Antes de que Nicolás Gantz se aventurara con su cámara en las alturas de las montañas, corría con el palo de hockey por el césped. Era parte de la preselección chilena de este deporte, lo que le enseñó la disciplina y metodología de ser atleta en la etapa escolar de su vida. En paralelo, durante las temporadas invernales iba a esquiar con sus amigos, pero más tarde, en su primer año de universidad a fines de 2010, sería un viaje a Nueva Zelanda lo que lo introduciría a la escalada y los deportes outdoor.

Nico Gantz, créditos a Felipe Bishara
Nico Gantz  ©Felipe Bishara

Allá también llevó su primera cámara, la que lo acompañó en cada uno de sus viajes por la zona. Conoció la infraestructura deportiva y los parques nacionales. Luego, entusiasmado, volvió a Chile en 2012 y tomó sus primeros cursos de escalada. De pronto, su constancia aprendida en el hockey ahora era para un nuevo deporte en su vida. Y su equipo fotográfico, un equipo para registrar, por gusto, todas sus aventuras.

Lo que quizás no se imaginaba era que en no mucho tiempo más, la fotografía sería un trabajo y sus registros llevarían las caras de destacados deportistas extremos.

Tentado por la aventura

Cuando Nico empezó a escalar, la roca fue el inicio. A eso le siguió la escalada tradicional, el Boulder y los multilargos. De a poco, escalar en grandes paredes se volvió parte de su interés. En paralelo, la montaña siempre estuvo en su corazón. El cerro El Plomo, en Santiago, era su imperdible una vez al año y se interesó por más y llegó hasta la cordillera Real, en Bolivia.

Nico Gantz, Torres del Paine
©Nico Gantz

“Todos mis tiempos libres siempre eran viajes de escalada. Estaba súper obsesionado con el montañismo y la escalada. También me pasaba que la comunidad era de gente muy linda, entonces la energía estaba dispuesta para que todo se diera. Luego sumé cursos de ski, de rescate, de avalanchas y prepararme para expediciones más independientes. Años más tarde me enfoqué solo en la alta montaña. Para mí, más que ser el mejor, se trata de ser versátil, de desenvolverme en distintos contextos. Pero siempre me rayó conocer un lugar nuevo”, cuenta.

– ¿Cuándo empezó a tomar un camino profesional todo esto? ¿Estudiaste en paralelo?

-Estudié 5 años arquitectura y me salí. En el primer año ya hacía fotos, no enfocado en el escalda ni en la montaña. Sí había hecho fotos de deporte, pero siempre porque yo llevaba mi cámara a todos lados. Antes era porque mi hermana tenía una cámara que yo le sacaba y cuando me fui a Nueva Zelanda me compré una cámara e hice un curso. Era una reflex, un lente. Todo ese año fuera que saque muchas fotos cuando me empecé a meter a la escalada, siempre metí la cámara y empecé a registrar de manera muy orgánica mi vida, sin ninguna expectativa y muy desde la experiencia. En algún minuto los viajes se empezaron a hacer más interesantes, empezamos a escalar montañas más lindas y les sacaba fotos a mis amigos, les sacaba estando en rutas paralelas, entonces tenía visión de la cordada de al lado. Se fue dando así de manera muy orgánica y en algún minuto me empezaron a escribir algunas marcas para empezar a colaborar, me pasaban equipos a cambio de fotos. Acepté algunos tratos y eso me facilitaba un poco las cosas porque yo podía seguir invirtiendo en mis equipos de fotos y no tenía que invertir en equipos de escalada.

Lugares que entregan aprendizajes

Hace nueve años atrás, Nico conoció por primera vez Cochamó: sus paredes alucinantes y su comunidad de escalada, en ese entonces, reducida. Este lugar, dice, le abrió la mente de lo que era posible lograr con la escalada. Más al sur, la Región de Aysén hizo esto mismo con más deportes. Conoció lo que permitía la geografía, entre ello, que personas pudieran hacer parapente, kayak, montañismo, esquí y escalada en un mismo lugar.

Fue ahí donde fue conociendo a Chile y el sur como un lugar clave para el turismo aventura. Y la falta de infraestructura para practicar estos deportes.

Cochamó Nico Gantz
Cochamó ©Nico Gantz

Pero de Perú (cordillera Blanca) y Bolivia (cordillera Real) son una parte importante de sus recuerdos. “Siento que me falta descubrir mucho, pero me encanta la iconografía andina y también estudié arquitectura, entonces todo ese tema de la composición y del color para mi es super importante. Soy muy estético y lo que me pasó también con el viaje de Perú y de Bolivia es que me maravillé con la cultura andina. A lo que voy con esto es que para mí una de las cosas más importantes de estos deportes es lo que te entregan esos viajes y, cuando hay como una riqueza cultural en para mi es algo que ojala tenga que estar”.

Más allá de las anécdotas y paisajes de estos viajes, fue la cordillera Blanca, en Perú en 2017, el lugar que le entregaría más de algún aprendizaje a Nicolás: de límites, amistades y mensajes de las montañas. “En ese viaje se murió un amigo muy cercano, Cristóbal Bizarri. Entonces fue como un viaje bastante revelador para mí, de mucho crecimiento y madurez. Fue un cambio de etapa que me dio mucha perspectiva de las cosas en lo serio que puede ser, como que se puede disfrutar mucho, pero son disciplinas que están super comprometidas. Era un minuto de mi carrera deportiva que era un peak máximo de motivación y me cambiaron mucho las cosas”.

Cordillera real Nico Gantz
Cordillera Real ©Nico Gantz

Fue complejo. Encontraron su carpa. Activaron el rescate y hablaron con la familia. “Fue muy fuerte porque era un lugar que quería conocer hace hartos años y que es una cúspide en mi carrera deportiva es de un nivel técnico que exige dar lo mejor de uno. Esto fue un contraste súper fuerte. También fue un proceso muy lindo dejar ir a un amigo en ese contexto, en esa cordillera.  Esta cordillera topa con las amazonas. Por un lado, tienes toda la pampa, al otro, la selva. Son temperaturas mucho más altas y ahí también ahí hay un tema como del cambio climático que me hacía mucho sentido: de alguna manera el calentamiento botó un hielo que terminó matando a un amigo. Ahí me pegó fuerte como en el concepto de responsabilidad, de ser consciente del cambio que estamos viviendo y, alguna manera, como audiovisual o fotógrafo no es a lo que me enfoco, pero es una inquietud”.

Todo, de alguna manera, hoy lo guarda en su memoria. Con las bellezas y aprendizajes de cada momento. Lo que sí es seguro, es que cada viaje se transformaría en parte de su camino personal y profesional.

Retratando a los deportistas extremos

Aniol Serrasolses, español, es uno de los mejores kayakistas del mundo. Se ha lanzado por ríos conocidos por su rudeza y exigencia técnica, e incluso, una de sus últimas hazañas fue bajar desde el volcán Villarrica hasta el lago del mismo nombre. Sebastián Rojas es un destacado montañista chileno que fue parte de las primeras ascensiones chilenas a montañas como el Annapurna (8.091 msnm), el Broad Peak (8.051 msnm), la Torre Egger o las Trango Towers, entre muchísimas más que se suman a su experimentada carrera. Y Sebastián “Ardilla” Álvarez es un paracaidista y ex piloto de la Fuerza Aérea, dedicado al wingsuit. Con su traje de ardilla, navega, planea, frena y acelera en un descenso que puede superar los 200 kilómetros por hora. Todos estos deportistas extremos, junto a otros, han sido capturados bajo el lente de Nicolás Gantz.

Aniol Serrasolses ©Nicolás Gantz
Aniol Serrasolses ©Nicolás Gantz

Para él, su camino ha sido más bien orgánico en la fotografía. Después de Nueva Zelanda, trabajó a medio tiempo en Redbull. Aprendió de marketing y conoció atletas de la marca, que busca hacer proyectos creativos con ellos. De a poco, desde distintos lados, incluyendo esta marca, empezaron a salir proyectos y su fotografía se fue profesionalizando. Así, hasta poder formar su propia productora audiovisual, a la que se dedica actualmente.

– ¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con deportistas extremos?

– Creo que, en la mayoría de los casos, las personas con las que más hago fotos son atletas que se han transformado en amigos míos (…). Ahora, independiente de un ambiente laboral, uno está sacando fotos a algo en un contexto de riesgo, entonces hay una preocupación por eso. Y también es importante entender la disciplina y porque al conocer al deportista también conoces sus límites. Sabes hasta qué punto se puede pedir o no porque hay que comprender que esta actividad involucra un riesgo inminente, entonces es super importe no exponer a nadie para que no se sientan incómodos contigo.

– ¿Qué aprendizajes has tenido con ellos?

– Te pondré 3 casos (Aniol, Sebastián y la “Ardilla”), pero hay muchos más. De alguna manera las actividades que registro son del vínculo entre hombre y naturaleza. Son personas que llevan tanto tiempo desarrollando deporte en este contexto, que la naturaleza los envuelve con un elemento particular y entienden el elemento de una manera mucho más personal. Por ejemplo, Aniol entiende los ríos de una manera increíble y que pocas personas en el mundo tienen esa visión de los ríos. Desde como fluye el agua, hasta cuando sube y baja en una lluvia. Creo que, en general, las personas que crecen y están constantemente en esa interacción con un elemento natural tienen una perspectiva increíble de la vida. Cuando el valor de su crecimiento depende de un río, también es un compromiso de protegerlos, cuidar la cultura que se desarrolla ahí.  Aniol muy humilde, siendo de los mejores kayakistas del mundo, a él le interesa el rio, no quiere aparentar nada. Eso es valorable para una persona en su categoría. Del Seba como montañista he aprendido muchísimo porque es un escalador con muchísima experiencia, esquiador también, y ha sido bacán compartir con él y entender sus decisiones, logística; su manera de entender la montaña. Eso es una de las cosas importantes que me gusta de este deporte y también registrar los caracteres. Mucha gente puede hacer la misma disciplina, pero hacerla con estilo es otro tema. La comodidad con la que se sienten en situaciones complejas, de cómo se mueven en ellas y eso muestra que están a otro nivel.

Sebastián Álvarez, Nicolás Gantz
Sebastián Álvarez, Nicolás Gantz

A Seba lo veo escalando, esquiando, con una capacidad increíble.  Veo lo que hace en sus actividades me motiva mucho para seguir. Con el Sebastián Álvarez, la ardilla, que es un paracaidista profesional, hace muchas disciplinas distintas, wingsuit, salto base, lo lindo de esto es que hay otra disciplina que es disciplina de aire, que es algo que me he estado metiendo harto últimamente. Creo que hay un mundo gigante por explorar en Chile y últimamente he estado con el ardilla y también es otra experiencia. Su aprendizaje es la metodología, él es muy profesional, muy bueno para las bromas también, pero cuando tiene que hacer cosas las ejecuta.  Eso es un factor común entre todos los atletas que a nivel conceptual me gusta seguir es la impecabilidad. Y creo que todos estos deportes, aparte de estar inmersos en contexto naturales, cuando se llevan a la impecabilidad es maravilloso; es la maestría de algo, como el mejor performance que uno puede tener de una disciplina.

¿Hay alguna técnica para fotografiar cada deporte? ¿Qué riesgos tienen?

-Cada vez que voy a registrar algo, sobre todo deportes que no conozco, se necesita de una investigación bastante importante antes. Yo soy una persona que ha consumido muchas imágenes y videos desde que era chico y, habiendo compartido a estas alturas de mi vida con tanto deportista de tantas disciplinas, me siento cómodo y entiendo la disciplina per se antes de registrarla. Aun así, cada deporte merece un trabajo en específico y una logística diferente. Por ejemplo, tengo que ir a grabar escalada, como hace un par de años que fui a Yosemite, California, eso obviamente requirió un entrenamiento específico antes de poder ir a grabar. Se exige estar preparados para ir a un camino que van a sacar fotos y videos, ser consciente de que lo puede hacer. Y entender que, por lo general, uno se mueve con mucho más peso que el resto de las personas. Si quieres sacar tomas te vas a desviar del grupo para tener un ángulo distinto y significa ir al máximo y entender que, por ejemplo, hasta qué punto le pides al grupo que pare para sacar una foto siendo que estás contra el tiempo por condiciones climáticas. Sin duda cada disciplina requiere técnicas distintas. Pero también el fotógrafo entienda del deporte y que sea consciente de él (…). Por lo general, hay un tema muy importante que es sacar la toma en primera instancia, no puedes pedirle al atleta que haga de nuevo algo que ya fue porque no sé, se rayó la línea de esquí o involucra un riesgo para él. Ahí hay que ser impecable, saber ir liviano y preparar todo antes.

Aniol Serrasolses ©Nicolás Gantz
Aniol Serrasolses ©Nicolás Gantz

Es que cada disciplina tiene su dificultad. En el paracaidismo, cada toma requiere 3 horas de preparación. Y es rápido. Solo un set up de la cámara y que el deportista pase por donde se había acordado. En el kayak, Nicolás corre por el lado del río, entre rocas y bosques, para lograr las tomas. Baja por cuerdas el río. Y en la montaña, es necesario seguir el ritmo de los montañistas. Por eso, siempre, es clave entrenar y saber exactamente qué se necesita para la toma.

– ¿Tienes que llevar algún equipo extra?

-Hay contextos en los que llevar tanta cámara puede ser mucho, creo que en todas las producciones es un poco distinto. Depende un poco de la escala, del acceso que tienes, por ejemplo, a la energía. Si es por el día y caminar mucho, hay que ir liviano y con los lentes precisos. Cada lente suma uno o dos kilos y no puedes sumar más, siendo que el resto del equipo va con 6 kilos menos. Súmale el trípode y otras cosas. Por ejemplo, para esquiar, mucho más peso significa que tu esquí para abajo no es tan fácil. Hay que ser más consciente de ese tipo de cosas, entonces, por lo general yo prefiero ir o más liviano en pro de moverme rápido y hay que ser preciso con la selección de las cosas: llevar exactamente el equipo para las tomas que necesitas, ejecutar lo que necesitas ejecutar y en todos estos deportes la planificación es clave.

Alex Honnold la Cárcel Nico Gantz
Alex Honnold la Cárcel ©Nico Gantz

Seguir uniendo fotografía y deporte

Quizás una de las cosas más características de fotógrafos que se desempeñan en la naturaleza es el transmitir lo que existe en nuestro entorno y que, al conocerlo, se proteja. Vincularlo con el deporte no es muy distinto: el conocer las disciplinas y el potencial de ella en Chile, por ejemplo, puede ayudar a que se mejore la infraestructura o se eduque cada vez más sobre una práctica responsable. Y eso es lo que a Nico más lo llena de su trabajo: “Chile se promueve siempre, como con los World Travel Awards, como destino mundial de turismo aventura. Pero hay pocas políticas públicas que promuevan esto. En general son jugadas de privados por desarrollar estas disciplinas. Hay mucho corazón y pocos recursos. Si la infraestrustura mejora, entonces las oportunidades deportivas crecen y también se invierte más en esto. Es como una rueda”.

El capitán, Yosemite. Nicolás Gantz
El capitán, Yosemite ©Nicolás Gantz

Con eso en su corazón, Nico va ganando cada vez más experiencia. Desde la fotografía a sus amigos mientras escalan un fin de semana, hasta ponerse desafíos cada vez más complejos que el anterior, como ahora lograr fotografías únicas e irrepetibles a atletas que desafían la velocidad en el aire. Pero todo luego de ganar la experiencia, conocer los lugares y los aprendizajes que entrega dedicarse a la aventura.

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