En medio de las especies nativas de árboles que cubren los bosques chilenos, existen muchas que pueden superar los 300 años. Para saber más sobre estos seres centenarios, hablamos con el Laboratorio de Dendrocronología y estudios ambientales de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

¿Cómo se conoce esta información? Los expertos nos señalaron que “la edad de los árboles, se puede determinar a través del conteo y medición de los anillos de crecimiento, verificado mediante datación cruzada». Esta es una técnica en la que se basa la dendrocronología -disciplina científica que estudia los cambios ambientales registrados en los anillos de crecimiento anual de los árboles- para asignar con certeza el año de cada anillo a partir de la comparación de patrones de crecimiento comunes entre varios árboles de la misma especie.

«El aporte científico en esta área es muy importante, ya que comprender cuáles son los árboles más antiguos del bosque puede proveer una serie de información acerca del material genético y aprendizajes de adaptación de los individuos y sus poblaciones, atributos de resiliencia y resistencia, y reservas de carbono y nutrientes que pueden transmitirse a individuos más jóvenes, ya sea a través de conexiones mediante raíces y micorrizas, como a través de semillas a nuevas progenies. Este legado y aprendizajes otorgarían a las nuevas generaciones una mayor capacidad para adaptarse a los cambios en el clima actuales y futuros, así como a perturbaciones ambientales como incendios, herbivoría, entre otros desafíos de adaptación», comentan desde el laboratorio acerca de la importancia de conocer esta información, agregando el aporte para promover un manejo sostenible de los bosques y priorizar su conservación.

Roble (Nothofagus obliqua)

Conocido como roble pellín, se encuentra principalmente en bosques templados de la Patagonia al sur de Chile, pudiendo ser encontrado también en el Parque Nacional La Campana en la Región de Valparaíso y en las regiones de El Maule, Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos. Esta especie puede alcanzar 40 metros de altura y dos metros de diámetro en el tronco.

Roble (Nothofagus obliqua)

Roble maulino (Nothofagus glauca)

También se le conoce como hualo. Su mayor distribución se encuentra en la Región del Maule y en la cordillera de los Andes, pero también se puede encontrar en la comuna de Alhué, Región Metropolitana, y en la Region de O´Higgins. Puede llegar a medir 30 metros de altura y un metro de diámetro.

Roble maulino (Nothofagus glauca)

Roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa)

Puede alcanzar hasta los 25 metros de altura con 1,2 metros de diámetro. Se puede encontrar solo en sectores altos y aislados con un microclima húmedo y frío en la Región Metropolitana, de Valparaíso y de O’Higgins.

Roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa) Créditos: Matías Guerrero

Raulí (Nothofagus nervosa)

Puede crecer hasta 50 metros de altura y se encuentra entre las regiones del Maule y Los Lagos.

Raulí (Nothofagus nervosa) Créditos: Matías Guerrero

Ruil (Nothofagus alessandrii)

El Nothofagus alessandrii, también conocido como ruil, es un árbol endémico de Chile el cual fue descubierto en 1940 por el botánico chileno Carlos Alessandri. Esta especie se  encuentra principalmente en la Cordillera de los Andes, en altitudes que van desde los 800 a los 1800 metros sobre el nivel del mar. Es un árbol que puede alcanzar alturas de hasta 25 metros.

Ruil (Nothofagus alessandrii)

Coigüe (Nothofagus dombeyi)

El coigüe o coihue es un árbol perenne nativo de Chile y Argentina. Es una especie importante en la industria maderera y para la conservación del medio ambiente. Forma parte de los bosques siempreverdes y mixtos, los cuales son clave para la biodiversidad y el equilibrio ecológico. Puede alcanzar una altura de 35 a 40 metros, y su diámetro a la altura del pecho puede llegar hasta los 1,5 metros.

Coigüe (Nothofagus dombeyi)

Todos los árboles anteriores son parte del género Nothofagus. Desde el laboratorio comentan que estos árboles tienen el potencial de alcanzar edades bastante avanzada: «Componen uno de los géneros más longevos de Chile de especies arbóreas de hoja ancha, y que en la mayoría de los casos, a excepción de los coihues, se trata de especies caducifolias, lo que creemos es un rasgo que les otorga ventajas adaptativas frente a eventos extremos. Este aspecto es uno de los principales atributos que hoy en día se están estudiando en los bosques para comprender su capacidad potencial de resistir cambios en el clima futuro, aspecto clave para el bosque y la sociedad que depende de sus servicios ecosistémicos».

Eso sí, se desconoce todavía la edad máxima que pueden alcanzar estos árboles, según agregan desde el laboratorio, porque «han sido fuertemente explotados, pero quedan remanentes en sitios de difícil acceso en donde hemos encontrado individuos cercanos a 400 años (por ejemplo, Reserva Nacional Robrería del Cobre de Loncha y Parque Nacional Nahuelbuta, entre otros)».

Ciprés de la Cordillera (Austrocedrus chilensis)

Esta especie presenta una copa cónica que puede alcanza los 30 metros. Se encuentra en la Cordillera de los Andes desde el río Aconcagua hasta el sur de Palena, en la Región de Los Lagos.

Ciprés de las Guaitecas (Pilgerodendron uviferum):

Puede alcanzar los 20 metros de altura y su tronco recto puede medir hasta un metro de diámetro. Su hábitat está entre el sur de Chile y Argentina, se puede encontrar principalmente en el sector cordillerano de Valdivia hasta Tierra del Fuego. Es el segundo árbol más austral del mundo.

Ciprés de las Guaitecas (Pilgerodendron uviferum)

Araucaria (Araucaria araucana):

Pehúen en mapuche, este árbol es símbolo de las regiones australes de nuestro país. Es una especie endémica de los bosques templados de América del Sur, capaz de crecer hasta 50 metros de altura con dos metros de diámetro. El área principal en donde se encuentra es en la Cordillera de los Andes y la Cordillera Costera de Nahuelbuta. También se puede encontrar en las regiones del Biobío, Araucanía y Los Ríos.

Puesta de luna junto a Araucarias en Molulco, Melipeuco, Araucanía. Créditos: Mono Andes
Puesta de luna junto a Araucarias en Molulco, Melipeuco, Araucanía. Créditos: Mono Andes

Alerce (Fitzroya cupressoides)

Alcanza una altura de hasta 45 metros y su diámetro puede superar los 4 metros. Fue declarada Monumento Natural en 1976. Se encuentra en zonas montañosas especialmente en las regiones de Los Ríos y Los Lagos de Chile. Debido a su explotación histórica , el alerce se encuentra actualmente en peligro de extinción. Existe un mítico alerce conocido como «El Gran Abuelo» que se considera el árbol más longevo del planeta ya que podría superar los 5 mil años.

Alerces (Fitzroya cupressoides) Créditos: Mono Andes
Alerces (Fitzroya cupressoides) Créditos: Mono Andes
Árboles centenarios habitan en Chile ¿Sabes cuáles son?
Bosque de Alerces Créditos: Mono Andes

Todas las especies mencionadas después de los Nothofagus son coníferas. Se trata del grupo de árboles más antiguos del mundo, sobreviviendo a grandes cambios en el planeta a través de varios periodos geológicos. Este aspecto, según explican desde el laboratorio, les provee de resistencia y resiliencia a condiciones extremas, donde son más capaces de sobrevivir que otras especies más modernas o evolutivamente más recientes.

«Muchas de estas especies poseen «diseños de la naturaleza» que han cambiado muy poco en millones de años, que se podría decir han sido realmente exitosos para permanecer en el planeta, y que en general se basan en aspectos simples, como crecer lentamente, y otros muy especializados, como resistir el fuego (corteza gruesa como araucaria), o una alta durabilidad de la madera, como alerce, entre muchos otros. Finalmente estas especies y sus individuos longevos son un patrimonio natural invaluable, tanto por su importancia ecológica, evolutiva y ecosistémica, pero también por su importancia cultural y sagrada para los seres humanos a lo largo de la historia. Somos muy afurtunados de poder convivir con estos seres vivos. Esperamos contar con más información sobre edades, funciones y adaptaciones de estos árboles, avanzar en la comprensión de su rol en los ecosistemas, y fuertemente en la valoración, conservación y respeto de sus ambientes a lo largo del tiempo, como una gran contribución de nuestra sociedad para las futuras generaciones», finalizan.

3 Comentarios

3 Comentarios

  1. Ramón Casanova Quintanilla

    Buen día estimados, aclarar que el Ruíl solo crece en la zona costa de contados puntos de la región del Maule. No es una especie de los Andes. Y como punto de interés, a pesar de no ser un árbol técnicamente (pues es una especie de gramínea), se debería nombrar a la longeva Jubaea chilensis, Palma chilena, que puede pasar los mil años según varios autores. A pesar de lo anterior, excelente y necesario artículo. Muchas gracias.

  2. Antonio Velez

    Hola
    excelente y muy didáctico reportaje. Solo pregunto ¿no nos quedamos corto con los 300 años?…algunas especies de Nothofagus llegan a vivir más de 1200 años.
    Felicitaciones.
    Antonio

  3. Nicolas Lavandero

    Excelente artículo.
    Como aclaración, el ruil fue descrito en 1928 por el Botánico Marcial Espinosa, Botánico, y quien fue jefe de la sección de botánica del Museo Nacional de Historia Natural de Chile a inicios del siglo XX. Espinosa dedica el nombre científico del ruil a Arturo Alesandri Palma, no existe referencia a algun botanico que se llame Carlos Alessandri

Responder a Nicolas Lavandero Cancelar la respuesta