
La importancia de Isla Guafo, el refugio para la biodiversidad que fue comprado por ONG de DiCaprio para ser parque nacional
Cerca de Chiloé, en la Región de Los Lagos, se encuentra Isla Guafo. Recientemente, la organización Re:Wild, cofundada por el actor Leonardo DiCaprio, anunció su compra. ¿El objetivo? Donarla al Estado Chileno para convertirla en un Parque Nacional. Para comprender más sobre la relevancia de este ecosistema insular, conversamos con Yacqueline Montecinos, coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de la organización WWF Chile. A continuación te contamos más sobre esta maravilla remota, que se alza al sur del territorio chileno.
Lejana, inhóspita y fuera del alcance humano. En la Región de Los Lagos, a 37 kilómetros al sureste de Chiloé, Isla Guafo emerge como un rincón donde la Corriente de Humboldt y la Corriente de Cabo de Hornos se entrelazan. Debido a esta convergencia de aguas frías, la isla se transforma en un santuario vivo: un territorio profuso, cuya flora y fauna encuentran un verdadero refugio en su propio aislamiento.

Con una superficie de 197 km², Isla Guafo es la segunda isla de mayor tamaño de Chiloé, solo después de la isla Grande. Su nombre proviene del mapudungún Wafün, que significa colmillo, y tiene una particular forma de rombo. En sus costas y aguas, muchas especies de mamíferos y aves marinas se establecen en sitios de reproducción y alimentación. Lobos marinos, ballenas jorobadas y fardelas negras, entre otros animales, encuentran en la isla un espacio seguro y las condiciones óptimas para resguardar su paso por estos territorios.
“Muchas de estas decisiones de especies, sobre todo las especies migratorias, tienen que ver con que en estas áreas se encuentre el equilibrio perfecto para proporcionar las condiciones necesarias para el periodo reproductivo en el que estén”, señala Yacqueline Montecinos, coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de la organización WWF Chile. Según la experta, Isla Guafo es un lugar verdaderamente único.

Un refugio natural para la fauna silvestre
Entre las virtudes de la isla, destaca el papel clave que cumple en la ruta de las aves marinas migratorias. Montecinos comenta: «no hay un punto que se le compare a las características que ofrece Isla Guafo para que se establezca la colonia reproductiva más grande de un ave migratoria en el mundo. Entonces, ya pensando en eso, es un lugar que merece cualquier modelo efectivo de conservación”.
Durante la temporada de verano austral, la isla recibe a la colonia reproductiva más grande de fardela negra. De nombre científico Ardenna grisea, es una de las aves marinas más abundantes del planeta: su población estimada supera los 20.000.000 de ejemplares a nivel global, y se distribuye a lo largo de todos los océanos.
Según dice Montecinos, “las últimas estimaciones son de alrededor de dos millones de parejas” que llegan a la Isla durante la temporada. “Eso quiere decir, alrededor de cuatro millones de individuos volando y utilizando la isla durante todo el periodo de verano, principalmente”, explica.


Esta es la especie más abundante de su género en Chile. Está presente durante todo el año y es muy común observarlas en aguas pelágicas y costeras, desde el norte del país hasta el extremo sur-austral, en estrechos, canales interiores y en territorios insulares del país. Tras finalizar la temporada reproductiva, migran hacia el Pacífico Norte durante el otoño austral.
De acuerdo a lo documentado por la Red de Observadores de Aves (ROC), los nidos de la fardela negra corresponden a madrigueras comunes, generalmente compartidos entre varias parejas, y se establecen en sectores con vegetación, aunque su ubicación puede variar. En el caso particular de la Isla Guafo, las madrigueras se posan por arriba de los 150 metros sobre el nivel del mar, en laderas formadas por las cadenas montañosas que abarca la zona.

Otra de las especies que es posible avistar en las aguas frías que rodean la isla son los mamíferos marinos, como ballenas y lobos marinos. Entre ellos, en la zona se encuentra el lobo marino sudamericano (Otaria flavescens) y el lobo fino austral (Artocephalus australis), especies típicas de Chile. Se observan a lo largo del territorio nacional, habitando barrancas rocosas, usualmente con acantilados y entradas a cuevas. El lobo marino cumple un rol ecológico importante como un gran depredador de los ecosistemas marinos, lo que ayuda a controlar la población de peces y otros animales.
Por otro lado, las aguas de Isla Guafo “se visualizan como una de las puertas de entrada hacia el Golfo de Corcovado”, comenta Montecinos. El Golfo de Corcovado es un área de alimentación clave para los cetáceos, y eso pone en evidencia la gran productividad que posee. Al menos el 10% de la población mundial de ballenas azules se encuentran en estas aguas. Esta región, que se extiende hasta la zona austral de Chile, tiene una gran riqueza biológica: los grandes cetáceos se alimentan principalmente de krill o de peces pequeños, como la sardina, abundantes en el Golfo. Estos elementos son cercanos a los primeros eslabones de la cadena alimenticia, y son la base de todo el ecosistema marino.
“Tenemos registros de ballena franca austral (Eubalaena australis), que es una especie en peligro crítico de extinción en las costas del Pacífico Oriental, a diferencia del estado de conservación en el que están en el Atlántico. Hay muchos registros de ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), ballena azul (Balaenoptera musculus), ballena sei (Balaenoptera borealis), que son las especies de grandes ballenas que más visitan el Golfo de Corcovado”, señala.


El corazón verde de la isla que aún guarda secretos
El bosque de Isla Guafo es un ecosistema saludable y prístino. Uno de los principales elementos naturales que lo componen es el olivillo costero (Aextoxicon punctatum); la isla representa el punto de distribución más al sur de la especie. Este bosque, extremadamente denso, no ha sido intervenido por el ser humano debido a la dificultad que conlleva adentrarse en él: carece de senderos y caminos, por lo que es casi imposible cruzarlo o, incluso, llegar al centro de la isla.
De acuerdo al Ministerio de Medio Ambiente, ese olivillo es endémico de los bosques templados y subantárticos de Chile y Argentina. En nuestro territorio, la especie crece por la costa desde la provincia de Limarí hasta la Isla Guafo. Además. Es el único miembro de la familia Aextoxicaceae.
Este es un árbol siempreverde, es decir, mantiene las hojas durante todo el año. Además, puede llegar a medir 25 metros de altura y un metro en el diámetro de su tronco. Una de las características más distintivas de esta especie es el envés de sus hojas que cuentan con un color ceniza y pequeños puntos rojos. Su fruto guarda similitud con una aceituna.
Las características biológicas del bosque contribuyen a la riqueza pesquera que posee el borde costero de la isla, que es de suma importancia para las actividades que se han desarrollado históricamente, como la pesca artesanal o los usos de plantas medicinales por parte de los pueblos originarios.


“En la isla no hay asentamiento humano”, explica Yacqueline. “Solo en una esquina, que se conoce como la punta norte, posición que no alcanza a representar un cuarto de la extensión de la superficie completa de la isla. Ahí está establecido un faro que pertenece a la Armada y esa porción territorial le pertenece a Bienes Nacionales. La dotación de la Armada que custodia este faro, que no son más de tres a cuatro representantes, es el único establecimiento humano que hay en la isla”, continúa.
En ese sentido, el bosque que caracteriza a Isla Guafo se encuentra, en su mayoría, inexplorado. Al no existir instalaciones que establezcan las condiciones de seguridad necesarias para la presencia de personas en el largo plazo, representa un verdadero desafío para la comunidad científica. Por lo mismo, es difícil lograr visualizar el nivel de endemismo que contiene.

Territorio codiciado y vulnerable
La isla solía estar en manos de propietarios privados chilenos, con excepción de la pequeña parte de Bienes Nacionales en la que se encuentra el faro de la Armada. Estos particulares la tenían en venta en el mercado internacional desde, al menos, 2020, a un precio de 20 millones de dólares. Esto generó preocupación, tanto para las organizaciones y entidades ambientales, como también dentro de las comunidades indígenas, quienes guardan una fuerte y estrecha relación cultural con la zona, específicamente los pueblos mapuche-williche. Estos grupos han luchado constantemente para asegurar su protección y conservación.
Cuando estas organizaciones se refieren a la conservación de la isla, una de las principales amenazas que se busca evitar es la posibilidad de que Isla Guafo llegue a convertirse en una mina de tajo abierto para la extracción de carbón. Y no es un temor sin fundamento: históricamente, la isla enfrentó uno de sus mayores problemas con una concesión minera otorgada que explotaba sus recursos naturales de manera desmedida.
Existen también riesgos asociados a las acciones humanas y la forma en que intervenimos en estos espacios. Por ejemplo, la contaminación por plástico. Según Montecinos, la presencia de estos residuos es respaldada por diversos estudios que hablan de la preocupante cantidad de plástico que se ha encontrado sobre la isla, a pesar de tener una mínima presencia humana.
Estas amenazas también guardan relación con las actividades pesqueras, tanto por parte del sector industrial como artesanal, en los alrededores. “Por la cantidad de aves marinas que están circulando en el mar, también aumenta la probabilidad de riesgo de colisiones, por ejemplo, con las embarcaciones, así también lo mismo para los cetáceos. La presencia del río submarino, producto del transporte marítimo que se da en la zona. Estos efectos provienen de las actividades humanas que se desarrollan en el área”, advierte la experta.

El paso clave para su protección definitiva
Recientemente, Re:wild, la Fundación Jeff y Marieke Rothschild, la Fundación Wyss y Art into Acres compraron la mayor parte de la Isla Guafo a su propietario privado. A este proyecto, se sumaron las organizaciones WWF Chile y Cultiva con el objetivo de colaborar en futuras iniciativas. Re:wild, organización cofundada por Leonardo DiCaprio, se ha comprometido a donar la propiedad al Estado de Chile para convertirla en un Parque Nacional, garantizando así su conservación para las generaciones futuras.
A través de su cuenta de Instagram, el actor reafirmó tanto la compra de la isla, así como la intención de donarla, declarando que esta «es crucial para la biodiversidad global y la salud general de nuestro planeta».
Desde Re:Wild dicen que, como parte del proceso legal para establecer el área protegida, trabajarán con el gobierno chileno y con socios locales en consultas formales, explorando oportunidades de participación con todas las partes interesadas relevantes. Durante ese proceso, se buscará comprender los intereses de los pueblos originarios, organizaciones indígenas y otras partes interesadas en el territorio. Tras llegar a un acuerdo en torno a dichos intereses, elaborarán un plan a partir de ahí.

A través de su comunicado oficial, informaron que, luego de resguardar oficialmente la zona frente al desarrollo minero y la silvicultura, además de permitir la recolección de recursos marinos por parte de las comunidades indígenas, su objetivo será proteger la salud del ecosistema mediante la puesta en marcha de diversas acciones de gestión.
Sobre esto, Montecinos destaca: «lo importante aquí es que esta compra es con objetivos y con un compromiso de conservación, en que el comprador se compromete con el Estado de Chile en entregarle una figura o modelo de protección. Eso es lo importante de celebrar y destacar, porque esta es un área que necesitaba ese nivel de compromiso. El llamado es a ver la gran foto, que esto representa una oportunidad para que ahora aceleremos o agilicemos los esfuerzos que se están dando ya por años en la parte del borde costero, que también necesitan atención«.
Dentro de su ubicación alejada del rastro de cualquier huella humana, esta isla, con un equilibrio perfecto y frágil, significa un espacio donde la fauna se mueve libremente. En un contexto en que el mundo se enfrenta constantemente a la pérdida de su biodiversidad y ecosistemas, que cada vez se vuelve más palpable, la conservación de espacios como Isla Guafo significa un importante hito de protección ambiental y cultural, un ejemplo a seguir para continuar con la conservación de otras zonas costeras, que requieren el mismo tipo de cuidado.