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Testigos del cambio: El deshielo de los glaciares a través de las imágenes del fotoperiodista Sean Gallup
Frente al retroceso de los glaciares, no hay dudas: la crisis climática es real, visible y avanza sin tregua. Sean Gallup, fotógrafo de Getty Images, ha dedicado los últimos años a recorrer algunos de los rincones más fríos del planeta para documentar el deshielo de estos gigantes. Con cada imagen, transforma paisajes majestuosos en pruebas irrefutables de lo que estamos perdiendo. Su trabajo no solo conmueve por su belleza, sino que interpela: ¿Qué haremos ante esta transformación irreversible? A través de su lente, Gallup nos recuerda que aún estamos a tiempo de actuar, pero no por mucho más.
A lo largo de las últimas décadas, el cambio climático ha dejado huellas profundas en cada rincón del planeta, y uno de los indicadores más visuales de esta transformación es el deshielo de los glaciares. Estos gigantes, que cubren cerca del 10% de la superficie terrestre, durante milenios han sido los testigos silenciosos de los ciclos naturales, reguladores del clima, almacenando grandes cantidades de agua dulce y liberándola gradualmente en forma de ríos que abastecen a millones de personas y ecosistemas.
Sean Gallup, fotógrafo de Getty Images, ha dedicado una década de su vida a retratarlos, enfocándose en el impacto que ha generado el cambio climático en ellos. «Son simplemente creaciones magníficas. El agua, después de todo, es algo que damos por sentado: abrimos el grifo de la cocina y fluye. La bebemos, nos bañamos, lavamos nuestra ropa. Y, sin embargo, la naturaleza la transforma, la congela y la convierte en estas increíbles obras de arte. Los glaciares pueden ser masivos y moverse con una fuerza que tritura todo lo que encuentran en su camino. Su retroceso, lamentablemente, es innegable y tangible. A diferencia de otros problemas ambientales que pueden parecer más abstractos, el deshielo de un glaciar es una pérdida visible», señala Gallup.
En ese sentido, uno de los efectos más alarmantes del calentamiento global es el acelerado derretimiento de los glaciares en todo el mundo. Este proceso ha sido intensificado por la constante emisión de gases de efecto invernadero que han provocado un aumento de las temperaturas globales. En muchos lugares, los glaciares están retrocediendo a un ritmo preocupante, con algunos perdiendo varios metros de grosor cada año.

Lo que antes era una visión majestuosa de paisajes inalterados, hoy se ha convertido en una emergencia ambiental que exige nuestra atención urgente. Entre quienes han documentado esta crisis con un enfoque impactante y revelador está Gallup, cuyo trabajo ha trascendido más allá de la simple observación para convertirse en un llamado a la acción.
Gallup se ha dedicado a capturar el deshielo de los glaciares en lugares como Groenlandia, Islandia y los Alpes, siendo testigo de la transformación de paisajes completos que, en muchos casos, solo existen en su memoria y en sus fotografías. Su obra no solo destaca por su estética, sino que también por la reflexión profunda que invita a quienes la observan sobre la urgencia de combatir el cambio climático. Las imágenes que registra documentan un fenómeno global, pero al mismo tiempo actúan como poderosas herramientas visuales para generar conciencia.
Para lograr esta meta, Gallup ha tenido que enfrentarse a la naturaleza en sus formas más extremas, sobre todo en las zonas más remotas del planeta, lo que representa un desafío físico, logístico y emocional. Cada expedición que Gallup realiza es una lucha contra las inclemencias del tiempo, la falta de accesibilidad y las dificultades tecnológicas.

Fotoperiodismo para retratar el deterioro de los glaciares
Sean Gallup es un fotógrafo cuya carrera ha estado marcada por su compromiso con el fotoperiodismo y su capacidad para captar los momentos cruciales de la historia contemporánea. Con más de tres décadas de experiencia en la fotografía, Gallup ha sido testigo y narrador de numerosos eventos internacionales que han definido el curso del siglo XXI. Su trabajo no solo abarca temas políticos, sociales y de entretenimiento, sino que en los últimos años ha centrado su mirada en una de las problemáticas más urgentes de nuestro tiempo: el cambio climático, especialmente a través de la desaparición de los glaciares.
Gallup, originario de Santa Mónica, California, se formó en el Williams College y la Universidad de Texas en Austin, donde comenzó a combinar su interés en la política y las ciencias con la fotografía. Su carrera profesional comenzó en los Estados Unidos, pero a lo largo de los años vivió y trabajó en varios países, entre ellos Austria, la República Checa, Francia y Alemania. Esta experiencia internacional le permitió no solo abarcar una gran diversidad de temas en su trabajo, sino que también aportar una perspectiva global a las historias que documentaba.
«Decidí dedicarme al fotoperiodismo cuando me di cuenta de que podía combinar mi interés por la fotografía con mi interés paralelo en los acontecimientos actuales. Estaba en la universidad en EE.UU., donde estudié ciencias políticas y ruso, durante la perestroika y la caída del Muro de Berlín. Fue un período emocionante en la historia mundial y quería formar parte de él», comenta Gallup.

Su incursión en el fotoperiodismo ambiental fue más bien gradual, pero decisiva. Durante años, Gallup cubrió eventos políticos y culturales que definieron la historia reciente, como la caída del Muro de Berlín y los eventos relacionados con la Perestroika, lo que alimentó su deseo de capturar momentos decisivos que tuvieran un impacto en el mundo.
Sin embargo, fue en un viaje personal a los Alpes suizos, junto a su esposa, cuando la magnitud del cambio climático tocó su vida de una manera inesperada. Durante una excursión de senderismo, se encontró frente a un glaciar en todo su esplendor y belleza, lo que despertó en él una fascinación profunda por estos gigantes de hielo. Este encuentro marcó un punto de inflexión en su carrera.

«Sigo cubriendo principalmente noticias y política. Mi interés por un proyecto a largo plazo sobre el deshielo de los glaciares, que realizo en los meses de verano cuando desaparece la nieve y quedan expuestos los glaciares, surgió al hacer senderismo con mi esposa en los Alpes europeos, donde en algún momento me encontré con glaciares y quedé maravillado por su tamaño y belleza. Comencé a fotografiarlos y, con el apoyo y estímulo de mi editor en Getty Images, amplié el alcance y mi compromiso con el tema», relata Gallup.
«Cuando estoy frente a un glaciar, siento asombro y respeto. Son creaciones magníficas, hermosas y poderosamente físicas. Dado que muchos están retrocediendo tan rápidamente, siento la responsabilidad de documentarlos antes de que desaparezcan. Algún día llevaré a mis nietos a algunos de ellos, y en mis fotografías podrán ver lo que alguna vez estuvo allí», agrega.


Su trabajo con los glaciares: el despertar de una pasión
Desde su primera incursión en los glaciares en 2016, Gallup comenzó a ver cambios devastadores en estos paisajes helados. Su fascinación inicial por su belleza fue reemplazada por un creciente sentido de urgencia. La fotografía se convirtió en su herramienta para capturar no solo la magnificencia de estos paisajes, sino que también su fragilidad. Cada expedición se convirtió en un registro visual de cómo la naturaleza, que anteriormente parecía tan eterna, estaba siendo modelada por la mano del hombre.
El trabajo de Gallup, aunque fundamentalmente estético, tiene un propósito mucho más profundo. No se trata únicamente de mostrar paisajes espectaculares; su objetivo es documentar el retroceso visible de los glaciares como un símbolo de la crisis climática global. A lo largo de sus viajes, Gallup ha regresado a los mismos lugares en varias ocasiones para tomar fotografías comparativas. Estas imágenes son poderosas por su belleza, así como por el contraste que ofrecen: lo que alguna vez fue un glaciar imponente, hoy es una masa de hielo deteriorada o, en algunos casos, casi completamente desaparecida.
Uno de los ejemplos más impactantes de este cambio lo vivió con el glaciar del Ródano en Suiza. En su primera visita en 2016, Gallup capturó el glaciar en su esplendor. Sin embargo, al regresar en 2022, lo encontró irreconocible. El glaciar, que anteriormente se extendía a lo largo de un vasto territorio, había retrocedido de manera dramática. Este tipo de transformaciones, visibles en el transcurso de pocos años, no solo documentan la pérdida de los glaciares, sino que también el tiempo que nos queda para actuar antes de que estas maravillas naturales desaparezcan por completo.

«He estado trabajando en este proyecto desde 2016, más con la intención de explorar nuevos lugares que de regresar a glaciares que ya había visitado. Dicho esto, mi archivo sobre algunos de ellos está empezando a crecer, como el glaciar del Ródano en Suiza y el Pasterze, el glaciar más grande de Austria. En 2022 regresé al glaciar del Ródano y llevé algunas de las fotos que había tomado en 2016. Encontré exactamente el mismo lugar donde había tomado una de las imágenes. Lo que me impactó no fue solo la disminución en longitud, sino también en profundidad. Era como un globo que se desinfla», recuerda con nostalgia Gallup.
El trabajo de Gallup no se limita a la observación pasiva. A menudo se enfrenta a desafíos extremos para capturar sus imágenes. Las condiciones climáticas impredecibles, la luz difícil y la necesidad de desplazarse por terrenos complicados son solo algunos de los obstáculos que debe superar en cada una de sus expediciones. Sin embargo, una de las herramientas que ha revolucionado su trabajo es el uso de drones, que le permite obtener perspectivas únicas de los glaciares desde alturas imposibles de alcanzar por otros medios. Los drones no solo han mejorado la calidad de sus imágenes, sino que también le han permitido explorar áreas de difícil acceso que de otro modo habrían sido peligrosas para los seres humanos.
«Simplemente llegar a los glaciares puede ser físicamente muy arduo. El clima impredecible y la luz difícil también son un reto. Una gran ayuda ha sido la evolución de la tecnología de drones: incluso con uno pequeño puedo obtener perspectivas y explorar características de los glaciares que de otro modo serían extremadamente difíciles, peligrosas o imposibles», afirma Gallup.


Uno de los aspectos más complejos de este trabajo es la paciencia que requiere. A diferencia de los reportajes de noticias urgentes, donde las imágenes capturan momentos inmediatos y dramáticos, el fotoperiodismo sobre el cambio climático es un proceso más lento y meticuloso. Los glaciares no se derriten de la noche a la mañana, y el impacto del cambio climático se va mostrando poco a poco, año tras año. Para Gallup, esto significa que las fotografías que toma deben tener un enfoque narrativo, una historia detrás de cada imagen. Los cambios en los glaciares no son solo una cuestión visual, sino que tienen implicaciones mucho más profundas, y su trabajo como fotógrafo es traducir esa realidad de forma que resuene emocionalmente con el público.
«La clave es el contexto. Una imagen o video hermoso puede captar la atención, pero sin una historia, datos o reflexión detrás, se queda en lo superficial. Mi consejo es: cuenta historias. Preocúpate por lo que hay detrás del paisaje. Habla con los habitantes locales, documenta los cambios, haz comparaciones. La naturaleza tiene voz, pero necesita intérpretes. También, la gente se ha acostumbrado a realzar las fotografías para hacerlas más atractivas visualmente. ¡No lo hagas! Al hacerlo, cruzas de la verdad a la fantasía», señala Gallup.
A lo largo de sus expediciones, ha sido testigo de cómo las comunidades locales que dependen del agua de los glaciares para su sustento se ven cada vez más afectadas por su deshielo. Las culturas que han existido durante siglos en la cercanía de estos gigantes de hielo se enfrentan a una transformación radical en su modo de vida debido a la reducción de estos recursos. Esta dimensión humana de su trabajo agrega una capa de urgencia a la crisis global, haciendo evidente que el calentamiento global no es solo un fenómeno natural, sino una problemática que afecta directamente a las personas.

La importancia de las imágenes
En la era digital actual, las imágenes tienen un poder sin precedentes para captar nuestra atención y emocionar a las personas, algo que los números y las estadísticas a menudo no logran transmitir. En un mundo saturado de información, las fotografías de Sean Gallup se han convertido en una herramienta clave para ilustrar la magnitud de la crisis climática.
El principal desafío para Gallup, más allá de las condiciones extremas y los riesgos físicos, es lograr que su trabajo no solo informe, sino que inspire acción. Los glaciares, como testimonios visuales del cambio climático, deben servir como una llamada urgente para la protección del medioambiente. A través de sus imágenes, Gallup intenta mostrar la importancia de estos ecosistemas, al mismo tiempo que invita a reflexionar sobre el futuro del planeta. Si bien sus fotos no ofrecen soluciones inmediatas, su fuerza radica en la capacidad de provocar conciencia sobre la magnitud de la crisis climática, una crisis que solo puede abordarse mediante un cambio en las actitudes y las políticas globales.
«Demasiadas personas parecen haber perdido el sentido de urgencia respecto al cambio climático. Y el cambio climático es un tema incómodo para los políticos. Sin embargo, trabajar en este proyecto me ha convencido de que la era hacia la que nos dirigimos es muy peligrosa. Las consecuencias del calentamiento global continuarán e intensificarán. No desaparecerán simplemente porque ignoremos nuestra responsabilidad o posterguemos las acciones necesarias», señala Gallup.


«Diría que en Europa existe conciencia, pero en general falta profundidad. Muchos medios informan sobre el cambio climático, pero con demasiada frecuencia lo hacen de manera episódica, como respuesta a desastres. Lo que necesitamos es una cobertura constante y transversal, como hacemos con la economía o la política. Getty Images me brinda la posibilidad de documentar estos cambios y distribuir las imágenes a nivel mundial, pero el reto persiste: ¿cómo lograr que personas, organizaciones y empresas conviertan el contenido en acción?», agrega.
De esta manera, sus fotografías son un grito silencioso de alerta. Hacen tangible lo que muchas veces parece lejano y abstracto para la mayoría de las personas. Las imágenes, por tanto, se convierten en un puente entre la naturaleza y el espectador, una forma de confrontar la realidad del cambio climático de manera directa y emocional.
En este sentido, las imágenes se vuelven más poderosas que los simples reportes o las alarmantes cifras, ya que nos conectan emocionalmente con el objeto de la crisis. Las imágenes de un glaciar que se derrite no son solo una descripción de un fenómeno natural, son una representación visual del impacto humano y de una amenaza existencial para el planeta. A través de sus lentes, Gallup no solo muestra lo que está pasando, sino lo que podría estar en peligro de perderse para siempre si no tomamos acción inmediata.

«Creo que es naturaleza humana bloquear lo que resulta perturbador. Las redes sociales y los políticos pueden alentarnos a no confrontar el cambio climático. Cuando se trata de algo tan complejo como el cambio climático, las imágenes pueden ofrecer un punto de partida para la comprensión. Mi enfoque no es convencer, sino crear un registro: uno que otros puedan interpretar, cuestionar o del cual puedan aprender», comenta Gallup.
«Las imágenes y los videos tienen el poder de hacer que las personas piensen, sientan o actúen. La mayoría de las personas se conecta más fácilmente con imágenes poderosas que con datos o estadísticas. Dicho esto, un enorme desafío hoy es que estamos saturados de imágenes. Vemos miles de imágenes y videos cada día, y lograr que una foto detenga a alguien, lo conmueva o lo haga reflexionar es cada vez más difícil», agrega.
Este poder de las imágenes es respaldado por estadísticas globales que demuestran el creciente interés en ver representaciones visuales del cambio climático. Según datos de Getty Images, el 81% de las personas afirma que quiere ver imágenes que muestren de manera clara cómo el medioambiente está siendo afectado por el calentamiento global. Esto resalta el potencial que tienen las fotografías para movilizar a las audiencias y generar conciencia. Las imágenes tienen el poder de transformar el concepto abstracto de una crisis ambiental en una experiencia palpable, despertando en el espectador un sentido de urgencia y responsabilidad.

Además, las imágenes tienen la capacidad de traspasar barreras y llegar a audiencias diversas. En un contexto donde las noticias sobre el cambio climático se perciben como algo lejano o incluso como un tema político, las fotografías pueden hacer que la crisis climática se vuelva más accesible y urgente. Sean Gallup sabe que el fotoperiodismo, y especialmente el fotoperiodismo ambiental, no puede ser una tarea pasiva. Las imágenes, según Gallup, no deben quedarse en la comodidad de la contemplación estética; deben incitar a las personas a reflexionar sobre lo que está en juego, sobre las consecuencias del deshielo y la desaparición de los glaciares y sobre cómo esto afectará a las futuras generaciones.
«Informar sobre el cambio de los glaciares es una manera de hacer visibles y tangibles realidades distantes. Para mí, contribuir a través de imágenes y video es una pequeña forma de ser parte de una conversación mucho más grande. No necesitamos proteger los glaciares: necesitamos mitigar, y quizás algún día revertir, el calentamiento global. Si logramos eso, la naturaleza restaurará los glaciares», plantea Gallup.