Los Kawésqar son un pueblo indígena que habitaba en los canales y fiordos de los paisajes australes, entre el Golfo de Penas y el Estrecho de Magallanes. Vivían arriba de sus canoas, navegando por las frías aguas de la Patagonia en búsqueda de mariscos y colonias de lobos de mar para poder alimentarse y subsistir.

Créditos: ©Lucas Zañartu – Oceana Chile
Al norte de la Reserva Nacional Katalalixar, en las cercanías del Golfo de Penas, una serie de pequeños islotes forman un paisaje espectacular. Desde el aire, es posible apreciar con claridad la intrincada geografía de la zona. Créditos: ©Lucas Zañartu – Oceana Chile

Uno de los territorios donde se desarrolló el pueblo Kawésqar es la Reserva Nacional Katalalixar, una zona que comprende más de 1.200.000 hectáreas -si consideramos la parte marina- al sur de la Región de Aysén y que destaca por su importancia biocultural y ecosistémica.

Y es que este territorio prístino de la Patagonia central no solo es de gran importancia ancestral para la comunidad kawésqar, que lo ha habitado durante miles de años, siendo un lugar clave en su historia, sino que además es un verdadero tesoro para la biodiversidad marina.

Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile
Delfín austral (Lagenorhynchus australis) Esta especie se distribuye en el cono sur de Sudamérica, tanto en el Pacífico como en el Atlántico ocupando dos grandes hábitats: las costas abiertas, expuestas a oleajes sobre plataformas continentales superficiales; y bahías profundas y protegidas ubicadas en el sur. La presencia de esta especie indica abundancia de alimento en la Reserva, específicamente de peces y de crustáceos. Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile

Vale decir que las aguas que rodean Katalalixar son especiales, ya que en esta zona confluyen aguas dulces provininentes de los ríos y los glaciares, y agua de mar, dando vida a un ecosistema abundante donde se registran especies que frecuentan lugares australes y otras de aguas más templadas. Un ejemplo de esto es la presencia de huiro palo (Lessonia trabeculata), que hasta antes de las expediciones científicas más recientes sólo se registraba hasta Chiloé.

Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile
Anémona naranja de profundidad (Actinostola chilensis) e hidrocoral rojo (Errina antárctica) Los fuertes colores de estas dos especies contrastan con las verdes aguas del fiordo. Ambas son muy características de este hábitat y muy frecuentes en las aguas prístinas de la Reserva. Lamentablemente tanto al norte como al sur de Katalalixar, ambas especies casi ya no existen, afectadas por la contaminación de las aguas. Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile

“Lo especial de la Reserva Nacional Katalalixar es la cercanía de los glaciares por un lado, y al océano abierto -incluyendo el Golfo de Penas-, por el otro, todo esto dentro de un área relativamente pequeña, donde se producen condiciones ambientales bien especiales que influyen en la biodiversidad y composición de especies, como es la entrega de aguas dulces y nutrientes que provienen de los ríos Baker y Pascua en el lado este. El costado oceánico se caracteriza por hábitats bien expuestos, con oleajes fuertes y donde existe también la surgencia de nutrientes desde las profundidades. Toda esa mezcla genera condiciones para una alta diversidad de especies, tanto bajo del mar, en los fondos marinos como a menores profundidades y superficie con la presencia de mamíferos y aves marinos que aprovechan la riqueza de alimentos que provee la Reserva Nacional Katalalixar”, comenta el Dr. Matthias Gorny, Director de Ciencias de Oceana.

Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile
Lirio de mar, probablemente Florometra magellanica de la familia Antedonidae. Son especies poco comunes en la Patagonia y en todo Chile. Se han registrado menos de 10 especies, incluyendo el talud continental. Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile

Pese a lo anterior, este territorio tan importante se encuentra vulnerable ante la llegada de actividades de alto impacto industrial como la salmonicultura, la pesca industrial y la minería. Por ello es que la comunidad kawésqar que reside en Puerto Edén, con el apoyo de Oceana Chile, junto a la Universidad de Magallanes y la Corporación Nacional Forestal (CONAF) de la Región de Aysén, han impulsado por más de tres años que la reserva se transforme en un parque nacional.

Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile
Estrella canasta, Gorgonochephalus chilensis. Se puede encontrar en zonas expuestas al oleaje, sobre rocas u otros organismos como los choritos. Es un ejemplo de especie de amplia distribución geográfica dentro y fuera de la Patagonia, incluyendo islas subantárticas. Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile

Para lograr este cometido, las instituciones han realizado expediciones  en las que han levantado información de base y actualizada sobre la biodiversidad existente en este ecosistema para sustentar la creación de este parque nacional. Vale decir que gracias a la sabiduría de los kawéskar, quienes han habitado este territorio durante miles de años y lo conocen como la palma de su mano, los investigadores han logrado sumergirse en las profundidades de la reserva, desentrañando sus secretos mejor guardados.

Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile
Patagonotothen (Patagonotothen wiltoni) o colde. Es una de las 15 especies de peces bentónicas que frecuentan la Reserva. Estos peces de la familia Notothenidae son típicos de la Patagonia y seis de las doce especies registradas entre Puerto Montt y Cabo de Hornos se encuentran en Katalalixar. Los nototénidos cumplen un rol muy importante en la cultura Kawésqar ya que es uno de sus alimentos principales. Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile

En ese sentido, en los canales de Katalalixar, se ha podido identificar un total de 187 taxones de invertebrados y 15 especies de peces mediante filmaciones submarinas y muestreos biológicos recolectados entre 10 y 220 metros de profundidad.

“La Reserva Nacional Katalalixar alberga muchas especies típicas de toda la Patagonia, además de algunos invertebrados bentónicos que se distribuyen hasta el sur del frente polar antártico. Considerando que el cambio climático ya está impactando la distribución de especies marinas, la Reserva Nacional Katalalixar es el lugar perfecto para conservar un amplio rango de especies típicas del sur del continente. Además, se encuentran especies ya casi desaparecidas en la zona norte de la Patagonia producto de la contaminación de la acuicultura (como el coral Errina antartica)”, puntualiza el Dr. Gorny.

Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile
Tyrinna nobilis o bailarina es un gasterópodo opistobranquio o “babosa de mar». Se alimenta de esponjas marinas y se protege de ellas y sus depredadores con una vistosa coloración y con sustancias químicas venenosas.

Hay que considerar, igualmente, que antes de esta investigación los estudios de organismos bentónicos en la Patagonia se concentraron en superficie o en las profundidades, pero mediante muestreos con arrastre o dragas. Por lo que este es el primer estudio donde se realizaron muestreos utilizando tecnología de filmaciones con un robot submarino.

Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile
Densos bosques de Macrocystis pirifera cumplen un rol ecológico no solo aportando alimentos para algunas especies de invertebrados como erizos, sino también prestando refugio para la crianza de crustáceos como la centolla o para los peces nototénidos. Gracias a las aguas prístinas de la Reserva, los bosques de macroalgas pardas se encuentran todavía intactos. Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile

“El hallazgo más importante fue que pudimos demostrar que la Reserva Nacional Katalalixar es una zona transitoria de la fauna bentónica, albergando una alta diversidad de especies, algunas de ellas con distribución hacia la zona centro-sur de Chile, y otras hasta la Antártica. Además, se amplió el rango de distribución conocido de numerosas especies – por ejemplo, Lessonia trabeculata (huiro palo)- que encontramos en un islote en el extremo oeste de la Reserva Nacional Katalalixar. La enorme abundancia de macroalgas es otro hallazgo importante, especialmente de praderas de luga roja, ya sobrexplotada en muchas partes de la Patagonia”, agrega Matthias Gorny.

Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile
Típica comunidad de especies bentónicas de aguas someras que pueden encontrarse hasta los 20 metros de profundidad. En la fotografía se puede apreciar especies de esponjas marinas (de color amarillo y café), anémonas de mar (blancas) e hidrocorales en forma de pequeños arbustos o ramas. Todos estos animales se alimentan filtrando el agua, lo cual los hace sumamente frágiles frente a cualquier tipo de contaminación. Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile

Cabe destacar, igualmente, que si bien no es una reserva donde actualmente haya presencia de actividades de alto impacto industrial, según las investigaciones realizadas por Oceana, la amenaza principal de las especies identificadas proviene de dichas industrias.

Un ejemplo de ello es que el 21% de las especies encontradas en las expediciones fueron esponjas y poliquetas, ambos grupos filtradores que dependen de la materia orgánica producida de forma natural y que se verían directamente afectadas por cualquier tipo de contaminación.

Así lo señala el Director de Ciencias de Oceana: “Cualquier contaminación significa una amenaza para la fauna marina considerando que especies filtradoras son claves en las comunidades que habitan los fondos marinos. En este sentido la mayor amenaza viene de la contaminación por derrames de hidrocarburos, considerando que el Golfo de Penas y el canal Messier son una vía marítima de tránsito recurrente en la Patagonia, y la acuicultura”.

Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile
Hidrocoral rojo Errina antartica. Estos corales se encuentran en fondos rocosos expuestos a los corrientes en las paredes de los canales donde forman inmensos bancos. Es una especie que se distribuye hasta al sur del frente polar, en aguas subantárticas. En la zona norte de la Patagonia, esta especie filtradora ya casi desapareció por la contaminación causada por la acuicultura. Créditos: ©Mauricio Altamirano – Oceana Chile

De esta forma, conservar y preservar la vida marina que alberga este paraíso marino es una de las principales razones por las que se quiere recategorizar Katalalixar como parque nacional, ya que dicha figura de protección es la más potente e impediría la contaminación por parte de actividades de alto impacto.

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...