Parque Nacional Torres del Paine: Explotación vs. Conservación
Nuestro colaborador Vicente Montero nos invita a reflexionar acerca de la situación actual que se vive en el Parque Nacional Torres del Paine, que en los últimos años ha visto un gran aumento de visitantes y por ende ha sufrido las consecuencias que esto conlleva, sobre todo cuando no se cuenta con las regulaciones e infraestructura apropiadas. ¡No te pierdas esta interesante columna de opinión aquí!
El Parque Nacional Torres del Paine está considerado como uno de los principales atractivos del orbe. Sus paisajes prístinos y gran variedad de flora y fauna, además de sus majestuosas montañas lo convirtieron en la octava maravilla del mundo y según la National Geographic es uno de los 5 lugares que hay que visitar en la vida. Hoy, todos estos atributos se encuentran en peligro y amenazan la preservación de esta Reserva de la Biosfera que, como tal, pertenece a toda la Humanidad.
Octava Maravilla Natural
El Parque Nacional Torres del Paine (PNTDP) compitió con 50 países y más de 330 destinos para recibir la distinción de ser la 8ª maravilla el mundo. La explosión de visitas producto del premio, considerando que la página Virtualtourist.com, recibe más de 8 millones de visitas al mes, hacen replantearse si valió la pena el sacrificio. Porque ni el parque ni los alrededores que prestan servicios al turismo asociado a éste, estaban preparados, lo que genera un caos logístico y ecológico. A no ser que se hagan cambios de fondo en la administración y manejo del parque, vamos a terminar por matar “la gallina de los huevos de oro”.
Visitas
Cada año se cumplen nuevos récords de visitas. El año 2015 fueron 213.859 visitas, esto es más de 10 veces la cantidad de gente que vive en la provincia de Última Esperanza (que comprende la comuna de Natales y Torres del Payne) y más de 1,4 veces la población de toda la región de Magallanes y la Antártica Chilena. Me gustaría decir que la correlación entre el aumento de visitas y el aumento de capital invertido en el parque es similar, o siquiera aspira a hacerlo, pero sería una mentira falaz. Esta brecha entre el aumento de visitantes y la falta de inversión es la que está generando el desgaste irreversible del parque, que está a cargo de la CONAF, institución que ha declarado varias veces no tener los recursos necesarios para conservar este invaluable paisaje.
El parque va desgastándose día a día, el control y la fiscalización son despreciables y por la cantidad de personas que transitan en los dos primeros meses del año, justo cuando es la época seca, un próximo incendio es prácticamente inevitable. Es fundamental demostrar nuestra preocupación por alinear los objetivos de conservación y desarrollo regional, ya que es la única forma de poder preservar.
Fondos redistribuidos
El PNTDP recaudó el año 2015 más de $2.550.000.000 sólo en entradas, sin contar las concesiones a hoteles u otros. Uno piensa que es dinero suficiente para mantener el parque y poder suplir rápidamente las deficiencias de infraestructura, señalética, guardaparques y RR.HH en general, además de la falta de estudios sobre el mismo (todavía no hay un estudio de la capacidad de carga de los senderos, aunque ya se está trabajando al menos en el manejo) pero no es así. El problema es que CONAF como organismo está centralizado y el dinero recaudado es redistribuido entre todos los otros parques Nacionales.
Responsabilidad
La problemática no recae en los guardaparques, brigadistas de incendios u administrativos de CONAF in situ, sino en la administración y asignación de recursos desde la central de CONAF. Prueba de esto fue que en enero, el Sindicato N°1 de Conaf en el PNTDP se fue a paro, exigiendo un aumento de personal ya que no dan abasto y declarando a su vez que “existe carencia de seguridad e higiene para turistas en los senderos de montaña”. El paro fue resuelto con leves cambios que no generan ninguna diferencia práctica frente a la insuficiencia de personal.
Displicencias
Por otro lado, tenemos el Centro de Estudios de Cuaternario (CEQUA), ente sin fines de lucro que realiza los estudios para la planificación territorial que, hoy por hoy, es nula. Prueba de esto es la aprobación del Sistema de Evaluación Ambiental (SEA) de un vertedero de residuos orgánicos y químicos a sólo 15 km de La Reserva de la Biósfera, además de la potencial aprobación del proyecto de mina de carbón de Río Tranquilo, que fue rechazado recientemente por temas de forma y no de fondo. Esta mina queda a 4km de la bocatoma de agua potable de Puerto Natales. ¿Se dan cuenta de la inconsistencia de las autoridades? La falta de fiscalización y mirada integral de largo plazo están impidiendo preservar esta zona con ecosistemas de alta fragilidad, y sus atributos turísticos únicos que generan el desarrollo económico y social de la zona. El desafío está en hermanar ambos objetivos.
Senderos
Ascencio Brunel fue uno de los bandidos más legendarios de la Patagonia magallánica. Se dedicaba al contrabando de ganado entre Chile y Argentina y utilizaba, por su difícil acceso, el sector del PNTDP y sus valles para poder esconder el ganado. Los senderos que hoy utilizamos, son –a grandes rasgos- los mismos que utilizaba él y los colonos hace más de 100 años. Desde ahí los baqueanos y animales que habitaron ese lugar por otros 60 años (hasta que se creó el Parque Nacional de turismo Lago Grey, en 1959, y posteriormente, en el 77’, el Parque Nacional Torres del Paine) fueron los que terminaron de moldear los senderos que conectan el parque desde un lado a otro. Estas huellas no se han modificado, a pesar de que la capacidad de carga ha aumentado en varios cientos de veces.
Su estado es crítico y va variando de estado “malo” a “muy malo” en la medida que la temporada avanza. La no planificación de estos senderos es evidente para todos los visitantes del parque, en donde hay siempre varios senderos paralelos abiertos, creándose a veces una especie de carretera compacta que encausa el agua y por consiguiente genera mucha erosión. Aquellos que están en recuperación, debido al exceso de gente y a la inexistente señalética, son utilizados indistintamente por turistas y porteadores. Tampoco hay guardas suficientes como para patrullar debidamente los trayectos entre un campamento y otro.
Sobrecarga
En cuanto al parque mismo, la cantidad de personas que pueden ingresar sin generar un impacto significativo (capacidad de carga) lo determina la Seremi de Salud. Es decir, es el resigo sanitario lo que determina la capacidad de carga y no el impacto de los visitantes sobre el ecosistema y el entorno, y su capacidad de dañarlos. Y aún así, Salud no impide problema sanitarios graves, como el que se produjo en febrero pasado, cuando más de 60 personas terminaron en un hospital, detectándoseles norovirus, salmonella y escherichia coli (restos fecales), evidenciando la contaminación de agua potable por parte de las aguas servidas y la falta de fiscalización. Asimismo, en varios de los campamentos o refugios, como por ejemplo el refugio Cuernos, las aguas negras fluyen a vista y paciencia de todos desde sus cloacas hacia uno de los esteros que nutre el lago Nordenskjold. ¿Increíble no?
Contingencias
Uno de los métodos de contingencia implementados por CONAF ha sido restringir la entrada a la parte posterior del Circuito (“O”) permitiendo sólo 80 personas diarias. Nuevamente, el número está dado por la infraestructura en los refugios o campings, no por el impacto generado.
Además, entre “Coirón” y “Paso” el sentido es unidireccional para aumentar el control de los visitantes.
Los campings administrados por la Conaf “Italiano” y “Torres” necesitan de una previa reserva. Más allá de las reservas y los cupos limitados de cada camping o refugio, que rara vez se respetan (creciendo mucho más allá de sus márgenes definidos durante la temporada alta), la falta de educación hacia el visitante es notoria. Si bien se les muestra un video obligatorio antes de entrar, que consta de amenazas penales y de multas que nunca se han cobrado, falta contenido de responsabilidad medio ambiental y de indicaciones de “no dejar rastro”, ambos fundamentales a la hora de disminuir el impacto por visitante.
Finalmente, el problema pendiente no es uno solo de recursos, sino que también de una planificación adecuada que permita a todos disfrutar de la pristinidad única del lugar, pero asegurando también su preservación para las futuras generaciones.
Los invitamos a comentar cuál fue su experiencia en el parque desde el punto de vista de la conservación del mismo. ¿Creen que sus nietos lo encontrarán en el mismo estado?¿Y los nietos de sus nietos?¿Qué se puede hacer para evitarlo?
Para los que no han tenido la suerte de ir, la pregunta es ¿Qué creen que se puede hacer para que puedan ver lo mismo ustedes que los anteriores?
Reservas
Las reservas hasta ahora se hacen personalmente en portería Laguna Amarga (en la entrada principal del PNTDP), o bien se puede hacer en Puerto Natales (Baquedano 847) o en la oficina regional de áreas silvestres de Punta Arenas (bulnes 0299). Pronto se habilitará una plataforma de pago y reserva online, pero hasta el momento se hacen personalmente y no antes de 5 días de ingresar al parque. Los 80 cupos para el circuito se asignan por orden de llegada, y la pernoctación en los campamentos de Conaf son de sólo una noche. Los que no tengan cupo tendrán que alojar en los camping o refugios proporcionados por las concesionarias “Fantástico sur” o “Vértice”.