A la Antártica se le conoce por ser el continente más frío del planeta, pero esto no siempre fue así. A finales del Cretácico existieron temperaturas más cálidas que favorecieron la existencia de verdes y frondosos bosques en donde habitaron dinosaurios y mamíferos prehistóricos. En estos bosques también se produjeron incendios forestales frecuentes asociados a episodios de vulcanismo hace 75 millones de años, al final de la era de los dinosaurios. 

		
Una Antártica verde, mostrando los frondosos bosques compuestos principalmente por helechos, gimnospermas y angiospermas, que habitaban el actual continente blanco, durante el período Cretácico, fuente: Manfroi
Una Antártica verde, mostrando los frondosos bosques compuestos principalmente por helechos, gimnospermas y angiospermas, que habitaban el actual continente blanco, durante el período Cretácico, Créditos: Joseline Manfroi

Este nuevo descubrimiento se desprende de un estudio publicado recientemente en la revista científica Frontiers in Earth Science, que presenta nuevos e importantes datos para comprender la dinámica ambiental de la Antártica a lo largo del tiempo, siendo uno de los pocos trabajos que se ha encargado de estudiar eventos de paleoincendios en la península Antártica durante el Cretácico. 

El estudio fue dirigido por la investigadora Dra. Joseline Manfroi, quien realizó su postdoctorado en el Instituto Antártico Chileno (INACH), en colaboración con la Dra. Cristine Trevisan y el Dr. Marcelo Leppe, ambos del organismo polar, además del apoyo brindado por otros investigadores brasileños como la Dra. Tania Dutra, Dr. André Jasper, Dr. Marcelo Carvalho y el Dr. Francisco Aquino. El estudio recibió financiamiento del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico del Ministerio de Ciencia de Brasil. 

Dra. Joseline Manfroi pionera en los estudios sobre paleo incendios en la Antártica en expedición del Instituto Antártico Chileno en Isla Rey Jorge, Península Antártica.jpg
Dra. Joseline Manfroi pionera en los estudios sobre paleo incendios en la Antártica en expedición del Instituto Antártico Chileno en Isla Rey Jorge, Península Antártica.

Este hallazgo se consiguió a través de las muestras paleontológicas recolectadas de la isla Rey Jorge en expediciones científicas organizadas por el INACH y el Programa Antártico Brasileño (Proantar). La primera evidencia de la ocurrencia de incendios forestales en la Antártica ya había sido comprobada por Manfroi en un artículo anterior del año 2015. Pero este nuevo trabajo comprueba que la Antártica estuvo en llamas durante el fin del Cretácico y que los incendios forestales fueron frecuentes en una Antártica que todavía estaba verde y que estos episodios se asociaban al fuerte vulcanismo de la época. 

“El intenso vulcanismo atestiguado para el Cretácico, que conformó gran parte de los extractos rocosos de la Antártica, fue también el impulsor de los incendios forestales que se produjeron en este mismo período. Sin embargo, al contrario de lo que se puede imaginar, no fueron los flujos de lavas ardientes los que consumieron la vegetación, sino el contacto de la vegetación con las nubes de las cenizas calentadas (nubes piroclásticas) que fueron expulsadas por los volcanes. Estas nubes de cenizas calentadas alcanzaron los bosques, provocando el inicio de incendios naturales en la vegetación”, explica la Dra. Joseline Manfroi. 

Dra. Joseline Manfroi realizando trabajos en terreno
Dra. Joseline Manfroi realizando trabajos en terreno en expedición del Instituto Antártico Chileno en Isla Rey Jorge, Península Antártica.

Conocer el pasado para comprender el presente

Para las autoras y autores del texto, resulta relevante no solo comprender los cambios ambientales globales en el presente, sino saber qué sucedió en edades pasadas. “Esta construcción no solo contempla las señales actuales de perturbaciones en los ambientes, sino que es necesario dirigir nuestra mirada hacia estudios que representen una escala temporal más amplia. Siendo así, caracterizar y comprender los ambientes del pasado de la Tierra y sus agentes perturbadores (como el fuego), son herramientas fundamentales para construir escenarios y modelos que permitan entender mejor la dinámica terrestre y ayuden a conservar la biota actual”, comenta Manfroi. 

Si bien la Antártica es conocida actualmente por sus temperaturas bajo cero y alrededor del 98 % de su territorio está cubierto de hielo, “a lo largo del tiempo geológico tuvo sus ambientes en llamas, como atestiguan los fósiles que muestran la ocurrencia de incendios en la vegetación. Y que la acción del fuego frecuente sobre la vegetación modeló y perturbó los bosques, influyendo incluso en la evolución y biodiversidad florística de estas zonas del globo”, finalizó la investigadora. 

Reconstrucción del paleoambiente austral durante el período Cretácico, basada en estudios geológicos y paleontológicos, mostrando la ocurrencia de frecuentes incendios de vegetación causados por nubes piroclásticas (cenizas calentada)
Reconstrucción del paleoambiente austral durante el período Cretácico, basada en estudios geológicos y paleontológicos, mostrando la ocurrencia de frecuentes incendios de vegetación causados por nubes piroclásticas (cenizas calentada).
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