Descubriendo las termas del Altiplano chileno
En Chile se reconocen cerca de 280 fuentes termales, con diferentes características de acuerdo al territorio en que se encuentran. Así, las termas del norte se pueden ubicar a más de cuatro mil metros de altura, en pleno Altiplano, y las del sur pueden existir al nivel del mar. Para levantar información sobre termas de Chile, empezando por las que se ubican en la zona norte, la arquitecta Jimena Eyzaguirre, emprendió la misión de visitar cada una de la que se tuviera un registro. De esta forma, logró hacer una selección y elaborar un libro con 40 termas que se encuentran hacia el norte de Chile. Aquí te contamos más información sobre su aventura y cómo conseguir el libro.
A lo largo y ancho de Chile se conocen cerca de 280 fuentes termales, y cada una tiene sus propias cualidades. Pasa que, en un territorio de muchas diferencias geográficas, geológicas y temperaturas, las características de las aguas termales varían como el paisaje en el que se encuentran.
Principalmente, se ubican en la Cordillera de Los Andes. Hacia el norte, en el Altiplano, las fuentes termales se concentran a más de cuatro mil metros de altura, y pueden tener aguas de temperaturas elevadas -algunas pueden llegar a los 90º- y de características químicas muy diferentes a las del sur. Tienen más sal, potasio, calcio y magnesio.
En el sur, donde hay mayor cantidad de fuentes termales, la cordillera se sumerge en el océano pacífico, provocando que algunas existan al nivel del mar. En esta zona las aguas son más sulfatadas y de temperaturas más bajas que en el norte.
Así, con todas sus diferencias, todavía falta por explorar el mundo de las termas en Chile. Esta es una misión que emprendió la arquitecta Jimena Eyzaguirre en la zona norte de nuestro país, y que hoy nos comparte con el libro «Termas Escondidas del Norte de Chile», en el que explica información desconocida para explorar estos alejados lugares altiplánicos de nuestro país.
Un recorrido por el altiplano
Eyzaguirre cuenta que elaborar el libro fue una misión personal. Su motivación empezó luego de que se diera cuenta, al realizar distintos viajes, que la información de la ubicación de aguas termales era casi nula, salvo por las que son más turísticas. Así partió con la idea. En un principio, dice, “fantasiosa”, pero que se pudo volver realidad.
En su misión consiguió el documento «Catastro y caracterización de las fuentes de aguas minerales y termales de Chile», elaborado por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin). En él existe información de 200 termas a lo largo de todo Chile. De todas, las del norte presentaban algo especial: todas estaban inmersas en el Altiplano. Desde ahí, empezó el recorrido.
“Mi idea en un principio era hacer norte, centro y sur. Pero empecé por el norte. Tomé el catastro, viajé a Arica y comencé a buscar las termas. Fui a todas las que se señalaban, hay varias que no existen, otras que no estaban anotadas. Yo iba, sacaba las fotos y tomaba la temperatura del agua”, explica Eyzaguirre.
En el catastro se mencionaban 70 fuentes termales, y Eyzaguirre no se perdió ninguna. Según explica, algunas no existían, otras eran menores a 25º -lo que consideró como un criterio para la selección del libro- y otras eran poco atractivas a la vista. Es así como finalmente seleccionó 40 termas, más dos ubicadas en Bolivia, muy cercanas a la cordillera con Chile.
Así, por ejemplo pudo describir termas como Aguas Calientes de Parajalla, ubicada a 27 kilómetros de Enquelga, que destaca por su vertiente que nace en la orilla norte del camino, formando una especie de riachuelo terman que termina en la laguna de Parajalla.
O también, las termas de Lirima, ubicadas a 6,5 km del pueblo del mismo nombre, que se caracteriza por sus aguas olor a azufre que fluyen hacia un pozón -habilitado para el baño- donde el agua llega a unos 40º.
“El libro, que está en inglés y español, consiste en que cada terma tiene una ficha técnica donde se explica su ubicación, la altura en la que está, su pueblo más cercano y las características químicas del agua, la cual conseguí a través de un estudio. También hay una reseña de cómo llegar, un mapa bien detallado, una pequeña descripción y una foto”, dice Eyzaguirre.
Una aventura para no olvidar
En los poco explorados rincones altiplánicos destacan termas como Aquaque, Pulpugire, Polloquere, Lirima, Carcote y Berenguela, entre muchas otras. Cada una con un paisaje propio que las acompaña. Sus aguas tienen diferentes composiciones químicas y temperaturas, y los caminos para llegar a ellas no suelen ser fáciles.
Por lo tanto, encontrar cada una y luego describirla, para Eyzaguirre, fue un gran desafío: “Yo pensé que lo iba a hacer en un año, pero no fue así. El primer año, sí, hice casi todos los viajes. De repente vas a una terma, y alguien en el pueblo te comenta que existe otra. Había un fin de semana largo y viajaba, no terminaba nunca (…) Más adelante tuve más tiempo y viajé a las más lejanas que estaban a 50 km fuera del camino, lo que requería mucha organización”.
“No es algo para todo el mundo, porque cuando uno va al altiplano hay muchas dificultades. Primero aclimatarse a la altura, después averiguar donde alojar, comer, los bidones de bencina. Nos pasaron todo tipo de cosas. Entonces no es para cualquiera porque recorrer el altiplano tiene sus riesgos. El llamado es a conocer Chile”, finaliza la arquitecta.
*Para adquirir el libro puedes escribirle a la autora al mail chilehotsprings@gmail.com. Tiene un precio de $15.000.
*Recuerda que si planeas viajar a estos lugares en un futuro, debes tener cuidado por el entorno que te rodee. Llévate tu basura, respeta a la flora, fauna y al territorio en el que estás.