Cuando pensamos en la Región de Aysén, evocamos casi inmediatamente las bellas Capillas de Mármol y su esplendoroso lago General Carrera, podemos pensar también en la arquitectura única de las pasarelas de Caleta Tortel, o en el Ventisquero colgante en el Parque Nacional Queulat, lo cierto es que sin duda alguna ¡son una maravilla!

Cierto es también que esta región tiene el privilegio de poseer bosques maravillosos, que a pesar de estar bajo el constante peligro de la acción humana, guardan en ellos tesoros increíbles que muchas veces no nos detenemos a observar. Y es que sobre troncos, ramas, suelo y árboles existe una enorme diversidad de organismos que cumplen funciones ecosistémicas imprescindibles para mantener la salud de nuestros bosques. Organismos como lo hongos, mantienen estrechas relaciones con plantas y árboles, estando presente con mayor notoriedad en las estaciones de otoño y primavera, pero también durante todo el año incluso, aunque parezca impensado, también en verano.

Atheniella adonis ©Gerald Poblete
Atheniella adonis ©Gerald Poblete

Algunas de las tantas especies que habitan los bosques de la Patagonia, en la Región de Aysén, son el Cortinarius magellanicus característico por su intenso color morado; las bellas y elegantes Mycenas de pequeño tamaño pero incomparable belleza con colores que van desde el amarillo (Mycena chusqueophylla) y el rojo (Atheniella adonis) al azul (M. cyanocephala); o especies poco frecuentes como el Entoloma necopinatum, un bello y pequeño hongo verde catalogado como vulnerable según la clasificación de estados de conservación en Chile.

Cortinarius magellanicus ©Dinelly Soto
Cortinarius magellanicus ©Dinelly Soto

Con un poco de paciencia y caminando con atención es posible observar muchas más, como la especie Ganoderma australe, una de las llamada orejas de palo; Guepiniopsis alpina o gomitas del bosque; Cyttarias más conocidas como digueñes, y así se podría continuar por mucho tiempo con muchísimas más especies. Para los fotógrafos o interesados en el Reino Fungi la Región de Aysén presenta un laboratorio abierto para conocer estos maravillosos organismos y, si llevamos una lupa, el espectáculo se torna aún más grandioso.

Mycena cyanocephala ©V. Salazar
Mycena cyanocephala ©V. Salazar

Pero este espectáculo no sólo es para nuestros ojos, sino también para todos nuestros sentidos ya que algunas de estas especies son también comestibles, como las especies del género Morchella, más conocidas como Morillas, que hasta tienen un festival en diciembre en la localidad de Villa Ortega.

Mycena chusqueophila ©Gabriel Cartes
Mycena chusqueophila ©Gabriel Cartes

La ciencia por otro lado tiene una cabida fundamental, y es que gracias a sus investigaciones podemos conocer más de este reino y sus especies, un ejemplo de esto, son las investigaciones realizadas por el micólogo nacional Pablo Sandoval Leiva quien junto a otros colaboradores ha descrito dos nuevas y llamativas especies: Chlorovibrissea chilensis y Gymnopanella nothofagi, esta última también un género nuevo, las cuales al día de hoy, son endémicas de la Región de Aysén, es decir no se han encontrado en ningún otro lugar del mundo.

Chlorovibrissea chilensis ©Pablo Sandoval
Chlorovibrissea chilensis ©Pablo Sandoval

Lo cierto es que combinando turismo, arte, gastronomía y curiosidad, podemos descubrir nuevos mundos y en este caso particular fijar nuestra mirada no a lo más grande, sino a las pequeñas e importantes maravillas que guardan nuestros bosques, responsables de mantener su salud y con ella nuestro bienestar como especie.

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