Colombia como un potencial destino para el aviturismo o turismo de observación de aves
Colombia se encuentra en la cabeza del listado de países con mayor cantidad de especies de aves registradas. La enorme riqueza en biodiversidad del país se traduce en 1.941 especies, lo que equivale al 20% de las especies de aves en el planeta, y donde —además— en 2011 se reportaron 197 especies de aves migratorias, 193 casi endémicas y 79 endémicas. Es precisamente por estas razones que Colombia también suele estar posicionado en los primeros lugares durante el Global Big Day, el mayor evento mundial en observación de aves, que se celebra cada año durante el mes de mayo organizado por la Universidad de Cornell. La enorme variedad de aves y ecosistemas con que cuenta el país lo han convertido en un atractivo para científicos, aficionados y fotógrafos especializados en aves. Pero también para un sector que cada vez más está creciendo y que —pese a las preocupaciones por la seguridad asociadas a la inestabilidad política del país— ha ido consolidándose hasta el punto en que comience a hablarse de Colombia como uno de los hotspots o puntos predilectos para el aviturismo o turismo de avistamiento de aves que, según investigadores y las mismas autoridades, como el Ministerio de Comercio de Colombia, podría tener un potencial para atraer turismo, generar empleos y hacer aportes a la economía del país. «Esta actividad, que exige buenas prácticas para un aviturismo incluyente y responsable también es un sector promisorio para la Ecorregión Cafetera, en especial para mejorar ingresos de comunidades vecinas a áreas de interés ambiental«, explica Gonzalo Duque, académico de la Universidad Nacional de Colombia.
Colombia se encuentra en la cabeza del listado de países con mayor cantidad de especies de aves registradas. La enorme riqueza en biodiversidad del país se traduce en 1.941 especies, lo que equivale al 20% de las especies de aves en el planeta, y donde —además— en 2011 se reportaron 197 especies de aves migratorias, 193 casi endémicas y 79 endémicas.
Es precisamente por estas razones que Colombia también suele estar posicionado en los primeros lugares durante el Global Big Day, el mayor evento mundial en observación de aves, que se celebra cada año durante el mes de mayo. La enorme variedad de aves y ecosistemas con que cuenta el país lo han convertido en un atractivo para científicos, aficionados y fotógrafos especializados en aves.
Pero también para un sector que cada vez más está creciendo y que —pese a las preocupaciones por la seguridad asociadas a la inestabilidad política del país— ha ido consolidándose hasta el punto en que comience a hablarse de Colombia como uno de los hotspots o puntos predilectos para el aviturismo o turismo de avistamiento de aves que, según investigadores y las mismas autoridades, como el Ministerio de Comercio de Colombia, podría tener un potencial para atraer turismo, generar empleos y hacer aportes a la economía del país.
«El aviturismo tiene un alto potencial para atraer viajeros. Implementamos rutas de avistamiento de aves para la promoción de un turismo de calidad y sostenible«, indica un post del Ministerio de Comercio de este país, que ha dado impulso a la creación de rutas de turismo que incluyan el avistamiento de aves.
Incluso, el año pasado se lanzó una campaña, liderada por la organización Birds Colombia y 22 operadores de turismo de aves, que fue denominada ‘A vuelo de pájaro’, para contribuir con 150 familias en este país que viven del aviturismo que se vieron afectadas por el cierre del turismo a causa de la pandemia del coronavirus.
También, un estudio realizado por Conservation Strategy Fund (CSF), una organización de conservación ambiental, señala que la actividad podría beneficiar a Colombia, con la capacidad de generar ingresos por el orden de los USD $9 millones de ganancias anuales, según reportó el julio de 2021 el diario local El Espectador.
Otros datos apuntan a que Colombia recibe anualmente más de un millón de visitantes extranjeros y que, de potenciarse esta actividad con planes enfocados en aficionados, investigadores y especialistas en avistamiento de aves o aviturismo, un visitante podría invertir hasta 400 dólares estadounidenses por día, entre guías, transporte, hospedaje, alimentación y servicios, según indica un reportaje de la periodista Leidy Arévalo, del medio Semana Rural.
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Según esta información, Colombia también ha invertido 3 mil millones de pesos (casi 800 mil dólares estadounidenses) en las principales dos rutas de aviturismo con que cuenta el país: la Ruta de Aviturismo de los Andes Centrales y Región Cafetera y en la Ruta de Aviturismo de los Andes Orientales.
Toda esta infraestructura y modelo de gestión es parte también de una incipiente pero también sofisticada Red Nacional de Rutas de Aviturismo, que lidera el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y que partió 2018, como parte de una estrategia de conservación y fortalecimiento del turismo y la economía local.
Estas inversiones, por supuesto, complementan proyectos de ampliación y diversificación, como es también la Ruta de Aviturismo del Caribe, que es ejecutada por operadoras turísticas, habitantes y comunidades locales. Las rutas comprenden una planeación integral para el desarrollo del turismo responsable, que facilite a los amantes de las aves aprovechar los territorios sin afectar los ecosistemas.
«Esta actividad, que exige buenas prácticas para un aviturismo incluyente y responsable también es un sector promisorio para la Ecorregión Cafetera, en especial para mejorar ingresos de comunidades vecinas a áreas de interés ambiental», explica Gonzalo Duque, académico de la Universidad Nacional de Colombia.
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De acuerdo con ProColombia, la demanda en el segmento de aviturismo en Colombia ha ha aumentado un 150% desde que se comenzó con la comercialización y venta de planes de avistamientos en 2006. Ángela Gómez, gerente de Ecoturs, una empresa vinculada a Proaves, una organización sin ánimo de lucro, considera que la investigación y el descubrimiento de seis nuevas especies totalmente desconocidas para la ciencia tras sendas expediciones científicas en la última década ha impactado fuertemente la demanda.
Algunas de las especies más amenazadas también están en Colombia. De acuerdo con el Libro Rojo de Aves de Colombia, el país cuenta con 18 especies dentro de la categoría En Peligro Crítico entre las que se encuentra el cóndor de los Andes y el paujil de pico azul.
En el caso del cóndor andino (Vultur gryphus), que además es el ave emblema nacional que aparece en el escudo del país, debe afrontar el envenenamiento y la caza, entre otras amenazas. También se apuntan como amenazas principales a las aves colombianas la fragmentación y pérdida de hábitats, la caza furtiva, el tráfico, la expansión de áreas agropecuarias, las áreas urbanas y el consecuente impacto de la deforestación.