Caminaba en medio de playa La Boca, rodeado de personas sorprendidas y curiosas ante lo que era, sin duda, una visita muy inusual. Ese es uno de los primeros registros de un pingüino que arribó a las costas de Concón, en la Región de Valparaíso, y que generó gran asombro al ser una especie poco común para la zona central del país. Si bien los videos difundidos hablaban de un pingüino emperador, se trata en realidad de un pingüino rey (Aptenodytes patagonicus), ave marina que vive en zonas subantárticas, y que en el caso de Chile se encuentra en contados sitios de Cabo de Hornos y Tierra del Fuego, en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.

“El miércoles 18 de diciembre, a través de nuestra red de voluntarios nos llegó el registro de un pingüino rey en playa La Boca, Concón. Al realizar las consultas pertinentes, nos dimos cuenta de que, probablemente, el ejemplar seguía en la zona, por lo que reunimos a nuestro equipo de trabajo y a eso de las 23.30 horas fuimos en busca de él. La idea siempre fue realizar el rescate con el fin de otorgar resguardo al animal, debido al gran número de perros en el sector. Una de nuestras hipótesis se basa en que es un ejemplar errante”, relata Paulette Abarca, médica veterinaria encargada del área de rehabilitación de la Fundación Ñamku, centro de rescate y rehabilitación de fauna silvestre que recibió al ejemplar.

pinguino emperador – Paulette Abarca
© Paulette Abarca

Actualmente, el pingüino está recibiendo los cuidados necesarios por parte del equipo veterinario de Ñamku, el cual le está realizando exámenes de rutina, con el fin de establecer su estado de salud para reinsertarlo a su hábitat lo antes posible, procedimiento que en estos casos compete al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca).

Abarca detalla que “Sernapesca es la entidad responsable de retornar al individuo a su hábitat. Aún estamos conversando con la red de varamiento de Amevefas acerca de qué es lo más adecuado en este caso”.

El pingüino rey se distribuye normalmente en zonas subantárticas, en lugares como las islas Malvinas o Georgias del Sur, mientras que en Chile es posible hallarlo en Cabo de Hornos y al sur de Tierra del Fuego. Por esto, su presencia en la zona central del país no es común, ya que está fuera de su rango natural.

pinguino rey – diego bravo
Colonia de pingüino rey en Tierra del Fuego © Diego Bravo

¿Cómo llegó a la zona central?

Todavía no existe claridad sobre cómo llegó esta ave marina subantártica a la Región de Valparaíso.

“Para las especies marinas los límites de distribución son poco claros, dado que no existen barreras que impidan el movimiento, por lo que las condiciones ambientales son claves para entender estas distribuciones. En el caso de pingüinos, las corrientes marinas y zonas de alta productividad podrían explicar cambios en la distribución, en especial de individuos con poca experiencia (subadultos). En estos casos, son animales solitarios o en pareja que no se quedan en los sitios por mucho tiempo, por lo que también serían individuos errantes, probablemente buscando comida o descanso después de un largo viaje”, aclara Frederic Toro, miembro de la ONG Panthalassa y del Comité de Varamiento de la Asociación de Médicos Veterinarios de Fauna Silvestre (Amevefas).

Si bien no hay registros recientes ni conocidos de pingüino rey tan al norte para el caso de Chile, se ha detectado su presencia en otros sitios alejados.

Toro, quien también es profesor en la Universidad Santo Tomás, en la sede Viña del Mar, relata que “hay registros de al menos 6 ejemplares de pingüino rey adultos y juveniles en las costas de Brasil y uno de esos casos también ocurrió en el mes de diciembre. A pesar de esto no hay que descartar la acción humana, dado que, por ejemplo, el registro más al norte para pingüinos ocurrió en Alaska y la causa más probable sería la de transporte por un barco de arenque, esto sumado a que el día que se encontró el ejemplar, una embarcación encalló en la misma playa de Concón”.

Además, se ha reportado tanto en Chile como en otros países casos excepcionales de otras especies de aves y mamíferos marinos fuera de su distribución natural.

El médico veterinario, doctorado de medicina de la conservación de la UNAB, agrega que “existen muchos casos de récords de fauna fuera de su rango de distribución normal, por ejemplo, en mamíferos marinos está el caso de la foca elefante. Cada vez son más comunes los registros en zonas al norte de Chile, incluso con registros en Perú y Ecuador. Para esta especie se piensa que son individuos jóvenes o viejos que no tienen harén, por lo que son vagabundos y buscan zonas o para cambiar la piel o zonas productivas al norte para alimentarse”.

En cuanto a otras aves marinas, en 2014 se encontró un pingüino de penacho amarillo (especie subantártica) en isla Choros, en la Región de Coquimbo, sector muy alejado de su distribución normal. Por otro lado, también se ha reportado la presencia de pingüino emperador (propia del continente antártico) en la Región de Magallanes.

A esto se suman registros de pingüino de Magallanes en isla Chañaral, en la Región de Atacama, desde la década de 1980, y algunos registros de pingüino azul (especie que no es nativa de Chile), desde la década de los 1990, en las costas del país.

También se han hallado ejemplares de foca leopardo – especie común de las aguas subpolares y polares de la Antártica – con registros en La Serena, Viña del Mar e Isla de Pascua, en el caso de Chile, y también en otros lugares como Sudáfrica en 2018.

Las recomendaciones frente a estos casos

Para cualquier caso de avistamiento inusual de fauna (varada), lo primero que se recomienda es avisar a las autoridades respectivas, que en estos casos son Sernapesca (al teléfono 800 320 032) y la Armada de Chile (al teléfono 137), con el fin de resguardar al animal, ya sea del acercamiento inapropiado de personas o de posibles ataques de perros.

pinguino rey 2 – Paulette Abarca
© Paulette Abarca

Luego, se recomienda avisar a organizaciones y centros de rescate, “los que, dada su experiencia en estos temas, realizan la evaluación de la situación para la toma de decisiones. En este caso las organizaciones fueron Amevefas con sus dos comités, el comité de varamiento de especies marinas y el comité de rescate y rehabilitación de fauna, y el centro de rescate Ñamku, los cuales acudieron a la zona dado que el animal corría peligro de ser atacado por perros. Luego fue derivado al centro de Ñamku en donde se le realiza la evaluación clínica para la posterior toma de decisiones del caso”, añade Toro.

En la misma línea, la profesional de Ñamku asegura que “lo principal en estos casos es que los ciudadanos tengan en consideración llamar a las autoridades correspondientes (Sernapesca, Sag, según sea el caso), dejar al individuo tranquilo, no molestarlo ni hostigarlo, y resguardando que perros no se acerquen al área. Además, ponerse en contacto con el centro de rehabilitación y rescate más cercano. Y en cuanto al procedimiento que deben realizar las autoridades, es acudir de forma inmediata a resguardar la integridad del individuo”.

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