Valdivia tiene una tradición cervecera. Y esto se ve en distintos bares, fábricas y restaurantes que están en esta zona, y que muchos disfrutan -especialmente en esta época- cuando llega la hora de tomar una cerveza helada para relajarse y compartir. Pero el origen de esto se remonta hace muchos años atrás y ha ido formando una historia que hace que muchos consideren a esta ciudad como la capital cervecera de Chile.

Cerveza artesanal Paillaco. Cortesía Sernatur (2)
Cerveza artesanal Paillaco. Cortesía Sernatur 

Según datos compartidos por el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) de la Región de Los Ríos, actualmente hay registradas más de 40 marcas cerveceras en la región. Han aparecido -y popularizado- nuevos conceptos para tomar cerveza en la zona y también se realiza un innovador proyecto sobre levadura local, entre otras cosas.

Todo en un camino guiado por el legado de la cerveza Valdiviana.

Una tradición desde hace más de 100 años

Es imposible empezar a hablar de la cultura cervecera en Valdivia sin remontarse a 170 años atrás, con el colono Karl Anwandter Fick. Según ha relatado su hijo, “Carlos” -como se le conoce en español- empezó con el tema cervecero porque su esposa extrañaba la cerveza alemana, que le recordaba su país natal. Él tenía conocimientos farmacéuticos y había estudiado sobre fabricación cervecera. Y logró elaborar una cerveza artesanal de consumo doméstico. Fue la primera de Valdivia y el punto inicial para la Cervecería Anwandter. Más tarde, esta pasa a manos de sus hijos quienes, con el paso del tiempo, potenciarían una mayor producción y empujarían la industria en la zona.

“La cerveza valdiviana aferrada al orgullo local, gana prestigio y preferencias en el mercado interno de nuestro país. De la mano de los Anwandter, la identidad valdiviana será sinónimo de la Buena Cerveza, el mejor secreto guardado en las entrañas del bosque Siempreverde, la pureza, frescura, cristalina, muy blanda y calidad de sus vertientes naturales”, se dice en la página web de la familia, donde se relata la historia de la cerveza en la ciudad.

Unión de cerveceros de los ríos
Fábrica Cervecería Anwandter. Extraída de la web de la Unión de Cerveceros de los Ríos

Pero luego de un incendio que devastó todo en 1916, los hermanos vendieron una parte mayoritaria de las cervezas a la Compañía de Cervecerías Unidas de Santiago (CCU), quienes mantuvieron el proceso productivo hasta 1960, fecha en que un megaterremoto arrasó con todo. Posteriormente, para recuperar la tradición cervecera perdida tras el terremoto, Armin Kunstmann pone las manos en la cebada en 1991 y nace la Sociedad Cervecera Valdivia Limitada en 1995, comenzando la producción industrial de la Cerveza Kunstmann que años más adelante empezaría a exportarse y significaría un porcentaje del mercado chileno. Más tarde, en 2002, se asocian con CCU.

“En Kunstmann fueron los propulsores de la cerveza más a nivel comercial y ahora es más industrial, con la compra de CCU. Con eso se alejó un poco del corazón del valdiviano. Pero aún así, el tema cervecero se fue expandiendo no solo en Valdivia, sino por toda la región”, explican desde de Sernatur, complementando que han aparecido diferentes proyectos cerveceros con distintos conceptos.

SAYKA Cortesía Sernatur (4)
SAYKA. Cortesía Sernatur.

De hecho, siguiendo el tema de la tradición, surgió una iniciativa realizada por la Universidad Austral de Valdivia junto con la Universidad de Santiago, en colaboración con la Cervecería SAYKA, que busca realizar una levadura local. “Es un proyecto muy importante no solo para nosotros, sino para todos los cerveceros de la región. Decimos que somos la capital nacional cervecera, por lo tanto, deberíamos tener una cervecera que nos identifique, con identidad local, con lúpulos locales, con levadura local, con cereales y malta local. Junto a Kunstmann hemos podido hacer un batch de 1.000 litros, que es un tremendo salto. Pero ha sido un tremendo desafío, tanto para la Universidad Austral, como para nosotros, preparar ese inóculo -cultivo de levaduras en buen estado- con tantos litros para una escala industrial”, explica sobre este trabajo colaborativo Nicolás Sandoval, fundador de la cervecería SAYKA.

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Laboratorio en SAYKA. Extraída del Facebook de Cervecería SAYKA.

Por otro lado, explican desde Sernatur, han surgido distintos conceptos en la zona para enriquecer la experiencia cervecera. Además de ofrecer cerveza artesanal y recorridos por las fábricas, algunos locales han instaurado conceptos como brew bar (concepto americano, donde hay una barra con la opción de probar distintas y buenas cervezas, justo al lado de la planta cervecera) o beer garden (un concepto alemán de espacio abierto al aire libre, rodeado de árboles donde se sirve cerveza y comida, que da la opción de compartir con los asistentes).

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Growler, extraída del Instagram del Bar Bundor

Además, gracias a la pandemia se masificó el uso del growler, recipientes más grandes de cerveza que se pueden rellenar en las cervecerías. Tanto así, que bares y restaurantes se adaptaron a este formato y se formaban filas para rellenarlos, según explican desde Sernatur: “Se acostumbra mucho. En la pandemia, en la cervecería Growler instalaron el tema de comprar las botellas. Kunstmann los tenía, pero eran solo botellones de cervezas especiales. En Growler instauraron la compra de botellas chicas y grandes. Ahora, en distintas cervecerías, hay espacios solo de llenado de growler”.

¿Qué lugares se pueden conocer?

Uno de los lugares para conocer la cerveza local que se puede visitar es la cervecería SAYKA, en la comuna de Los Lagos, en las cercanías de Valdivia. Además de ofrecer recorridos por la fábrica y una degustación, esta cervecería tiene sus orígenes en 2009, cuando Nicolás empezó a experimentar en la cocina de su casa. Cuando amplió su producción, construyó un pequeño centro de eventos, un brew bar y de forma inédita un beer garden. Además, tienen un laboratorio en el que colaboran a la Universidad Austral y de Santiago a la investigación de la levadura local.

SAYKA Cortesía Sernatur (2)
SAYKA Cortesía Sernatur (2)

Un clásico de Valdivia si de cerveza se trata es el barrio Isla Teja. Este lugar tiene en común la presencia de distintos bares y restaurantes. Entre estos, desde Sernatur recomienda conocer el bar Bundor y el Growler. Todos producen su propia cerveza.

El Bar Bundor tiene la particular de una decoración y temática mitológica. Por ejemplo, sus clásicas cervezas tienen nombres como Ninfa (en el caso de su irish red ale), Troll (outmeal stout), Bezeboo (Imperial Stout), elfa (blonde ale) o Kali (american india pale ale). El bar nació posterior a la cervecería, en 2017, constantemente innovando en nuevas cervezas y gastronomía que se suman a la carta.

Bar Bundor IG Bundor bar
Bar Bundor, extraída de su IG.

El Growler Brewpub fue fundado por un estadounidense que llegó a vivir a Valdivia hace más de 10 años. Es uno de los lugares conocidos en la ciudad y que instauró un concepto como el de un balde de papas fritas de 400 gramos, los chips and dips y la venta de los famosos growlers en diferentes tamaños para poder rellenarlos. Tiene una influencia norteamericana. En su barra ofrecen diferentes cervezas valdivianas, incluyendo las de la casa. Dentro de las más conocidas están la India Pale Ale y la IPA.

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Cervezas Growler, extraídas de su Instagram.

Por Isla Teja también existen lugares que ofrecen cerveza local como el Bar La Cantera, que cuenta con una terraza cervecera; o El Bunker Restobar. Ambos lugares también ofrecen música en vivo y otras atracciones.

Finalmente, no se puede dejar de lado la tradicional Cervecería Kunstmann. Sus puertas se abrieron en 1997 en el sector de Torobayo y, desde entonces, ha sido un paso para el turista de Valdivia. Ofrecen recorridos turísticos cerveceros guiados, restaurantes y catas cerveceras de más de 15 variedades de cerveza.

Cortesía Sernatur (2)
Cortesía Sernatur.

Si bien no cuenta con un bar por sí solo, si se quiere probar una cerveza local famosa por su calidad -y que se puede pedir en los bares antes mencionados- no se puede dejar de lado a la Cervecería Cuello Negro. Sus producciones han sido premiadas con reconocimientos como con la copa de oro de las cervezas de américa en 2011, el oro brussel beer challenge de 2017 como mejor stout o el bronce de copas de américa 2018 como mejor extra stout extranjera, entre otros. Tienen una variedad de ambar y stout.

Cerveza artesanal Paillaco. Cortesía Sernatur (2)
Cerveza artesanal Paillaco. Cortesía Sernatur.

Como mencionamos anteriormente, en la región hay más de 40 marcas de cervezas registradas. Entre ellas, cerveza Alma Nativa, Del Duende, Entre Ríos, Nothus, Calle Calle, Tres Puentes, Silmor, Pancul, Huidif, Cumbres del Ranco o 7 lagos (revisa el listado completo acá). Muchas de ellas se pueden probar en distintos bares locales, de los cuales estos son solo una pequeña muestra. Y ustedes, ¿qué cerveza recomiendan probar de esta zona? ¿Qué lugares agregarían a la lista?

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