Hoy me contaron una historia nueva. Escrita sobre rocas y gigantes masas de hielo. Relatos que versan sobre el increíble viaje del agua, que al correr libre talla la sólida montaña y construye fértiles valles en su camino. Es una historia de torrentes de agua que descienden con fuerza casi cinco mil metros de altura y que arrastran consigo minerales en la cantidad justa, para otorgar atributos únicos a las papas, choclos y zapallos. Ingredientes sabrosos que crean el plato que desde ahora será mi favorito, el –premiado- Charquicán de Chacayes, en los Andes de O´Higgins.

El instituto del Patrimonio Turístico de la Universidad Central de Chile, ha estado trabajando en la puesta en valor del singular geo-patrimonio presente en la zona cordillerana y precordillerana de las comunas de San Fernando, Machalí, Requínoa, Rengo y Codegua. El objetivo final es sumar a la VI región del Libertador Bernardo O´Higgins a la Red Mundial de Geoparques (*).

Con la promoción del geo-turismo en la zona, seremos muchos los que podremos acceder a nuevos paisajes, valiosos no sólo por su belleza sino por su trascendencia, al contarnos la larga historia de la tierra.

Hay un lugar en particular, un geositio (**) allá lejos en la montaña, donde 190 millones de años caben en una sola fotografía. Donde las pisadas de nuestro calzado actual se juntan a las huellas que dejaron en ese mismo lugar los pies de gigantes dinosaurios. Animales que hace millones de años habitaban una costa tropical que fue sepultada bajo las cenizas de gigantescos volcanes, rodeados de arena y corales de baja profundidad.

Huella de Dinosaurios, Región de O’Higgins. Créditos a David Valdés.
Huella de Dinosaurios, Región de O’Higgins. Créditos a David Valdés.

Se trata de las Termas del Flaco, uno de los 20 geositios detectados por el equipo de la Universidad Central, por los cuales vale la pena involucrarse en profundidad con el paisaje y con la gente de la VI región.

Hoy los volcanes son otros y forman parte de un extenso y alto cordón montañoso que sigue transformándose. Las bondades del desaparecido trópico prehistórico se adaptaron al cambio y nos brindan un excelente panorama cordillerano.

En las paredes de los Andes de O´Higgins está escrita parte de la historia de la tierra, que junto a la nuestra se hace una. Eso sí, su interpretación necesita de un esfuerzo extra. Tenemos que aprender un nuevo lenguaje, ese que habla el viento o el agua y que se talla lentamente sobre la roca y sobre el hielo.

Conociendo de cerca las cumbres de los Andes de O’Higgins

Cumbre del volcán Palomo al oriente. ©Carlos Hevia
Cumbre del volcán Palomo al oriente. ©Carlos Hevia

Mi historia personal con los Andes de O´Higgins comenzó el verano del año 2015. El 26 de febrero junto a mi cordada de la Rama de Montaña de la U. de Chile hacíamos cumbre en el Volcán Palomo a 4.860msnm, una de las cumbres más importantes de la VI región. Llegar a este punto nos tomó 10 días de expedición sobre la zona glaciar más extensa de Chile Central y muchísimo más tiempo de preparación y gestión.

Desde esta altura tuvimos por algunos minutos el dominio absoluto sobre el paisaje y una poderosa sensación de satisfacción. Desde la altura fuimos testigos de cómo se transformaba el paisaje bajo nuestras pisadas. El sólido y blanco hielo, en apariencia inerte, daba paso a un verde exuberante, donde la vida brotaba en múltiples escalas. Al oriente, la pampa argentina se extendía hasta más allá del horizonte. Hacia el poniente eran muchos los valles formados por el avance de ríos y el retroceso de los glaciares. Bajo nosotros el glaciar Universidad, el glaciar Cortaderal y el glaciar Cipreses, estaban unidos por una gran meseta. Sus aguas, al derretirse, dan forma a dos imponentes valles, el valle del río Cachapoal y el del río Tinguiririca.

Del gigante glaciar, al plato de charquicán

Valle del Cachapoal. ©Carlos Hevia
Valle del Cachapoal. ©Carlos Hevia

Ahora en abril del año 2017 y gracias a la gestión del Instituto del Patrimonio Turístico de la Universidad Central, estaba nuevamente en los Andes de O´Higgins ahora recorriendo algunos de los geo-sitios acompañado de guías locales.

De todos los geo-sitios que visitamos, el valle del Cachapoal tiene un lugar especial en mi historia. A unos dos mil metros más abajo de su fuente, el río de los Cipreses se une al río Cachapoal para dar forma a un amplio y fértil valle. El agua, que en su trayecto vertical proviene de la amplia meseta glaciar bajo el volcán Palomo, recorre un largo camino hasta el comedor que en esta oportunidad me recibe en el poblado de Chacayes. Todo esto a minutos de la Reserva Nacional Río de los Cipreses.

Señora Chepita. ©Carlos Hevia
Señora Chepita. ©Carlos Hevia

Directo desde el valle del Cachapoal la señora “Chepita” consigue los ingredientes que dan forma a su tradicional y galardonada preparación del “Charquicán de Chacayes”. Este tradicional plato es simplemente exquisito, no sólo por su sabor, olor o textura. Para mí es un alimento simbólico, que representa la importancia de difundir y proteger estos paisajes. Servidos en un humeante plato están los 190 millones de años que tiene esta tierra. Papas, zapallos y choclos, regados con el agua del glaciar más importante de los Andes de O´Higgins. En las raíces de estos vegetales, están todos los minerales extraídos de la roca, que aportan la energía necesaria para dejar este valle pensando sólo en la idea de volver.

Poblado de Chacayes. ©Carlos Hevia
Poblado de Chacayes. ©Carlos Hevia

Actualmente existen 20 geositios identificados en la región por la Universidad Central, que se encuentran en las comunas de Machalí y San Fernando.

Machalí

San Fernando

Definición de conceptos:

(*) Geoparque: Según una definición realizada por UNESCO el 2008, los Geoparques son territorios con límites bien definidos y una superficie apropiada para permitir un verdadero desarrollo socio-económico. Debe abarcar un determinado número de sitios geológicos de importancia científica, rareza y belleza, que sean representativos de una región y de su historia geológica. El atractivo de estos sitios no debe ser sólo geológico, sino también ecológico, arqueológico, histórico, cultural o paisajístico. Así, los Geoparques deben estimular el desenvolvimiento socio-económico de una región, de una forma cultural y ambientalmente sustentable, mejorando las condiciones de vida y valorizando la cultura local.

(**) Geositio: Se denominan geositios a lugares privilegiados de una región en los que mejor se puede observar y estudiar registros y/o procesos geológicos que contribuyen al conocimiento de los orígenes del paisaje de dicha región. Los registros se encuentran en la rocas. Estas, son portadoras de significados acerca del lugar y fecha de sus orígenes, así como de los sucesos posteriores que las modificaron en su estructura, posición o integridad.

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