Concepción: el escape perfecto para un fin de semana largo
Una playa escondida de aguas color turquesa, exquisita gastronomía local con productos frescos del mar y trekking en una reserva natural que posee el último fragmento del ecosistema denominado “Bosque Caducifolio de Concepción”. Todo esto y más podrás encontrarlo en esta bitácora de viaje al Gran Concepción de nuestra periodista Romina Bevilacqua.
Se acercaba el feriado del 8 de diciembre y decidí que quería aprovechar el tiempo para disfrutar de una escapada express en Chile donde tuviese la oportunidad de relajarme y estar en contacto con la naturaleza. Después de descartar varios destinos por la poca oferta que quedaba en alojamientos o lo caro de los pasajes, recordé que hace unos meses una amiga me había comentado que se iría a realizar unos trekking a Concepción, así que empecé a buscar qué se podía hacer en esta ciudad y terminé reservando el hotel. Ahora sólo quedaba preparar las mochilas para irnos a Concepción, un destino al que sinceramente nunca había considerado para visitar. Y lo cierto es que en los días que estuve ahí, me sorprendió bastante.
En este artículo podrás encontrar las razones por las que para mí, Concepción es el destino ideal para visitar cuando tienes pocos días disponibles.
Día 1: Una playa oculta y deliciosa gastronomía costera
Llegamos a Concepción el día jueves alrededor de las 14 horas, nos instalamos en el hotel y decidimos visitar nuestro primer destino: Caleta Lenga. Ubicada en la comuna de Hualpén, esta caleta se ha convertido en un polo turístico que atrae a los amantes de la gastronomía costera. Con más de una veintena de restaurantes y puestos de comida, aquí se puede encontrar todo tipo de preparaciones con productos frescos del mar. ¿Los favoritos? Las empanadas de marisco. Mi recomendación es que visiten el local “Restaurant La Gracilaria”, las empanadas y platos eran exquisitos, buena atención y buena relación precio/calidad.
Hacia el final de la playa de Caleta Lenga y justo al llegar a una especie de centro de estudios marinos, a mano izquierda nos encontramos con un camino de tierra bastante amplio y bien demarcado que nos llevó a una playa de ensueño: la playa Ramuntcho. La caminata es corta, de alrededor de 30 minutos, y en el camino se ven pequeñas playas que se han formado junto a los acantilados.
La llegada a Ramuntcho se hace evidente cuando comienzas a escuchar el ruido de las personas jugando en la playa y bajas una pendiente. La vista es hermosa y el lugar ofrece una buena opción para pasar una tarde tomando sol y refrescándose en el agua un tanto helada. Con arenas casi blancas y agua de color turquesa, esta pequeña playa escondida podría ser un verdadero paraíso, pero lamentablemente una vez que las personas comenzaron a escuchar de este lugar, muchos de los que visitaban dejaron a su paso grandes cantidades de basura que se amontonan en la parte trasera. Así que por favor, si vas ¡lleva de regreso tu basura!
Día 2: De trekking en la Reserva Nacional Nonguén
El día amaneció nublado por lo que no teníamos apuro para llegar a la reserva tan temprano. Un dato útil: no hagan caso a Waze si están buscando cómo llegar a este lugar. Mejor diríjanse hacia el zoológico de Concepción y una vez que lleguen sigan derecho por el mismo camino, que luego pasará a ser un camino de tierra que los dejará en la puerta de la reserva (no hay señaléticas que indiquen el camino hasta la reserva Nonguén, pero una vez en el trayecto de ripio verán el cartel de Conaf que les da la bienvenida anunciando que quedan pocos kilómetros para llegar).
La Reserva Nacional Nonguén se formó oficialmente en 2009 como resultado de una demanda de la comunidad de Concepción para proteger y conservar el Fundo Nonguén. Ésta posee el último fragmento del ecosistema denominado “Bosque Caducifolio de Concepción”, el cual no está representado en ninguna otra área silvestre protegida por Conaf. Este tipo de bosque solía cubrir la cordillera de la Costa en la región del Bio Bío, pero lamentablemente fue reemplazado casi en su totalidad por cultivos agrícolas y plantaciones forestales por lo que esta reserva constituye el último relicto de esta singular vegetación.
La reserva cuenta con una serie de senderos de dificultad alta, media y baja para realizar dentro del área protegida y muchos de ellos se pueden combinar. En mi caso los realicé prácticamente todos en un plazo de 4 horas (sólo me faltó el sendero Los Canelos), pero si van con poco tiempo y les gusta hacer trekking definitivamente el mejor es el sendero Lo Rojas + el tramo hasta el mirador.
*Dato importante: el horario de entrada y salida de la reserva durante la temporada de verano es de 9:00h a 17:00h. A la entrada se encontrarán con la caseta de registro donde los guardaparques anotarán sus datos y cobrarán la entrada al parque (de alrededor de $1.500 pp)
Vida nocturna en el Gran Concepción
La segunda noche salimos a recorrer las calles de la ciudad y llegamos hasta la Plaza Perú frente a la Universidad de Concepción, famoso punto de encuentro de los estudiantes penquistas donde hay una serie de bares y restaurantes para disfrutar de una rica cerveza y algo para picar. Nuestra elección fue el Bar Callejón, a pocos metros de la plaza y emplazado en la calle Cochrane 1269; 100% recomendado para aquellos que busquen un excelente ambiente, una rica oferta de micheladas y tragos y un buen sándwich o tabla para picar junto a amigos o la pareja.
¿Otra sugerencia? El restaurant Lo que más quiero en la calle Lincoyán 60. Muy atractivo a la vista y para el estómago, ya que cuenta con una exquisita y novedosa carta, eso sí asegúrense de reservar mesa con al menos un día de anticipación porque es bastante demandado (y sólo abre de lunes a viernes). También la microcervecería Latitud Sur en Victor Lamas 401, es una buena opción. Ricos platos, pizzas a la piedra y buenos cocteles.
Día 3: Caleta Tumbes, paraíso de machas y jaibas
A pocos kilómetros de Concepción y a solo 12 km de la ciudad de Talcahuano se encuentra Caleta Tumbes, una caleta de pescadores pequeña pero muy pintoresca que ofrece todo un espectáculo con aire poético gracias a sus coloridas embarcaciones. Aquí llama la atención la popularidad de las machas: todos los puestos en la costa ofrecían ceviche de machas (muy rico por lo demás) y por supuesto empanadas macha queso. Las jaibas también eran el gran protagonista de las preparaciones.
En Caleta Tumbes se puede disfrutar de variados platos con productos del mar en sus restaurantes o puestos de comida junto a la avenida principal. Uno de los restaurantes del lugar, y donde decidimos almorzar, es el Bahía Paraíso que se encuentra en altura y cuenta con una terraza con vista privilegiada a la caleta. (Recomiendo probar el chupe de jaiba).
Al día siguiente ya nos despedíamos de Concepción. Pero nuestra visita nos dejó una muy buena imagen de esta ciudad que tiene mucho que ofrecer para quienes se aventuren a conocerla. Incluso en uno de nuestros recorridos por el centro de la ciudad nos tocó disfrutar de un pequeño concierto de Juan Ayala, ex vocalista de Juana Fé, en la plaza de la independencia de Concepción tras un evento de bicicletas. Si tuviese que resumir esta visita en una frase diría que Concepción fue una grata sorpresa.