Las plantas se han usado como medicinas desde tiempos inmemoriales. Un típico ejemplo es el uso de la corteza de los sauces para el alivio del dolor y la fiebre en el siglo V, incluso por parte de Hipócrates, padre de la medicina. Desde ahí se aisló el principio activo (salicilina, que viene de Salix, el género al que pertenece los sauces) y luego se sintetizó y ahora lo conocemos como aspirina, su nombre comercial.

Ejemplos así hay muchos. Pero no es cosa de andar por ahí probando todas las plantas para ver sus efectos. De hecho, un aspecto interesante es que a veces los principios activos de las plantas son beneficiosos para la salud en cantidades bajas, pero pueden ser tóxicos o venenosos en cantidades altas (al consumir un fruto, por ejemplo). La planta introducida Digitalis, que crece por todos lados en los campos, tiene un compuesto -digitalina- que se ha empleado para tratar deficiencias cardíacas, pero que si se consume “al natural”, o sea, si se comen las hojas y flores, es muy venenoso y hasta fatal. Esto obviamente la protege de los herbívoros y los caballos y las vacas saben perfectamente que no tienen que comerla; pero nosotros los humanos no siempre sabemos…

Como en todo orden de cosas, lo que hay que hacer es informarse. En este caso, preguntando a las personas que tradicionalmente se han hecho cargo de estos conocimientos, o consultando textos que los rescatan y destacan. El Ministerio de Salud de Chile tiene una publicación donde se expone la utilización de 103 plantas medicinales, algunas nativas y otras introducidas, y hay otros libros y documentos que también hablan de esto (ver listado abajo en referencias), indicando cuál es la mejor forma de consumirlas y exactamente para qué sirven.

Por otro lado, recientemente se han hecho estudios científicos de varias plantas que se usan tradicionalmente con fines medicinales, y se han corroborado sus propiedades, lo cual ha contribuido a revalorizar este importantísimo recurso (uno de los argumentos para la conservación de especies es que eventualmente pueden ser fuente de remedios para enfermedades que aún no conocemos o que todavía no tienen cura).

Como la posibilidad de tener una farmacia local en la casa, gratis y bonita, es muy interesante, acá va una selección de especies nativas de crecimiento arbustivo que vale la pena tener a mano porque son buenas para la salud* pero también, por supuesto, por su alto valor ornamental:

Chilco (Fuchsia magellanica). ©Josefina Hepp
Chilco (Fuchsia magellanica). ©Josefina Hepp

* Chilco (Fuchsia magellanica): las flores y las hojas se preparan en infusión para bajar la fiebre (y los frutos son comestibles, hay que elegir los más gorditos).

Guayacán ©Pedro L. Méndez
Guayacán ©Pedro L. Méndez
 

* Guayacán (Porlieria chilensis): la infusión es buena para el resfrío y las afecciones reumáticas y renales. Es una planta que se considera vulnerable, porque las áreas donde crece han sido deforestadas y porque se usó mucho su madera para la fabricación de artesanías.

Lampayo (Lampaya medicinalis). ©Josefina Hepp
Lampayo (Lampaya medicinalis). ©Josefina Hepp

*Lampayo (Lampaya medicinalis) : en infusión se puede usar en afecciones renales, de las vías urinarias y de la próstata. Dicen que además es refrescante, o sea que modera el calor del cuerpo, lo cual es bueno para la gente de la zona en la que crece (norte del país).

* Matico (Buddleja globosa): es conocido por las propiedades cicatrizantes y antisépticas de sus hojas, que se machacan y se ponen sobre las heridas (o se preparan en infusión para lavarlas).

Murta ©Sciadopitys
Murta ©Sciadopitys

* Murta (Ugni molinae): la infusión de las hojas (que tienen alto contenido de antioxidantes) se puede usar como antiinflamatorio, para aliviar dolores de las vías urinarias y de cálculos renales. Los frutos se pueden comer y sirven para hacer mermeladas, licores y conservas.

* Natre (Solanum ligustrinum): la infusión, que se hace con las hojas y tallos, es muy amarga pero ayuda a bajar la fiebre y quita dolores de cabeza. Ojo que el fruto es venenoso (de ahí viene el dicho “más malo que el natre”).

* Pichi o pichi romero (Fabiana imbricata): sirve para la cistitis (inflamación de la vejiga) y la uretritis (inflamación de la uretra) al hervir sus hojas y ramas en agua recién hervida.

Quilo (Muehlenbeckia hastulata). ©Josefina Hepp
Quilo (Muehlenbeckia hastulata). ©Josefina Hepp

* Quilo (Muehlenbeckia hastulata): es diurético y la infusión sirve para aliviar las afecciones hepáticas. También se puede usar la infusión para lavar la zona afectada. Cuidado, no se aconseja su uso si se está embarazada.

La mayoría de estos arbustos se puede encontrar en el Vivero Pumahuida, que se dedica a la propagación y cultivo de especies nativas. Es muy entretenido ir a darse una vuelta y descubrir la cantidad de plantas que se podrían tener en jardines y plazas, y aprovechar de conversar con la gente que trabaja ahí, que sabe mucho.

Referencias:

*La información sobre propiedades medicinales se obtuvo de este listado de referencias:

* Medicamentos Herbarios Tradicionales. Ministerio de Salud.

* Plantas que curan, compartiendo vivencias y saberes. Medicina campesina de la Región del Biobío. Antonia Barreau y Verónica Salas. Disponible aquí.

* Plantas medicinales de uso común en Chile. Adriana Hoffmann, Cristina Farga, Jorge Lastra y Esteban Veghazi. Ediciones Fundación Claudio Gay.

También se puede consultar:

* Botánica Indígena. Ernesto Wilhelm de Mösbach. Disponible en la web de Memoria Chilena.

* Ciencia indígena de los Andes del norte de Chile. Carolina Villagrán y Victoria Castro.

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