De madre colombiana y padre chileno, Tamara Merino llegó desde Colombia a vivir a Chile junto a su familia en el año 2000. Pero su estadía en Chile también llegaría a su fin al finalizar su educación media, cuando decidió que estudiaría teatro en Nueva York. En ese entonces Tammy no sabía que al poco tiempo cambiaría de carrera para estudiar fotografía, ni mucho menos que tiempo después sería seleccionada para el World Press Photo Masterclass Latin America 2015 o finalista en el Magnum Foundation and Inge Morath Award 2016. Y definitivamente nunca habría esperado que a sus 26 años descubriría un pueblo subterráneo por accidente y que sus fotografías tomadas durante esta experiencia serían publicadas nada más y nada menos que en National Geographic.

En esta entrevista Tammy nos cuenta qué significó esto para ella. Los invito a conocer más de esta fotógrafa trotamundos aquí en LS.

¿Qué significó para ti el haber sido publicada en National Geographic?

Uno de mis grandes sueños de la vida era que National Geographic publicara mi trabajo fotográfico. Lo veía como un sueño lejano, a veces imposible, pero nunca dejaba de creer y confiar que algún día lo iba a lograr. Haber cumplido ese sueño ha sido una de las cosas más lindas en mi vida, porque me dio alas para seguir confiando en mi trabajo personal y me dio el empuje de seguir haciendo lo que amo.

Antes de llegar a Coober Pedy, Goran Dakovic se desempeñaba como minero en Yugoslavia. En la foto busca rastros de ópalo en las paredes. En los tres años que lleva en el lugar ya ha encontrado una buena cantidad de estas piedras. ©Tamara Merino
Antes de llegar a Coober Pedy, Goran Dakovic se desempeñaba como minero en Yugoslavia. En la foto busca rastros de ópalo en las paredes. En los tres años que lleva en el lugar ya ha encontrado una buena cantidad de estas piedras. ©Tamara Merino

Cuéntame un poco más acerca de la anécdota que te llevó a este lugar en el desierto de Australia.

Llegué por primera vez a Coober Pedy a fines del año 2015 mientras viajaba con mi pololo en una campervan por Australia. Inesperadamente se nos pinchó una rueda de la van en la mitad del desierto, sin embargo descubrimos que estábamos en el corazón de una impresionante comunidad que vive bajo tierra; donde su vida íntima y cotidiana es invisible al mundo exterior.

Según señala el artículo de National Geographic, tras pinchar la rueda Tamara y su pareja  encontraron viejos carteles que decían «bar subterráneo» y «restaurant subterráneo». Comenzaron a explorar el lugar y descubrieron una iglesia bajo tierra con velas aún prendidas y pequeñas colinas de tierra con puertas, pero no encontraron a ningún ser humano hasta el sexto día en el lugar. Su nombre era Gaby, una mujer de nacionalidad alemana que los invitó a su hogar y les contó sobre Coober Pedy, este pueblo subterráneo que surgió a raíz del descubrimiento en 1915 de las gemas de ópalo en el sector. La voz se corrió rápidamente y las personas venían a este lugar en busca de su fortuna. Pronto se crearía este pueblo bajo tierra que los protegería de las extremas condiciones del desierto y que hoy alberga a cada vez menos mineros dispuestos a soportar la incertidumbre de este oficio.

Gabriele, una inmigrante alemana, espera en su cocina a que su esposo llegue de sus trabajos en la mina. En Coober Pedy, Australia aproximadamente el 60% de la población vive en casas subterráneas llamadas “dugouts”. ©Tamara Merino
Gabriele, una inmigrante alemana, espera en su cocina a que su esposo llegue de sus trabajos en la mina. En Coober Pedy, Australia aproximadamente el 60% de la población vive en casas subterráneas llamadas “dugouts”. ©Tamara Merino

¿Siempre supiste que querías dedicarte a la fotografía?

A los 8 o 9 años me convertí en la fotógrafa de la familia. Era la encargada de cuidar y guardar la cámara y siempre estaba sacando fotos de todo. ¡Me encantaba! Cuando llegábamos de algún viaje familiar íbamos a imprimir las fotos y era algo mágico que siempre captó mi atención. Pero no supe desde siempre que quería ser fotógrafa, de echo siempre quise estudiar teatro. Mientras estudiaba teatro en Nueva York me compré mi primera cámara análoga y la primera vez que revelé una de mis fotos, ese momento cuando el papel está hundido en el químico y empieza a aparecer mágicamente el gris graneado de tu imagen, supe que eso era lo que quería hacer por el resto de mi vida. Decidí dejar mi carrera de teatro y cambiarme a estudiar fotografía. Sabía que iba a ser algo difícil, aunque no más ni menos que ser actriz de tablas, así que no lo dudé ni un segundo.

¿Quién/es son tus modelos a seguir en tu carrera como fotógrafa?

Más que un modelo a seguir, estos fotógrafos son una increíble inspiración para mí: Ansel Adams, Robert Frank, Sally Mann, Connie Imboden, Sebastiao Salgado, Alex Webb, además de otros increíbles fotógrafos emergentes.

Residencia ceremonial donde se realizan los rituales y danzas dedicados a Yemanyá, diosa del mar en la cultura Afro-brasilera. Andaraí, Brasil. ©Tamara Merino
Residencia ceremonial donde se realizan los rituales y danzas dedicados a Yemanyá, diosa del mar en la cultura Afro-brasilera. Andaraí, Brasil. ©Tamara Merino

Veo que has viajado mucho, ¿estos viajes los realizas por tu cuenta? ¿cómo te organizas para llevar este estilo de vida?

Viajar siempre ha sido parte de mi vida desde muy chiquita. Mi abuelo era apasionado por la fotografía y viajaba por el mundo con mi mamá y yo heredé su espíritu viajero y su curiosidad por descubrir el mundo.
Muchos de mis viajes los he hecho sola o acompañada de mi pololo y partner audiovisual. Además me gusta estar en constante aprendizaje, por lo que intento hacer talleres y diplomados de fotografía documental en diferentes lugares del mundo y así compartir y aprender de diferentes fotógrafos.

Hace un par de meses empecé a trabajar con una agencia de fotografía documental NATIVE Agency, donde tengo la libertad de crear mis proyectos personales en cualquier lugar del mundo.
Me gusta estar en constante movimiento, continuo cambio y rodeada de diferentes culturas, gente local y situaciones de las que pueda aprender y crecer. Cuando encuentro un tema o un lugar interesante, me asiento por un tiempo para desarrollar un proyecto, el cual puede ser de semanas o meses.

La fotógrafa Tamara Merino durante su viaje a los Himalayas ©Tamara Merino
La fotógrafa Tamara Merino durante su viaje a los Himalayas ©Tamara Merino

¿Qué experiencias has vivido en estos viajes que te hayan marcado?

Viajar para mí, es abrir tu corazón a nuevas experiencias, aprendizaje y maneras de ver y vivir el mundo. Entonces cada viaje es una experiencia única que de una manera u otra te marca y cambia tu vida para siempre. Para mí lo más lindo cuando viajo es poder hacer contacto con la gente local, convivir con ellos y aprender de su cultura. He aprendido a través de los años a no tener prejuicios, preconceptos o ideas de cómo debería ser el mundo que nos rodea según los cánones de nuestra sociedad. He vivido en casas de personas sumamente humildes, que hoy son grandes amigos y que han tenido más para entregar que gente con mucho dinero. Con ellos he aprendido de la simpleza y la belleza de la vida y de que no importa de dónde vengas, qué estudiaste, cuánta plata hay en tu cuenta del banco o cuántos idiomas hablas… el idioma universal es el mismo; el amor y una gran sonrisa.

¿Lugar favorito en el que hayas estado?

Que difícil esta pregunta, no tengo un lugar favorito, si no que muchos. Pero, si ahora mismo pudiera volver a un lugar de mi viaje más reciente, sería a los Himalayas entre India y Nepal. Donde la gente vive en comunidades autosustentables que se apoyan como una gran familia. Ellos viven de la tierra, sus animales y con un mínimo para subsistir y aun así son inmensamente felices y agradecidos de lo que tienen. Un lugar donde se ven viejitos de 80 u 90 años aún arando la tierra o cargando bultos pesadísimos, pero que te sonríen y te cocinan sus mejores vegetales como si el cansancio se hubiera quedado en la tierra que araron desde el amanecer.

El “Día de los muertos” es una de las festividades más representativas de la cultura Mexicana, en la cual las calles se llenan de rituales de culto, fiestas y misticismo. Se cree que las almas de los seres queridos que ya murieron, regresarán durante estos días a visitar a sus familiares. Oaxaca, México ©Tamara Merino
El “Día de los muertos” es una de las festividades más representativas de la cultura Mexicana, en la cual las calles se llenan de rituales de culto, fiestas y misticismo. Se cree que las almas de los seres queridos que ya murieron, regresarán durante estos días a visitar a sus familiares. Oaxaca, México ©Tamara Merino

Has trabajado con comunidades nativas en Brasil, Cuba, México y Australia ¿qué tipo de trabajo realizas con ellos?

Mi fotografía está siempre relacionada con la intimidad, retratando y documentado la vida cotidiana, las costumbres y las cualidades más significativas de un determinado grupo de personas. Para ello necesito convivir durante un tiempo con ellos, conocerlos y compartir lo cotidiano del día a día. Cuando las personas te ven como un par, inmediatamente se conectan contigo. Si ellos me lo permiten, me sumerjo en su vida tratando de romper la barrera de la intimidad y así posiblemente se olvidarán de mi cámara y podré retratar sus almas y su más pura esencia.

¿Y cuáles son tus próximos planes?

En este momento estoy en India, finalizando un largo viaje de 1 año 7 meses. Mis planes más cercanos son viajar a Chile durante el verano a seguir trabajando y visitar a la familia y amigos.

Durante el “Día de los muertos”, tres mujeres nativas descansan después de un largo día de subir y bajar las montañas. Oaxaca, México. ©Tamara Merino
Durante el “Día de los muertos”, tres mujeres nativas descansan después de un largo día de subir y bajar las montañas. Oaxaca, México. ©Tamara Merino

¿Algún sueño que aspires a cumplir?

Recorrer y documentar parte del continente Africano es uno de mis grandes sueños.

Qué le dirías a otras personas o jóvenes que sueñan con dedicarse a la fotografía en Chile, pero quizás no encuentran el impulso suficiente para hacerlo.

Cualquier carrera artística necesita mucho amor, esfuerzo y perseverancia. Si uno hace lo que ama, todo empieza a fluir naturalmente. En el área de la fotografía hay mucho campo para cubrir y creo que el mundo necesita más gente que cuente historias a través de lo visual. Yo les diría que se lancen, porque no hay vacío. Hay solo un hermoso camino de muchas sorpresas, alegrías y aprendizaje y aunque requiere de mucho esfuerzo, los resultados son hermosos. Les recomendaría estar siempre en constante aprendizaje, ver muchos libros de fotografía, ver muchas muchas muchas fotos para afinar el ojo y siempre estar creando algo nuevo. No sacar fotos para nadie…si no que sacar fotos para ti mismo, desde el corazón.

Para conocer más acerca de su trabajo puedes visitar su página: www.tamaramerino.com

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