Como lo demuestran las actuales inundaciones en la zona central del país, no basta con seguir construyendo ciudades y pueblos basándose en los principios de planificación habituales, especialmente porque estos desastres afectan mucho más a las poblaciones desfavorecidas, aumentando la desigualdad. Urge diseñar en torno a la idea de que las inundaciones son inevitables y que tenemos que crear espacios urbanos que acumulen y retengan el agua cuando estas se produzcan.

Durante años hemos intentado canalizar ríos con diques y muros contra inundaciones, pero esto no funciona; estas construcciones generalmente fallan y el peligro es inmenso. Necesitamos encontrar formas de permitir que los ríos se expandan de manera segura en tiempos de inundación y se contraigan cuando las lluvias amainan. 

Para empezar tenemos que entender que hemos construido nuestros pueblos o ciudades sobre sistemas naturales. Comprender esto es importante para aceptar que no podemos prever una inundación, ya que los sistemas naturales son impredecibles. Lo que sí podemos hacer es encauzar las aguas en sistemas de drenaje y captación. 

No somos el único país que está sufriendo esto y por lo mismo, antes de inventar la rueda, sería bueno quizás mirar soluciones internacionales.

En la ciudad de Rotterdam, que está construida sobre el delta de un río, repensaron su relación con el agua con estrategias que involucran a toda la ciudad y planes más específicos para comunidades pequeñas u hogares. Bajo este concepto crearon las “plazas de agua” en espacios públicos abiertos, que almacenan el agua de las inundaciones durante la época de lluvias y se utilizan como espacios de reunión en verano. 

Water Boulevards (Fotos: Baharash Architecture)
Water Boulevards (Fotos: Baharash Architecture)

El estudio Baharash Architecture desarrolló el proyecto Water Boulevards para la ciudad de Londres, que encontró la solución al formar una red de corredores de humedales, con una visión de sostenibilidad económica, social y ambiental. La propuesta tiene un enfoque entre la tierra y el agua que integra a las comunidades circundantes de los muelles con una red de bulevares para darle una identidad única. 

ClimateTile (Fotos: Tredje Natur)
ClimateTile (Fotos: Tredje Natur)

La oficina de arquitectura Tredje Natur desarrolló el ClimateTile, una herramienta de adaptación climática escalable que reconsidera las aceras como sistemas de gestión del agua. El componente principal es esencialmente un híbrido entre una baldosa de hormigón, un sistema inteligente de tuberías de agua y una superficie permeable. El Climate Tile puede capturar y redirigir el 30 por ciento del agua de lluvia adicional que se prevé que llegue debido al cambio climático y así evitar desbordamientos de la infraestructura de drenaje existente. 

Inaugurado en el 2017, el Parque Centenario de Chulalongkorn de la oficina N7A Architects, es la primera pieza fundamental de infraestructura verde en Bangkok, para mitigar los problemas ecológicos perjudiciales y reducir el riesgo de desastres por inundaciones urbanas. Al aprovechar el poder de la gravedad, puede recolectar, tratar y retener el agua caída, sin desperdiciar ni una sola gota de lluvia. Ubicado sobre una pendiente de 3 grados, el parque puede acumular hasta un millón de galones de agua. 

Además está equipado con varios componentes ecológicos que consisten en un techo verde, humedales, césped de detención y un estanque de retención.

Storkeengen (fotos: Møller Architects)
Storkeengen (fotos: Møller Architects)

Este proyecto es una solución muy sencilla para evitar la amenaza de inundaciones, que además acerca la ciudad de Randers al río más largo de Dinamarca, el río Gudenå. El proyecto se centra en transformar los pastizales que se encuentran frente a la ciudad en humedales. El agua de lluvia que viene de los tejados y carreteras se canaliza hasta piscinas de acumulación que cuando están secas son lugares de encuentro, convirtiendo al río en un nuevo parque natural.

Storkeengen (fotos: Møller Architects)
Storkeengen (fotos: Møller Architects)

Todos estos planes se basan en la idea de que no se trata sólo de aplicar una solución técnica, también se necesita un cambio cultural, para que las comunidades comprendan la urgencia de la crisis climática y que la forma como construimos pueblos y ciudades deben evolucionar. El objetivo es hacer de las ciudades un lugar mejor para todos y promover la cohesión social. La gestión del agua y la adaptación al clima deben tenerse en cuenta en cada plan urbano y en cada proyecto, por muy pequeño que sea o grande.

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