©Catalina Moller
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El Santuario El Cañi es un área privada protegida de Chile ubicada en la Región de la Araucanía. Tiene 500 hectáreas con bosque de tipo templado lluvioso, araucarias, 12 lagunas cristalinas de origen volcánico y una gran diversidad de avifauna; además de tener una vista impresionante desde la cima.

Su nombre proviene del Mapudungún que quiere decir “otro ojo”, “otra visión”. Se le llama santuario porque es conocido por tener una energía única y poderosa desde tiempos ancestrales.

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¿Cómo llegar?

El Santuario El Cañi está ubicado a 21 kilómetros de Pucón en la localidad de Pichares. Se debe seguir por el camino a Caburgua  y luego, en el cruce de Curarrehue, doblar a la derecha en dirección a las Termas del Huife. Hay que pasar el restaurante Kod Kod y, unos metros más adelante, está la entrada al santuario. Desde Pucón se tarda máximo 30 minutos para llegar al lugar (en verano puede ser un poco más debido al tráfico en el sector).

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Antes de internarse en la naturaleza es fundamental pasar por la oficina de registro para que expliquen las paradas y distancias del circuito. Se puede solicitar también un folleto con la historia, mapa, flora y fauna del lugar. Ahí es donde se debe pagar la entrada, de $4.000 por persona (los menores de ocho años no pagan). En invierno es obligatoria la compañía de un guía,  cuyo costo depende del número de personas que integren el grupo.

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Para partir esta experiencia se debe tener claro que el paisaje será muy distinto al de otra estación, por eso  recomiendo que se visite también en otro momento del año. Cada estación tiene sus particularidades.

En invierno el paseo se hace más pesado porque en algunos sectores se debe ir más lento por la nieve y por el frío. Es muy importante llevar ropa abrigada, algo para protegerse de la lluvia y buenas zapatillas (ojalá evitar aquellas con suela lisa para no resbalarse en la nieve).

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Hay que mentalizarse y tener paciencia, porque el comienzo del trekking se hace un poco tedioso. Pero ya pasando los primeros treinta minutos, el paisaje cautiva y logra que las aproximadas seis horas de caminata sean perfectas.

La primera parada es en un mirador llamado Kutralko (agua de fuego). Al seguir caminando aparece otro mirador, el Mamüll, que quiere decir madera. Ahí se aprecian gran parte de los valles de los ríos Liucura y Trancura. En esa zona se pueden ver muchos Coihues. Ya un poco más arriba se llega al Refugio Aserradero, que antiguamente funcionaba con un motor a vapor. Ahí se puede alojar: hay espacios planos para acomodar sacos de dormir y encender un fogón en el centro.

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En el sector del Refugio Aserradero es recomendable llenar las botellas con agua y reponer energías porque el tramo siguiente es largo, y finaliza con la primera laguna de la ruta: las Tortoras. Desde ese punto en adelante se camina entre bosques de araucarias milenarias y por lo tanto el paisaje cambia bastante, poniéndose aún más frío e impactante. Un poco más arriba llegas al circuito de las lagunas (la más cercana es la laguna Negra). Este lugar llama muchísimo la atención en la época invernal, donde las lagunas congeladas con araucarias nevadas a los costados componen un paisaje hipnotizante.

El último punto a alcanzar es el Mirador Melidekiñ, ubicado en la cima de El Cañi. A penas se vean los cuatro imponente volcanes que adornan el paisaje en ese punto (los volcanes Llaima, Villarrica,  Ketrupillan y Lanín), se sentirá que el esfuerzo de la caminata valió completamente la pena.

 

Para más información, visitar la página web del Santuario El Cañi.

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