distinta, y eso muestra este grado de endemismo y aislamiento de estos sistemas que hace que las especies vayan diversificando, pero a la vez está muy afectado por distintas actividades industriales humanas, como por ejemplo la extracción de agua y también la extracción de boro (…), así que es un salar que está en riesgo y que necesita ser preservado y conservado”, precisa la bióloga.

Mirador lago Verde. salar de Carcote 2024. Crédito ® Adolfo Molina Soto
Mirador lago Verde. salar de Carcote 2024. Crédito ® Adolfo Molina Soto

Luego de recorrer los cuatro miradores que rodean el salar de Carcote, nos sentamos a disfrutar de un mate mientras veíamos el atardecer frente al lago verde. Aquí conversamos con José y Humberto Barraza Galleguillos, técnico en turismo de la localidad.

La vista que tenemos es espectacular, y los miradores tienen una estructura diferente a lo que acostumbramos a ver. Están realizados con materiales de la zona y, además, son una especie de protección circular con múltiples espacios para apreciar el paisaje. Su estructura también tiene una especial característica que es para protegerse de las intensas ráfagas de viento que se suelen sentir en esta área. La laguna verde, que en esta época no tiene su totalidad de agua, se ve al comienzo de este paraje infinito, que termina con una mezcla de colores y, como cada crepúsculo en el altiplano, es una experiencia única de vivir.

Otras problemáticas de la zona

Ollagüe es considerado un punto estratégico al ubicarse en la ruta entre dos de los lugares más visitados del mundo: San Pedro de Atacama, en Chile, y Uyuni, en Bolivia. Esto, sumado a sus montañas que superan los 5.000 metros, junto a su biodiversidad, salares y lagunas, lo transforman en un lugar con potencial turístico. Pero, al mismo tiempo, las condiciones de vida en el lugar han dificultado la apertura al turismo.

La normativa turística en Chile exige la disponibilidad de servicios básicos para la promoción y desarrollo de actividades. Sin embargo, este pueblo nortino posee problemas de abastecimiento de agua, teniendo que optar por regularse con camiones aljibes. Además, no existe un cableado que les provisione energía, por lo que la electricidad proviene de generadores que funcionan con bencina. Todos estos factores imposibilitan la posibilidad de promoción del turismo en la zona, contando con escasos lugares de alojo, comida y actividades turísticas.

Pueblo de Ollague. Crédito ® Sofía Silva
Pueblo de Ollague. Crédito ® Sofía Silva

Frente a esta situación, José Arrieta, encargado de turismo, nos comenta que: «Hay un claro desafío en temas de formalización de operadores turísticos. Creo que es importante avanzar en temas de ser buen anfitrión y eso no se logra con una capacitación más, sino que es algo cultural y se cambia al largo plazo. Falta más regularidad, extensión del horario y que la oferta gastronómica sea más vinculante con la zona y que la gente vea esto como una forma de expresar que es lo que tiene».

Por otro lado, Yanett Troncoso, secretaria de la Asociación Indígena de Turismo de Ollagüe perteneciente a la comunidad quechua, cuenta: “Nos ha costado hacer entender a nuestros hermanos que el crecimiento económico es por esta vía y no otra. Y también que el turismo no es solo para aquellos que tengan un hostal o unas cabañas, sino que es para todos«.

Pueblo de Ollague. Crédito ® Sofía Silva
Pueblo de Ollague. Crédito ® Sofía Silva

La tarea por la promoción del lugar

Además de abogar por la protección de sus salares, la población de Ollagüe lucha por mantener su cultura quechua, la cual es la predominante en esta zona. Para ello, buscan incentivar a sus jóvenes y que estos mismos se conviertan en los principales promotores del lugar. Sin embargo, existe un desapego en este sentido.

«En la medida en que no haya un plan estratégico a nivel comunal, teniendo en cuenta que es una comuna de menos de 300 personas, la posibilidad de realizar una buena política comunal o una intervención más integral junto a los jóvenes es cada vez más difícil. «No logras conectarlos con el territorio y desde esa conexión lograr una alternativa de sustento económico a futuro sobre su entorno», relata José.

Pueblo de Ollague. Crédito ® Sofía Silva
Pueblo de Ollague. Crédito ® Sofía Silva

Opciones que tenemos para recorrer Ollague

A pesar de que la oferta turística en Ollagüe es limitada, José menciona que existen opciones para quienes deseen ir libremente a la zona: “Las ofertas regulares no existen, pero sí puedes venir a recorrer este territorio de manera salvaje, pero con respeto con el lugar. Sobre todo, considerando que el avance de la tecnología es tal, y quizás en 20 años más ya no podamos ver este territorio de la misma manera. Lo que puedes venir a disfrutar a Ollagüe es el silencio, la desconexión y la libertad”.

Respecto al perfil de los turistas que llegan a recorrer la zona, José nos detalla que «han llegado muchos cicloviajeros que andan recorriendo el altiplano, Sudamérica y el mundo en bicicleta, ya sean solos, en pareja o en familia, con niños incluso. Realizan este paso ya que no tiene tanta altura y no es tan transitado. También, por otro lado, los motoviajeros y las camper o casas rodantes que van camino hacia de Uyuni. El turismo de montaña, que si bien llegan en mucho menor medida, está llegando más que en años anteriores. Actualmente existe el desafío de que Ollagüe deje de ser un lugar de paso y se pueda retener a los turistas en el lugar, al menos por 2 días, para que se puedan empapar del territorio».

Si visitas esta localidad en auto, una excelente opción es visitar la cuenca del salar de Carcote y sus miradores, donde se pueden apreciar vistas panorámicas del salar y los volcanes que rodean la zona. También es posible observar la flora y fauna local, con una visita al salar de Ascotán y la laguna Los Flamencos, hogar de la especie y otras aves.

Pueblo de Ollague. Crédito ® Sofía Silva
Pueblo de Ollague. Crédito ® Sofía Silva

Otro atractivo son las ruinas de los antiguos pueblos azufreros de Mincha y Buenaventura, así como la localidad de Cosca, un pequeño pueblo marcado por su geografía y conocido por sus festividades religiosas en diciembre. Para los amantes de la aventura, arrendar una bicicleta en Amincha permite experimentar el pedaleo en altura y recorrer lugares como la quebrada del Inca, Aguas Calientes o las ruinas azufreras.

Y, al finalizar el día, una gran experiencia es contemplar el atardecer en el salar de Ollagüe, disfrutando de los cambios de luz y color en el paisaje, cerrando la jornada con la observación de estrellas en este entorno privilegiado.

Salar de Ascotan, Ollague. Crédito ® Adolfo Molina Soto
Salar de Ascotan, Ollague. Crédito ® Adolfo Molina Soto

¿Cuáles son las recomendaciones al venir a este territorio?

Lo primero que se debe tener en consideración, es que es un territorio de clima extremo y de altura, con viento constante por las tardes y frío en las noches. Además, se debe tener una buena planificación en cuanto a traer agua potable, ya que no existe tanta disponibilidad. Humberto nos cuenta que puedes venir durante todo el año pero con ciertas condiciones, teniendo en consideración que, en la época de diciembre, enero y febrero, están las lluvias estivales las que generan problemas en la movilidad debido a las tormentas eléctricas , ya que los caminos pueden cortarse.

Teniendo en cuenta estos puntos se puede disfrutar de un lugar prístino, pero que con esa perfecta mezcla entre la dificultades y sus atractivos, lo hace un destino perfecto para aquellos que están en búsqueda de algo nuevo, desafiante y sin mayor intervención.

Comenta esta nota
·