Hemos llegado muy lejos: Cangrejos ermitaños utilizan desechos plásticos en vez de conchas para protegerse
En los exuberantes paisajes tropicales de todo el mundo, una desgarradora adaptación ha surgido entre los cangrejos ermitaños, habitantes de las playas y costas. Científicos de las universidades de Varsovia y de Ciencias de la Vida en Poznan han revelado un fenómeno desconcertante: la preferencia de estos crustáceos por «conchas artificiales» hechas principalmente de desechos plásticos.
Cangrejos ermitaños de diversas especies que habitan en regiones tropicales en todo el mundo, han comenzado a utilizar desechos plásticos en lugar de conchas tradicionales. Tras analizar más de 29 mil imágenes compartidas en plataformas de vida silvestre, científicos de las universidades de Varsovia y de Ciencias de la Vida en Poznan, identificaron a 386 individuos optando por «conchas artificiales», principalmente tapas de plástico.
Este fenómeno se documentó en la revista «Science of the Total Environment», donde se destaca cómo estos crustáceos se han adaptado a la contaminación humana. La profesora Marta Szulkin, autora del estudio, señala que 10 de las 16 especies estudiadas han adoptado este comportamiento inusual.
¿Por qué usan conchas? Los cangrejos ermitaños utilizan conchas para proteger sus abdominales, los cuales son especialmente blandos. Szulkin mencionó que las conchas de caracoles están escasas por lo que encontrar una alternativa artificial sería más fácil para estos animales.
Aunque aún no está claro cómo afecta esta elección a su bienestar o evolución, los científicos sugieren que cuatro posibles factores impulsan la preferencia por las «conchas artificiales»: señalización sexual, ligereza de los plásticos, estímulos odoríferos y camuflaje en ambientes contaminados.
Según una investigación, publicada en marzo del año pasado en la revista “Plos One”, se estima que hay al menos 171 billones de piezas de plástico flotando en el océano. Los expertos creen que si no se firma un tratado global para combatir el plástico, la cifra podría triplicarse para el 2040.