Los humanos tenemos la tendencia de valorar y cuidar lo que nos parezca agradable a la vista. Admiramos a las mariposas y perseguimos a las arañas. Cultivamos rosas y arrancamos malezas. Lo mismo ocurre con el reino de los hongos.

A pesar de ser uno de los reinos más numeroso en el planeta la protección que se le da a la biodiversidad fúngica está muy por debajo de lo ideal, a pesar de su rol clave en el equilibrio del ecosistema. A primera vista sabemos de los hongos “carismáticos”, como los que se reproducen en caricaturas o dibujos, de colores llamativos y formas fácilmente identificables. ¿Qué pasa con el resto?

©Fundación Fungi
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La preservación de los hongos se ve en constante amenaza debido a la pérdida de sus hábitats naturales, los cuales cumplen a veces requisitos muy exclusivos. Tal es el caso del Cordyceps kirkii, solo visto en Stephen’s Island, una de las islas de Nueva Zelanda, y del que se sabe muy poco. Este hongo a su vez es parásito de un escarabajo de Stephen’s Island, otra especie en peligro.

“Aún así la vida en este planeta no puede existir sin esa mayoría de organismos no carismáticos”, expresa el micólogo Peter Buchanan, quien está organizando el taller para introducir a los hongos más vulnerables en la Lista Roja de especies en peligro en la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (IUCN en sus siglas en inglés). 

©Fundación Fungi
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Más de 100 especies serán examinadas en este taller llamado Global Fungal Red List Initiative, que se está desarrollando desde el 22 de julio al próximo viernes 26 de julio en los Royal Botanic Gardens Victoria de Melbourne y donde se evaluará la situación de conservación del Reino Fungi en toda la región de Australasia. Hasta el 2014, solo tres especies de hongo han logrado entrar en la lista de la IUCN. El Reino Vegetal ya tiene más de diez mil. Este esfuerzo en conjunto es una iniciativa impulsada por científicos de todo el mundo que buscan ejercer presión para asegurarle a los hongos el mismo nivel de protección que se les da a otros organismos. 

Giuliana Furci ©Fundación Fungi
Giuliana Furci ©Fundación Fungi

En Chile quien lidera esta lucha es la micóloga Giuliana Furci y su Fundación Fungi, quienes han logrado incluir a los hongos en leyes ambientales, y como requisito obligatorio en los estudios de impacto ambiental.  Somos un país pionero en la conservación de hongos a nivel global. Nuestra legislación es un ejemplo mundial en esta materia y somos aplaudidos por otros países por haber respondido a sugerencias de la UICN y la CBD de las Naciones Unidas. En el marco de nuestro compromiso para con lo que ocurre con el cambio climático, y en la antesala de la COP25 en nuestro país, es urgente realizar estas actividades en Chile”, afirma Furci.

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