Ya se están escuchando, arriba de los árboles, posadas sobre las rejas o en los pastizales, haciéndose notar. Se posan, cantan y se mueven. Lo mismo repiten en otro lado. Así son sus rutinas cuando el invierno empieza a quedar atrás, las temperaturas aumentan y los días son más largos en la ciudad. Hablamos de esas aves que ya se están empezando a notar más en contextos urbanos y que hacen que la primavera sea una época clave para escuchar su compañía en los jardines, plazas o caminos que se transitan a diario.

Chincol. Créditos a Omar Rebolledo.
Chincol. Créditos a Omar Rebolledo

Algunas de las aves cantoras (Passeriformes) más comunes de escuchar y que adquieren gran protagonismo en esta época, son los chercanes, zorzales, tencas, yales, diucas, chincoles, tordos, raras, mirlos, jilgueros o gorriones, entre otras. Pero también hay otras que se hacen presentes, como el chuncho, el picaflor gigante (en la zona central) u otras migratorias que llegan.

¿Por qué sucede esto? Si quisiéramos darle una intención, la respuesta es que en esta época las aves quieren ser vistas. Y la razón detrás de eso entrega increíbles detalles sobre qué es lo que están viviendo en la primavera.

La época de reproducirse

El fin del invierno en las aves significa que empieza su época de reproducción. Con eso se relacionan distintas conductas que denotan más su presencia. Si bien toda conducta va a depender de la especie, aparecen los cantos, los cortejos y la territorialidad que en otros meses no suceden. Aquí, por ejemplo, presenciamos a los chercanes defendiendo su territorio con una vocalización muy llamativa, a alguna que otra rara buscando su pareja o a los zorzales desplegarse y cantar todo el día.

“En primavera vemos una cantidad extra de luz y que aumentan las temperaturas. Esto lleva a que florezcan ciertas plantas lo que se suma a otros alimentos de aves. Eso, en cierta medida, permite que sea una buena época para alimentar a sus crías. Además, la luz también afecta a un nivel fisiológico a los animales y hay cambios a nivel neurológico. En ese sentido, en el hipotálamo se dan ciertas hormonas que, por ejemplo, en el caso de los machos, genera un aumento de testosterona en la sangre. Eso tiene como consecuencia que aparecen algunos caracteres sexuales secundarios (…). Ocurre algo así como un “celo” estacional”, explica Joel Cabezas, científico, observador de aves, coautor del libro De Chincol a Jote y creador del podcast Chilean Birds.

Dado ese aumento de testosterona, algunas conductas empiezan a cambiar. Por ejemplo, aves como los mirlos o los chirihues, que vemos en invierno en bandadas muy numerosas, se dispersan en épocas reproductivas. Juan Esteban Salazar, biólogo del Laboratorio de Neurobiología y Biología del Conocer de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile y miembro de la Red de Observadores de Aves (ROC), explica que la mayor producción de hormonas «vuelve a individuos menos tolerantes a la presencia de otros, o a estos grandes agregados de muchas aves. Entonces se dispersan y buscan nuevos territorios donde reproducirse, formando grupos más pequeños. Es decir, son más locales, asociados a parejas o unos pocos más, pero no están esas bandadas de decenas o inclusos centenares de individuos».

Chirihue. Crédito a Omar Rebolledo
Chirihue. Crédito a Omar Rebolledo

Siguiendo en la línea de la conducta, estos cambios implican que hay zonas del cerebro asociadas al canto y la audición que comienzan a cambiar. Esto se evidencia en las aves cantoras. Joel explica que es parte del ciclo: aumenta la luz, la temperatura y con ellos, las hormonas. Su cuerpo se va adaptando y requiere más energía. Entre eso, hay cambios neurológicos que les permiten tener repertorios de canto más variados y complejos. Ahora los machos cantan para proteger su territorio y atraer otras hembras. Por ello, podemos escuchar a un zorzal cantar diez tipos de canciones en un periodo corto de tiempo. Lo mismo con el chercán o los jilgueros, que deleitan con estos cantos.

En ese punto en particular, las tan protagonistas aves cantoras también tienen su propia explicación. Lo cierto es que no todas las aves que vocalizan hacen canto. Por esto las Passeriformes destacan tanto en esta época. «Las aves tienen una estructura que se llama siringe, que está en la parte del sistema respiratorio superior. Es como si nos imagináramos dos tubos por donde pasa el aire y en medio hay una estructura que restringe ese paso. Junto a eso están las cuerdas vocales, que en verdad son músculos que van modificando el movimiento del paso del aire. Ese movimiento hace que se generen diferentes notas. En los Passeriformes o aves cantoras la siringe está muy desarrollada. Por eso escuchamos este amplio abanico de cantos. En cambio, las que no son Passeriformes, al tener esta estructura menos desarrollada, hacen un sonido más limitado, como el tiuque o el queltehue, que hacen el mismo sonido característico, que puede tener ciertas modificaciones», explica Joel.

Las Passeriformes, por lo tanto, son esas aves más características de las mañanas primaverales: aquellas que, de hecho, pueden empezar a vocalizar en las madrugadas. Según agrega el investigador, estas prácticas matutinas les permiten ensayar y preparar su musculatura para un largo día de canto. De hecho, agrega que existen una investigación que concluyó que estas aves podían llegar a soñar que cantaban sin emitir sonidos, pero sí estimulando sus músculos.

Loica. Créditos a Omar Rebolledo.
Loica. Créditos a Omar Rebolledo.

Sobre si hay algún cambio físico en las aves en primavera, Juan explica que aumenta el tamaño de sus gónadas. También hay variaciones en sus plumajes que, en algunos casos, son más llamativos. Esto se ve especialmente reflejado en los machos. «La hembra es la que elije al macho, y éste es el que canta más bonito y tiene el plumaje más ordenado. Eso es información de que el macho realmente le dará alimento, crías y va a cuidar de ellas. O sea, es información que nosotros los humanos interpretamos así. Por eso el macho cuida tanto su plumaje en esa época: para que aparte de estar bien cuidado, tenga la coloración que da la testosterona. Además se preocupa de cantar y tener un buen territorio. Entonces el macho hace todo eso en primavera. Después de que la hembra elige al macho y se hace la cópula, ya no hay otro cortejo. El macho, por esta temporada, no necesita buscar a otra hembra», explica Joel.

Rara. Créditos Omar Rebolledo
Rara. Créditos Omar Rebolledo

Eso sí, aunque notamos más a las aves cantoras, sí es cierto que no son las únicas en periodo reproductivo. Al respecto, Juan aclara: “Vamos a tener aves que empiezan a vocalizar más frecuentemente que no son de este grupo de las Passeriformes. Por ejemplo, el chuncho tiene una vocalización reproductiva que solo aparece en este periodo y es muy extraña. Pasa también con las tórtolas y otras más”.

En ese sentido, también se suma en este periodo la sensación de notar más aves se relaciona con la migración. Si bien depende de la especie, hay algunas que migran hacia sectores urbanos en esta época. Por ejemplo, el fío fío (también cantor) -que llegan más silenciosos y más adelante empiezan a cantar- o el picaflor gigante. De acuerdo con Juan, ambas dinámicas se relacionan con la reproducción.

Cuando los cantos decaen

Es probable que en esta época ya se estén viendo algunas crías de aves, como queltehues o tórtolas. Sin embargo, a pesar de que ya están apareciendo las primeras posturas de huevo, muchas aves siguen en búsqueda de su pareja, estableciendo un territorio y construyendo sus nidos para empezar con la reproducción. Por ello, explica Juan, la época de polluelos tendrá su peak a fines de septiembre y comienzos de octubre, dependiendo de la especie involucrada.

Y con eso, disminuyen los cantos, pero continúan las interesantes características primaverales de las aves. Es decir, es probable que las notemos un poco menos, pero no por eso están ocultas.

Tordo. Créditos Omar Rebolledo
Tordo. Créditos Omar Rebolledo

“En temas cognitivos asociados con la crianza de los polluelos, como tener que buscar su alimento, las aves siguen ahí, pero ya cumplieron la misión de encontrar una hembra. Entonces disminuyen los cantos. Es algo cíclico (…). Ya una vez que se encuentra con la hembra y nacen los polluelos, la única función de los padres es criarlos y eso también se asocia a que hay especies migratorias que se van, por lo que sus cantos no se escuchan (en periodo de transición entre verano y otoño)”, dice Joel.

Eso sí, ambos observadores llaman a ser responsables tanto en la observación de aves, como en el eventual encuentro con algún polluelo. En esto, invitan a mantener las distancias, no usar vocalizaciones grabadas en época reproductiva para no alterar su comportamiento, y al qué hacer en caso de encuentro con sus crías, al ser polluelos o volantones, como te comentamos en la nota ¿Encontraste un “pajarito perdido”? Guía para «ayudar» a los polluelos sin meter la pata en el intento.

“Entender por qué un pajarito canta en la mañana es distinto a solamente escucharlo cantar en la mañana. Así apelamos a la famosa frase ‘Conocer para proteger’”, reflexiona Joel.

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