A casi 500 años de su descubrimiento, tuve el privilegio de recorrer Tierra del Fuego, una experiencia inolvidable, el fin del mundo para algunos, el comienzo para otros.

Uno de los lugares mas remotos del planeta, donde el infinito se hace presente y el silencio nos envuelve en una inmensidad plena.

©María Teresa Zegers
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El origen de su nombre data de 1520 cuando Hernando de Magallanes le denominó “tierra de los fuegos o de los humos”, por las fumarolas que se avistaban desde muy lejos en la ribera de la isla y que en esos tiempos, eran encendidas por los pueblos nativos, los Selk’nam u Onas. Mas tarde Carlos I, rey de España la denóminó Tierra del Fuego.

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Amanecer en el embarcadero ©María Teresa Zegers

Llegar a este asombroso lugar fue una travesía desde su inicio; zarpamos al amanecer del embarcadero Tres Puentes en Punta Arenas rumbo a Porvenir, mirando la salida del sol por el Estrecho de Magallanes.

Porvenir es una pequeña y particular ciudad, capital de la provincia chilena de Tierra del Fuego, con historia y tradición llena de pequeños rincones con algunos pintorescos restoranes donde se degustan sus exquisitos productos del mar. Como dato adicional, vale la pena conocer su museo, mirador de la ciudad y también su pequeño cementerio, que es una belleza que se inspira en el emblemático cementerio de Punta Arenas.

Cementerio Porvenir ©María Teresa Zegers
Cementerio Porvenir ©María Teresa Zegers

La isla se compone en su parte sur por maravillosos bosques, lagos, glaciares y como telón de fondo la cordillera de Darwin que se hace presente sobre las alturas.

En la zona centro encontramos mayoritariamente turberas y humedales intactos en condiciones prístinas y por el norte en cambio, destacan grandes explanadas de estepa donde a lo lejos se visualiza algún árbol solitario, que deja clara la escala natural y permite apreciar mas la profunda y vasta amplitud.

©María Teresa Zegers
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Las distancias son largas de recorrer; no existen carreteras. Está claro que es un territorio de guanacos, liebres, zorros y toda una diversdidad de aves que se atraviesan tranquilamente por el camino. Emociona contemplar tanta belleza.

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Fueron días a principios de mayo, donde el otoño se encontraba en su máxima expresión y donde las grandes extensiones de bosque nativo, compuesto por lengas y ñirres entre otros, teñían el entorno de intensos colores anaranjados.

Atravesando la cuesta que conduce al sur de la isla, se llega al Deseado, un maravilloso lago de aguas cristalinas que se encontraban pintadas de otoño por el reflejo de la montaña. Muy cerca se asoma el lago Despreciado, guarida de castores, de similares características y finalmente el Fagnano, un lago de gran extensión que es compartido con Argentina.

Lago Despreciado©María Teresa Zegers
Lago Despreciado©María Teresa Zegers

Siguiendo el camino se llega a Caleta María, un imperdible y solitario lugar, muy especial ya que es el último punto donde se puede llegar por tierra. Es literalmente el fin del mundo situado al frente del seno Almirantazgo y donde desemboca el río Azopardo. Un lugar sobrecogedor en que el silencio es el anfitrión que invita a conectarse con lo más profundo de nuestro ser y la naturaleza

Río Azopardo©María Teresa Zegers
Río Azopardo©María Teresa Zegers

Tierra del Fuego, es un territorio de emocionantes contrastes que la naturaleza nos regala y donde a veces en el mismo día, se pueden vivir las cuatro estaciones, con temperaturas otoñales e inesperadas lluvias, granizo y luego nieve.

Un espectáculo que nos sorprende y deja perplejos al divisar a lo lejos, un ovejero arriando un piño de 4.500 ovejas, que se nos acercaba bajo la nieve a paso lento y donde esperamos respetuosos su ritmo para poder continuar.

©María Teresa Zegers
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4 días demoraba este arriero patagónico, en su viaje por condiciones extremas en cruzar de una estancia a otra, con un clima adverso e impredecible, junto a sus fieles perros adiestrados para dirigir su piño y obedientes a cada señal de su amo.

A lo lejos podemos apreciar varias estancias solitarias, ya que la gran mayoría se encuentran abandonadas, pues está claro que las nuevas generaciones tienen otros sueños para el futuro. Pero entre ellas, aparece la estancia Josefina una de las más importantes con su característico galpón de esquila que aún se mantiene vigente.

©María Teresa Zegers
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Es difícil resumir en palabras estas vivencias, en tierras tan diversas y lejanas, ubicadas en la Patagonia chilena. Tierras indómitas y silenciosas, de una inmensidad infinita, donde el paisaje se apodera del alma y permite ser testigo de una experiencia única e inolvidable.

©María Teresa Zegers
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