Tienen una pequeña estructura detrás de su cabeza llamada pronoto, que cuenta con una variedad de bulbos, cuernos, espinas, hojas, halos o, incluso, excrementos de insectos. Esta es una característica peculiar y que hace que estos diminutos membrácidos, también conocidos como “diablitos”, “toritos”, “periquitos” o, en inglés, “treehoopers”, se puedan camuflar de sus pocos depredadores (como pájaros que se alimentan de ninfas y arañas).

Membrácido. Créditos Cynthia Bandurek
Membrácido. Créditos Cynthia Bandurek

Estos pequeños insectos (que pueden medir entre 2  y 24 milímetros de longitud), están en la Tierra hace aproximadamente 40 millones de años atrás y, tal como se explica desde el Museo Nacional de Costa Rica, su origen se remonta a los bosques tropicales del continente americano. Actualmente, ahí es donde se encuentra la mayor diversidad de especies, aunque se reportan en “casi todos los países tropicales, principalmente en zonas cálidas y con poca presencia de climas muy fríos”, según aclara María Gabriela Carmona, curadora de Hemíptera del museo antes mencionado.

Con esto, existen más de 3.450 especies descritas en todo el mundo, divididas en más de 428 géneros pertenecientes a la familia Membracidae (orden Hemíptera), predominando en América y sus zonas tropicales, entre ellos, países como Costa Rica, Ecuador y Colombia, dentro de Latinoamérica. En Chile también hay membrácidos, existiendo algunos registros de especies como Alchisme rubrocostata y Sundarion chilense.

Membrácido Sundarion chilense. Especie chilena. Créditos
Membrácido Sundarion chilense. Especie chilena. Créditos Vicente Valdés
Alchisme rubrocostata, especie chilena. Créditos a Vicente Valdés
Alchisme rubrocostata, especie chilena. Créditos a Vicente Valdés

Lo que tienen en común todas estas especies es que todas son succívoras, es decir, que se alimentan exclusivamente de savia vegetal a través de un aparato bucal apto para hacerlo. Además, una de sus características más fascinantes son sus relaciones simbióticas (es decir, de interacción entre organismos biológicos) con otros insectos como hormigas, avispas y abejas. Por ejemplo, las hormigas se alimentan de azúcares que secretan las ninfas (membrácidos en estado inmaduro) y, al hacer esto, protegen a estas últimas hasta que pasen a un estado adulto.

Membrácido. Créditos Cynthia Bandurek
Membrácido. Créditos Cynthia Bandurek

Sobre si normalmente tienen hábitos solitarios o de colonias, el Museo Nacional de Costa Rica explica que en esta familia hay diversos tipos de comportamientos. Entre ellos, existen especies solitarias y viven solas toda su vida en axilas de hojas o flores de plantas. Aquí entran los géneros Aconophora sp, Alchisme sp, Amastris sp, Micrutalis sp, Tylopelta y las especies Metcalfiella costaricensis y Vanduzea segmentata.

Por otro lado, algunas especies se forman en colonias cuando la hembra es fecundada por el macho, que atrae a otras hembras de la misma especie en una sola planta. Esto “promueve la supervivencia, crecimiento y desarrollo de la descendencia”, de acuerdo con el mismo museo.

Membrácido. Créditos Cynthia Bandurek
Membrácido. Créditos Cynthia Bandurek

Además, estos pequeños insectos son capaces de comunicarse entre sí a través de la vibración de su abdomen en el sustrato en el que están, como por ejemplo algún tallo. Esta vibración se transmite a través de las plantas y puede dar señales de alarma, alimento, cortejos, etc. Aquello puede pasar absolutamente inadvertido para el ojo humano. Son así pequeños seres llenos de sorpresas, colores y formas.

Alchisme rubrocostata, especie chilena. Créditos a Vicente Valdés
Alchisme rubrocostata, especie chilena. Créditos a Vicente Valdés
Membrácido. Créditos Cynthia Bandurek
Membrácido. Créditos Cynthia Bandurek
1 Comentario

1 Comentario

  1. Angel Villarreal

    Recientemente colecte unas plantas y cuando la tenía bajo lupa ví moverse una espina, resultó ser uno de estos insectos, pregunto cómo lo podría identificar, saludos cordiales

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