Cuando las hojas empiezan a caer y los días comienzan a volverse paulatinamente más frescos, muchas personas piensan que el jardín y la huerta entran en pausa. Sin embargo, lo cierto es que el otoño es uno de los mejores momentos del año para cultivar. Las temperaturas más bajas, la mayor humedad y la luz más suave crean condiciones perfectas para el desarrollo de muchas plantas, desde hortalizas hasta flores, y es una época ideal para quienes quieren comenzar una huerta, renovar su jardín o proyectar una primavera llena de vida.

Huerto. Crédito: ©Magdalena Undurraga / La Primavera Vivero
Huerto. Crédito: ©Magdalena Undurraga / La Primavera Vivero

Este es un momento clave para preparar la tierra, abonar, hacer podas, esquejes y planificar nuevas siembras. Además, aunque muchos no lo crean, también es la época perfecta para sembrar flores.

Asi lo explica Magdalena Undurraga, horticultora y creadora de La primavera Vivero: “El otoño es un muy buen momento para empezar una huerta o jardín, ya que muchas plantas se benefician de las temperaturas más bajas para su reproducción o trasplante. Es tiempo de abonar, hacer esquejes, podas y mantenimiento de nuestras plantas. También, aunque parezca pronto, es momento de empezar a soñar con una primavera llena de flores ya que muchas de éstas, las conocidas como flores de “ciclo frio”, se benefician de las temperaturas bajas para su crecimiento y son variedades que se siembran en otoño, desarrollan su follaje durante el invierno y comienzan su floración a comienzos de primavera”.

Vale destacar que, en un país como Chile, con estaciones bien marcadas, es importante conocer las especies adecuadas para cada época. Algunas necesitan calor para desarrollarse, mientras que otras no solo toleran el frío, sino que lo necesitan para crecer bien.

Escabiosa. Crédito: ©Magdalena Undurraga / La Primavera Vivero
Escabiosa. Crédito: ©Magdalena Undurraga / La Primavera Vivero

En ese sentido, como todo en la naturaleza, el éxito depende del momento adecuado. La llegada de una nueva estación implica que el comportamiento de la tierra y los vegetales cambiará. Por eso, con la ayuda de Magdalena Undurraga, horticultora y creadora de La Primavera Vivero, elaboramos esta guía donde te contamos qué sembrar en otoño, y cómo sacarle el máximo provecho a esta temporada.

¿Qué hortalizas se pueden sembrar en otoño?

Aunque la primavera y el verano suelen asociarse con el crecimiento y la floración, el otoño ofrece una gran variedad de opciones para cultivar. Es una temporada perfecta para especies que prosperan con temperaturas más frescas y mayor humedad.

Este es el mejor momento para plantar acelgas, espinacas, mizunas, mostazas, rúcula y lechugas, que, aunque pueden cultivarse durante todo el año, se desarrollan mucho mejor en estos meses. También es tiempo de sembrar brócoli, coliflor, repollo y sus variedades moradas, junto con arvejas, habas, apio, hinojo, betarraga, cebollas, puerros y rabanitos.

“Estamos en el mejor momento para cultivar espinacas, acelgas, mizunas, mostazas y rúcula, también, a pesar de que las cultivo todo el año, las lechugas suelen darse mejor durante estos meses. Los Brócolis, Repollos y Coliflores son otros protagonistas del huerto de otoño-invierno y, no puedo dejar atrás a las Habas y Arvejas. Todos estos cultivos podemos comenzarlos en otoño y disfrutarlos durante el invierno y comienzos de primavera”, puntualiza Magdalena.

Muchas de estas especies son resistentes incluso a temperaturas cercanas a los -10 °C, siempre que estén bien establecidas antes de que el frío más intenso llegue. Por eso, lo ideal es sembrarlas antes de mayo para asegurar una buena producción.

Lechuga Lollo Rosa con escarcha. Crédito: ©Magdalena Undurraga / La Primavera Vivero
Lechuga Lollo Rosa con escarcha. Crédito: ©Magdalena Undurraga / La Primavera Vivero

En cuanto a las hierbas aromáticas, hay varias que se pueden cultivar durante esta temporada: romero, salvia, tomillo, orégano, laurel, manzanilla, ruda, perejil, cilantro, ciboulette, caléndula, lavanda y ortiga son algunas de las más resistentes al frío.

¿Y qué pasa con las flores?

Aunque la primavera es famosa por ser la temporada de las flores, lo cierto es que el otoño también tiene lo suyo. En esta estación puedes plantar hortensias, crisantemos, pensamientos y caléndulas, que resistirán bien las bajas temperaturas y te darán color durante varios meses. Las violas y pensamientos, por ejemplo, son excelentes para macetas o jardineras e incluso pueden resistir las heladas si se cuidan bien. “Una flor que no puede faltar en tu huerto, ya que cumple un importante rol como corredor biológico, florece todo el año y tiene altas propiedades medicinales, es la Caléndula o “Chinita” como le dicen en el campo”, agrega la horticultora.

Caléndula frutilla. Crédito: ©Magdalena Undurraga / La Primavera Vivero
Caléndula frutilla. Crédito: ©Magdalena Undurraga / La Primavera Vivero

El otoño también es una época clave para sembrar flores que florecerán en primavera, especialmente aquellas que requieren un periodo de bajas temperaturas para inducir su floración, como es el caso de muchas especies geófitas. Este proceso se conoce como vernalización y resulta esencial en el ciclo de vida de diversas plantas de floración primaveral. En Chile, debido a su diversidad climática, los tiempos de siembra pueden variar según la región, pero el otoño sigue siendo una ventana fundamental para este tipo de cultivos.

“Las Amapolas son para mí un infaltable en el jardín de primavera y, en la Zona Central, se siembran en otoño. También los Digitalis, Nigellas, Clarines, Centaureas, Escabiosas y Echinaceas, por nombrarte algunas de mis favoritas. Es importante destacar la importancia que tiene diferenciar la zona en que vivimos a la hora de hablar de siembras, ya que Chile es un país muy largo con climas muy variados y las siembras de otoño en la zona norte vs la zona sur pueden ser muy diferentes”, señala la creadora de La Primavera Vivero.  

Pero lo más emocionante de esta época es que es el momento ideal para sembrar bulbos. Tulipanes, narcisos, anémonas, fresias, jacintos y muscaris son algunas de las flores que se plantan ahora y que florecerán en primavera. Estas “semillas grandes” deben plantarse a la profundidad adecuada (en general, tres veces el tamaño del bulbo), y si bien algunas como las fresias prefieren estar bajo resguardo, otras como los tulipanes y narcisos aman el frío y lo necesitan para desarrollarse correctamente. “Las Anemonas y Narcisos son los primeros bulbos en florecer y esto puede darse a fines del invierno”, agrega Magdalena. 

Por otra parte, si cultivaste algunas de estas flores en la primavera pasada, es probable que muchas de ellas vuelvan a aparecer en la próxima primavera. Así lo explica Magdalena: “Si tuviste estas flores durante la primavera anterior, es probable que se autosiembren solas por la caída de semillas en el lugar. Estas semillas permanecen “en latencia” durante los meses más fríos y renacen con fuerza a comienzos de primavera. Si quieres comenzar alguna variedad nueva desde semilla, puedes iniciarlas desde almácigos en un ambiente más controlado que puede ser al interior de la casa cerca de alguna ventana o en invernadero. Puedes sacarlas a exterior cuando ya tienen al menos 4 hojas verdaderas. La gracia de las flores de ciclo frio es que, al menos en la zona central, ninguna necesita cuidados durante el invierno”.

Consejos esenciales para comenzar una huerta de otoño con el pie derecho

En el camino de cultivar una huerta, siempre hay nuevos aprendizajes que nacen de la observación, la prueba y el error. Desde preparar bien el suelo hasta elegir qué plantar y cómo cuidarlo del frío, hay ciertos elementos que pueden hacer una gran diferencia al momento de empezar con un jardín o huerto.

En primer lugar, lo fundamental es empezar con un buen sustrato, ya que desde aquí nuestras plantas obtendrán todos los nutrientes que necesitan para ser plantas sanas y fuertes. En ese sentido, abonar con compost, bokashi, fibra de coco o perlita puede marcar la diferencia para tener una huerta y jardín exitosos durante los días fríos.

“Es importante devolverle al suelo todo lo que nos entregó en la temporada anterior, por esto antes de comenzar con los nuevos cultivos es importante abonar nuestra huerta. A mí me gusta incorporar harto compost a las camas y un poco de abono Bokashi antes de hacer cada trasplante. También ocupo guano de gallinas”, agrega la horticultora.

Por otro lado, un buen paso previo a la siembra es detenerse a observar bien el espacio. Conocer el clima, la cantidad de luz, el tipo de suelo y el tamaño del lugar permite elegir cultivos que se adapten mejor a las condiciones de cada huerta.

“El principal error en casi todas las temporadas es no considerar la zona donde están sembrando y no conocer bien qué cultivos son de cada temporada. La parte más entretenida siempre es llevar las manos a la tierra, pero a veces nos saltamos una parte muy importante que es la observación previa del lugar que vamos a trabajar y tomamos decisiones equivocadas. Es importante conocer el clima que tenemos y el espacio que disponemos”, puntualiza la creadora de La Primavera Vivero. Por ejemplo, en el norte, donde las temperaturas son más altas incluso en otoño, algunas especies como las lechugas o las espinacas pueden necesitar sombra parcial. En el sur, en cambio, es fundamental proteger las plantas jóvenes de las heladas intensas con mulch, túneles o mallas.

También es útil combinar distintos tipos de plantas en un mismo sector. Esto ya que sumar flores y aromáticas junto a las hortalizas puede favorecer la biodiversidad, atraer polinizadores y ayudar a prevenir plagas.

Asi lo indica Magdalena: “Siempre me preocupo de incorporar la mayor cantidad de cultivos y flores en el jardín, ojalá que cada bancal del huerto pueda tener diferentes hortalizas y por lo menos una flor y una aromática. La biodiversidad nos entrega equilibrio invitando a distintos insectos y polinizadores a colaborar en el huerto”.

Para quienes viven en departamento o cuentan con poco espacio, siempre existe la posibilidad de cultivar en maceteros o con sistemas verticales. En esos casos, conviene que las raíces tengan una profundidad suficiente, idealmente igual o un poco mayor al tamaño de la planta, y que el sustrato sea liviano y esté compuesto por al menos tres elementos, como compost, fibra de coco o perlita. Además, la luz sigue siendo un factor clave: expertos recomiendan que los cultivos reciban entre 5 a 8 horas de sol directo al día para desarrollarse bien.

Por otra parte, cuando las temperaturas descienden, también es conveniente pensar en estrategias para resguardar la huerta. Aplicar mulch —con hojas secas, pasto o paja— ayuda a conservar tanto la humedad como la temperatura del suelo, mientras que las mallas antiheladas funcionan como una especie de abrigo, generando un microclima más cálido.

Por último, también es importante ajustar el riego a esta nueva estación. En esta época del año no es necesario regar tan seguido como en verano: lo ideal es hacerlo solo cuando el sustrato esté seco a unos centímetros de profundidad. En el caso de las macetas, conviene detener el riego antes de que el agua escurra por debajo, para no arrastrar los nutrientes.

“Yo la verdad no me apego a ningún calendario ni método especifico, pero si organizo muy bien la temporada y comienzo meses antes eligiendo las semillas y asegurándome de tener todos los insumos necesarios para la siembra, así después no me pilla sobre la marcha. Luego cuando ya empieza la temporada me preocupo de ir sembrando de manera escalonada, esto nos permite tener cosechas y flores durante más tiempo”, finaliza Magdalena.

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