A una distancia de 670 kilómetros de la costa de Valparaíso, en la zona central de Chile, se ubica la Isla Robinson Crusoe. Una de las islas más grandes que conforma el archipiélago de Juan Fernández, en el vasto e inmenso extremo sur del océano Pacífico. Esta es una tierra mágica y llena de sorpresas para los visitantes que llegan hasta sus costas.

El archipiélago fue declarado como Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1977 y alberga al menos 130 especies endémicas. A comienzos del año 2018, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad de Gobierno de Chile aprobó la creación del Nuevo Parque Marino Juan Fernández, el que incluye 262.000 km2, más un Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) de 24.000 km2, totalizando una zona de protección oficial de 286.000 km2.

Isla Robinson Crusoe ©Jardín Botánico Nacional
Isla Robinson Crusoe ©Jardín Botánico Nacional

Es en este pequeño paraíso rodeado de una flora y fauna única en el planeta, que los aventureros de la pesca deportiva tradicional o pesca con mosca, pueden venir a  vivir una experiencia de nivel mundial. La isla ha sido reconocida por pescadores profesionales internacionales como uno de los mejores destinos del mundo para la pesca de vidriolas gigantes –que pueden encontrarse en abundancia–, llegando a capturas de récord mundial bordeando los 60 kg.

Pero además de las vidriolas, probablemente la especie más atractiva para su captura por las fuertes peleas que entregan a los pescadores, en sus aguas se pueden encontrar también atunes de aleta amarilla, pez sierra, el lenguado, el jurel, el mero, pampanitos, corvinas y brecas –entre otros–, que van desde los 3 a 15 kg.

©Mauricio Valenzuela
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Las sierras alcanzan tallas que bordean los 20 kg, muy superior a lo que se logra capturar en el continente, y los lenguados hasta 15 kg.

No es casualidad que la isla Robinson Crusoe sea el lugar de mayor abundancia y calidad de pesca en Chile. Ha sido un proceso de concientización de la gente, del no uso de redes, y del profesionalismo y compromiso de los operadores de pesca. Los isleños han entendido que el modelo económicamente rentable para el turismo de la pesca recreativa, es mantener los peces en el agua, y no que terminen siempre en el plato de los consumidores.

©Mauricio Valenzuela
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Es por este motivo que este tipo de turismo en la isla, es hoy 100% de pesca con devolución (Catch & Release), con el objetivo que el recurso crezca y se reproduzca. Así no sólo se asegura el futuro de este deporte, también se potencia la economía de la isla, ubicada en uno de los últimos y escasos lugares prístinos del mundo.

©Mauricio Valenzuela
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En la isla la pesca deportiva y recreativa ha llegado para tomar un lugar preponderante en el modelo para su desarrollo y de a poco han surgido distintas iniciativas que invitan a los amantes de la pesca a aventurarse en esta zona remota. Una de ellas es “La Robinson Oceanic Lodge» (LRO), un exclusivo lodge de pesca con todas las comodidades que un pescador puede esperar para experimentar una de las pescas más extremas y fascinantes del mundo. Cuenta con un staff especializado que con los años ha perfeccionado las técnicas, los equipos y los señuelos y que hace 4 años introdujo una nueva técnica: la pesca con mosca en mar. Todo un desafío para los amantes de esta modalidad, dada la gran diferencia de poder percibida por los equipos mosqueros si los comparamos con las truchas de los ríos y lagos del sur de Chile. Aquí han llegado a capturar vidriolas de 10, 12, 14 e incluso 16 kg. ¡Todo un espectáculo!

©Mauricio Valenzuela
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Hay mucho que vivir en la Isla Robinson Crusoe. ¿Para qué ir más lejos, si tenemos los peces más grandes y fuertes a sólo dos horas de vuelo desde Santiago?

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